27 "Roger Fothen"

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Sinceramente, no supe qué decirle, solo le di una sonrisa y lo miré con ternura.

—¿Puedo decirte lo que a mí me gusta de ti? —inquirí. Él rio vagamente.

—Por supuesto.

—A decir verdad, podría decirte que amo tus ojos, su gris es hermoso y tú mirada me pone los pelos de punta —él rio —, también podría decirte que amo tu cabello negro, o tus manos, o tu sonrisa, pero, prefiero decirte lo que me gusta de ti como persona —él asintió, esperando para que hablara —. Me encanta el amor que le tienes a tu mamá, es algo maravilloso —él sonrió con tristeza —. Me encanta los hermosos sentimientos que tienes. Amo lo sensible y emocional que eres, aunque creo que es lo mismo —Calem asintió —. Me encanta la manera en la que has cambiado con Mia, jamás pensé que lo harías. Me encanta cuando ríes, tu risa me produce un sentimiento hermosamente extraño. También me gusta cuando bromeas, aunque sean chistes muy malos —él me fulminó con la mirada, a lo que yo rei —. Me encanta poder contar contigo, poder decirte cualquier cosa sin ser juzgada, solo escuchada —le acaricié la mejilla, por lo que él cerró los ojos y ensanchó su sonrisa —. Aunque no sean cosas físicas, son cosas que me encantan de ti —él abrió los ojos y noté como su pupila se había dilatado, aunque no sabía por qué —. Es increíble que el destino nos haya puesto a los dos juntos. Imagínate que no hubieras venido a robar aquí, no nos conociéramos, nada de esto estuviera pasando.

—Es cierto —dijo sonriendo.

El silencio reinó entre nosotros, no eran un silencio incómodo, solo era silencio, en el cual nos mirábamos. Hasta que yo lo terminé.

—Gracias, Calem. En serio, no sabes lo que significan para mí esas palabras —admití con una sonrisa —. Eres realmente un muy buen hombre, escondido tras esa fachada de chico malo sin sentimientos que además es un criminal —él rio.

—Es, tal vez, porque tuve una excelente mamá que me educó muy bien.

—Y si sabes que eres un buen hombre, ¿por qué estás en ese mundo? —inquirí con el ceño fruncido.

—Precisamente por mi mamá, ¿no es irónico? —soltó una pequeña risita —Necesito vengar su muerte, aunque, a decir verdad, últimamente no he robado, de hecho, el Jefe de la pandilla desapareció.

—¿Estás en una pandilla? —pregunté asombrada.

—Si. De hecho, William también está ahí.

—¿William es un ladrón? —dije aún más sorprendida. Calem asintió —Pero, ¡es rico!

—Si, pero él se unió ahí porque no quería dejarme solo.

—Aww, que lindo William —dije con una pequeña sonrisa —. Bueno, está terriblemente mal que roben, pero, que lindo que no te haya dejado solo —comenté —Y, ¿por qué el "Jefe" desapareció?

—No lo sé, no sabemos nada de él —explicó —. Y yo no sé qué hacer, he hecho muchas cosas para tratar de encontrar al desgraciado que mató a mi mamá, pero no lo he podido conseguir, y eso me frustra —suspiró con fuerza.

—¿Qué cosas has hecho? —pregunté.

—Ammm, le he preguntado a todos los criminales que conozco, pero, por menor o mayor poder que tengan, no saben si conocen al que estoy buscando porque no sé su puto nombre ni su apellido, ya que mi apellido es el de Miriam —contó.

—Bueno, si no tienes al menos una pista de él, es muy díficil encontrarlo —él asintió con cansancio —. ¿Trataste con buscar a tu mamá en Google? Tal vez él salga por ahí en algún lado relacionado con ella.

—Si, ya lo intenté, de hecho fue lo primero que hice, porque William tiene algo en la computadora que busca a una persona y aparece un montón de datos sobre ella, así fue como di contigo aquel día en el boliche, aunque, bueno, ya sabes esa historia —él rio y yo rodé los ojos de la misma forma —. Pero, no funcionó, ya que ellos nunca se casaron, ni siquiera tuvieron una relación formal, solo se acostaban, y de ahí nací yo. Mi hermano ni siquiera es hijo de él. Así que, no aparece en los datos de ella.

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