—Sigo sin encontrar nada, amigo. Lo siento —dijo William del otro lado de la línea.
Yo chasqueé la lengua, colgué y tiré el celular a mi cama con frustración.
Maldita sea, había pasado los últimos cinco días buscando una respuesta a lo que aquella puta carta de Michael significaba. Ya no sabía qué hacer, y olvidar el tema no era una opción, debía ser algo sumamente importante como para que el casi se suicidase... y algo muy grave que no quería que yo supiera como para haberme bloqueado.
Pero, ¿qué podía ser? ¡Maldición! Necesitaba saber.
—¿Qué te sucede? —inquirió Amanda mientras entraba a la habitación con cara de confusión.
—¡Estoy frustrado, Amanda! —grité, lo que le sorprendió —Necesito saber qué fue lo que hizo Michael y no obtengo respuestas —expliqué.
—Ay, Calem, debes relajarte un poco con ese tema. Sé que quieres saber qué fue lo que hizo tu hermano, pero alterándote así no lograrás nada —sugirió ella. Yo suspiré.
—Tienes razón —me restregué el cabello —. Necesito hacer algo que me desestrese —dije con un resoplido —. Tomaré una ducha —decidí.
Ella asintió con una sonrisa, y yo me dirigí al baño, en donde me dispuse a reproducir mi playlist favorita, luego me quité toda la ropa y entré a la ducha de agua fría.
Necesitaba enfriarme las ideas.
Pasé algunos minutos solo bajo el chorro de agua, sin prisa, simplemente dejando que el agua se escurriera por mi cuerpo, provocando que me relajara un poco. De la nada, unas manos tibias acariciaron mi espalda, lo que me asustó, así que, inmediatamente me volteé para encontrarme con la pelirroja, que me miraba con una sonrisa ladeada. Tardé algunos segundos en darme cuenta de que no tenía ropa, y, además, de que su plan al estar aquí no era precisamente bañarse, esto lo deduje por la manera tan lenta y sensual en la que tocaba mi pecho.
—¿Qué...?
—Tengo una mejor y más factible idea de cómo te puedes desestresar —dijo con un tono de voz muy sexy, lo que provocó que mi corazón se acelerara.
Maldición, Amanda tenía un efecto en mí diferente a cualquier otra persona.
—¿Y cuál es esa idea? —indagué siguiéndole el juego.
—Viendo una película, te espero en la sala —dijo con una gran sonrisa para luego darse la vuelta e intentar salir de la ducha, pero yo la tomé de la muñeca y la pegué a mi cuerpo de un tirón. Ella soltó una pequeña carcajada.
—Ni lo creas, Amanda. Ya me has dejado suficientes veces mal parado —dije con una ceja enarcada.
—¿Y qué deseas que haga para recompensarlo? —inquirió con cara de corderito inocente mientras que con su mano iba bajando por mi pecho hasta tomar mi miembro, lo que me hizo trancar la respiración por un momento.
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Keyframe
Teen FictionEl día que Calem; un ladrón principiante, y Amanda; una chica con muchos problemas, se cruzaron en un fallido intento de robo, se podría decir que todo... se fue un poco a la mierda. La vida de ambos ya era caótica, pero se mezclaron para empeorarla...