La guarida de los lobos

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Se podía sentir el frio en el ambiente, un frio que era el preludio del cambio de estación, los arboles en su mayoría estaban perdiendo sus hojas, los animales empezaban a prepararse para el invierno inminente, la lluvia era cada vez mas rara debido a que la temperatura estaba bajando, el sol, aunque brillante, apenas si daba el calor suficiente como para andar puesto solo un abrigo. Para la gran mayoría de los soldados alemanes Albion, esto solo era una ventisca fría.

Ubicada en una zona boscosa varios kilómetros al Sureste de Saxe-Gotha, unas ruinas tan antiguas como Albion eran la base de operaciones alemana, un complejo de edificaciones anteriormente subterráneas y que fueron desenterradas por sus actuales ocupantes, claro, con un poco de ayuda de la gente que colaboraba con ellos en aquel mundo.

El lugar constaba de no mucho, ya que muchos de sus mas grandes edificios ahora eran escombros por el pasar de los años, solo algunos eran funcionales, tanto como barracas como para almacenamiento, siendo el edificio principal, un gran edificio de varios metros de alto y de ancho, el centro neurálgico de todo y entre otras cosas.

Al menos unos quinientos hombres formaban la población interna del área, en el exterior al menos unos doscientos formaban la guardia del perímetro, esto acaparaba a soldados de a pie, de aire, tropas terrestres mecanizadas y personal no combatiente, entre otras ramas. Su composición variaba bastante, desde veteranos de guerra hasta soldados que a lo mucho llevaban unos meses de combate, máximo un par de años.

De entre todo lo que había en ese sitio, tropas, vehículos y edificios, lo que mas destacaba y que era resguardado por soldados de la mismísima SS, era una especie de arco gigantesco que había sido desenterrado también, al menos unos treinta metros de alto tenia y su anchura era de al menos unos veinte. Aparte de los guardias también se encontraba personal científico no combatiente, siempre haciendo algo en aquella estructura, como tomando a notaciones o haciendo pruebas con algunos aparatos.

Wardes: ¿Qué harán con tanto cachivache?, no le veo mucho sentido.

Sheffield: No preocupes por eso, sus asuntos no son problema nuestro.

Wardes: Lo son si conllevan peligros este mundo... esta gente me da muy mala espina, no son confiables.

Sheffield: Oh, ¿lo dices porque fueron derrotados en aquella batalla o porque demostraron ser capaces de hacer retroceder a un enemigo diez veces superior en numero?.

Wardes: ...

Sheffield: Jejeje, no te pongas así, además eran cien, no creo que hubieran podido hacer mucho... oye tu, Fouquet, no te recomendaría husmear ahí.

Fouquet: ¿Eh?

La antigua secretaria de Osmond estaba a no menos de seis metros de distancia del primer guardia, la mujer lo miró un poco de reojo, dándole una sonrisita coqueta, el sujeto solo apretó su agarre en el arma y le dio una mirada inexpresiva.

Fouquet: ¿Creen que estos tipos me dejen echarle un vistazo a esas cosas que llevan esos sujetos cerca del arco?

Wardes: Claro, si no te importa que te maten.

Fouquet: Ouuh... en fin, ¿cuándo es que podremos pasar?, me estoy congelando aquí afuera, ¿qué estamos esperando?

El trio había venido a la base alemana para tener una reunión con el encargado de esta expedición, una reunión para intercambiar información y todo eso tras los eventos de hacia ya varios días. En esta visita, la mujer llamada Sheffield llevaba una caja consigo, Wardes estuvo atento a esa caja misteriosa que ella llevaba, pues incluso él desconocía su contenido, de hecho desconocía muchas cosas con respecto a todo el asunto con los alemanes, sobre todo el papel que aquella mujer tenia al respecto. 

Zero no Tsukaima - BruderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora