Fuego, sangre y acero

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Ta larga la vara, así que preparen las palomitas :v

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Oficial aliado: ¡Formen! ¡Formen todos una línea aquí!

Los oficiales trataban de hacer que sus tropas se organizaran y no se desperdigaran, la cohesión era su prioridad, ¿pero como hacerlo sin ser volados por los aires?, las formaciones cerradas eran destruidas, incluso las dispersas eran diezmadas casi sin poder hacer nada. Aquellos tanques esculpían proyectiles a una velocidad imposible de igualar por las otras armas presentes ahí y su armazón de hierro los hacía invulnerables a todo lo que les tiraran.

Las formaciones de mosqueteros tampoco podían hacer algo, ya que sus balas rebotaban en el blindaje, los jinetes dragón incluso sufrieron bajas al intentar atacar desde arriba, ya que estos monstruos de metal estaban apoyados por una infantería armada con armas que disparaban más rápido que un mosquete y cuyo tiempo de recarga era incluso menor, cuando eran atacados, se cubrían atrás de las figuras metálicas móviles.

Sold. aliado: Es inútil, no podemos atravesar su armadura, tenemos que huir.

Oficial aliado: ¿Huir?, de ningún modo, vamos a...  (Recibir un disparo y caer abatido)

Sold. aliado: Capitán... maldición, le dieron al capitán.

La moral de los hombres también fue afectada, el valor y la fiereza mostrada anteriormente era ahora cosa del pasado, los hombres quedaban paralizados, mas aun cuando veían como esas bestias de metal aplastaban a los muertos y a los heridos que estaban en el camino de esas dos extrañas ruedas recubiertas, los que se metían en el medio de estas y salía por detrás no la tenían mejor, ya que la infantería que venía detrás terminaba el trabajo.

El ruido que emitía, la apariencia, la forma en que la tierra temblaba bajo sus ruedas, los gritos de los soldados que venían detrás y la fuerte capacidad defensiva y ofensiva, hizo mella en todos, hasta el propio Guiche sabía que era un suicidio hacer algo contra estas cosas, lo sabía de antemano.

Guiche: Todos atrás, retrocedan.

Su experiencia en Albion durante su escape en el T-34 de Nikolái, le hizo recordar lo peligroso que eran, Reconquista no pudo hacer algo en ese entonces, ni siquiera el Fuerte Cold Hill pudo contener algo así.

Guiche: Maldición, ¿dónde está nuestra bestia metálica cuando la necesitamos?

Sold. aliado: ¿Tenemos una de esas cosas?

Guiche: Por supuesto que si, fue por eso que ganamos en Cold Hill... y además estuve dentro de una de esas hace un tiempo.

Sold. aliado: ¿Y entonces porqué no está aquí?

Guiche: ¿Y yo que se?, aaah  (Desesperarse)  ...seguro que Fritz sabría como derrotarlas... no se porque... pero esas cosas me recuerdan a él... y las voces de allá atrás...

El rubio no pudo evitar sentir una familiaridad con Fritz con la situación que vivían, sus historias y las descripciones que hacía de sus batallas, todo de alguna forma cobraba vida delante de él, ya no parecían historias salidas de alguien que exageraba sus experiencias bélicas.

Por el lado de la artillería, esta disparaba todo lo que tenía, toda la munición que tenían era disparada contra esas cosas de metal, pero la precisión de las armas y la velocidad a la que se movían sus objetivos hacían difícil darles, aunque no imposible.

Por otro lado, los generales lidiaban con el como podían actuar ante tal situación, pensaron en distintas soluciones, dejando la retirada como último recurso.

Zero no Tsukaima - BruderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora