Los juegos militares

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Por Dios, si mi padre escuchara lo que dije después de leer el cartel, seguramente me lavaría la boca con jabón…

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Por Dios, si mi padre escuchara lo que dije después de leer el cartel, seguramente me lavaría la boca con jabón…

Cuando entramos a nuestra escuela nos encontramos a un maestro, el cual nos dice que vayamos directamente al comedor, ya que es la hora del almuerzo.

¡MADRE MÍA CUANDO LLEGAMOS ALLÍ!

El ambiente del comedor está condimentado de miradas asesinas, silencio, ambición de ganar y un toque de ira, los tres nos separamos para ir cada uno a nuestras mesas asignadas con nuestros compañeros de clase, mis ojos automáticamente buscan a Lorens, el cual me está haciendo señas para que me siente junto a él.

—Hola Eneri…—Me saluda Lorens cuando me siento junto a él, enmudece en cuanto ve mi ropa rota y polvorienta a causa del enfrentamiento contra el rey Taimer, pero su sorpresa desaparece rápidamente—¿Qué pasó?— pregunta.

Cuando un militar-junior o cualquier tipo de militar pasa mucho tiempo en la milicia, los ojos acaban acostumbrándose a ver heridas y ropas rasgadas.

—¿Qué qué pasó? Ahhh, no quiero hablar de eso.—Le digo mientras me siento en la mesa exhausta, no tengo muchas ganas de dar explicaciones, solo tengo hambre, así que empiezo a devorar apenas concluyo esa frase.

En parte, también como para mantenerme ocupada, necesito enfriar mi mente un rato para tomarme con calma todo, y con todo me refiero a:
uno: Tengo que resolver todo el misterio de quién es la o las personas que estaban intentando arruinar a los militares.
dos: ¿Qué tienen que ver los gemelos con todo esto?, no sé si confiar en ellos o no… ¿tendrán algo entre manos o solo es una equivocación?
tres: ¿Podré arreglar todo este asunto mientras sigo mi deber como capitana?

Quito todos esos pensamientos de mi mente, tengo que concentrarme en otras cosas ahora.

—He visto que los juegos militares empezaron hoy, ¿ya ha habido algún enfrentamiento interesante hasta ahora? ¿Hubo algún herido grave? —Le pregunto para distraerme mientras como con ansias.

—¿Heridos?—pregunta confundido— Eneria, ¿a que te re-... ?—No termina la frase cuando él mismo responde la pregunta—Espera…no te has leido las reglas ¿Cierto? ¡Pero si eres la capitana!—Me reclama.

Lo miro con los ojos abiertos y los cachetes inflados por la comida.

—¡Claro que las leí!... Nada más que ahora no me acuerdo de cuales eran…—Me excuso.

Lorens voltea los ojos—sí, sí, se te olvidó, como no—dice con sarcasmo—Tienes que prestar mucha atención, porque solo te lo diré una vez.—

Asiento varias veces.

—Bien, regla número uno:—empieza Lorens—no podemos escupir al oponente o morderle.
Regla  número dos: si queremos participar es obligatorio utilizar un chándal que nos propinen nuestros superiores, si no los utilizamos o si utilizamos uno que no fue ofrecido por los maestros, estamos descalificados.
Regla número tres: podemos solo utilizar las armas que nos dan los maestros antes de entrar a pelear, claro, podemos escoger el arma que más nos sea útil, pero solo tiene que ser las que te ofrecen los maestros, si no estás fuera.—

—Interesante—comento—¿Y cómo funcionan los juegos?—

—Te explico—continuo Lorens—verás, todas las reglas están puestas allí por algo, los chandals que nos ofrecen los maestros son obligatorios porque estos están hechos específicamente para esta competencia, ya que el traje contiene un par de capas de pintura en todo el traje, desde la máscara hasta la punta de los pies, las únicas partes que no están cubiertas son los dedos y la nuca.—

—¿Para qué es la pintura?—Le pregunto con curiosidad.

—Ja, ja—rie Lorens—te vas a dormir si te sigo hablando, lo mejor es que lo aprendas viendo un combate, así entenderás mejor—.

De repente, de los altavoces se escucha la voz de un militar-junior—¡Buenas tardes a todos! ¡Y espero que todos estén disfrutando del comienzo de estos juegos militares! Ahora les iré informando de los próximos enfrentamientos—dice la voz en un tono muy animado.

Todas las pantallas que hay en el comedor se encienden al mismo tiempo, mostrando lo que es hasta ahora del ranking militar.

—Wow, parece que la cosa se está moviendo bastante rápido por aquí, pero lo que más me sorprende de todo ¡Son las siguientes personas que competirán, las cuales son nada más y nada menos que Lorens el almirante de la clase A y Jusilo, el capitán de la clase C!—dice eufórico el comentarista.

Lorens y yo abrimos los ojos como platos mientras que los demás MJ ahogan exclamaciones o cuchichean cosas.

—¡Este combate será fascinante chicos, yo que ustedes no me lo perdería, y tampoco el siguiente enfrentamiento, ya que el que gane de los dos, terminará compitiendo contra nada más y nada menos que nuestro queridísimo capitán de la clase B, Dislo!—

Cierro los ojos con tristeza al darme cuenta de que una vez más llamaron a Dalia por un pronombre masculino, sé que ella estará pasando un mal momento, decido abrir los ojos e intento buscar su rostro, la encuentro en la mesa de la clase B fingiendo una media sonrisa mientras habla con algún MJ.

Estoy segura de que ella sabe que esto sucedería, cuando un trans sale del closet es difícil hacer que todo el mudo cambie al instante su forma de dirigirse hacia ti, y mucho menos que todo el mundo se entere al instante y lo acepte, sí, ella lo sabe, pero sé que en el fondo, igual le duele un poco…

No puedo tan siquiera acercarme un poco para intentar darle ánimos, cuando siento que unos ojos me miran, me volteo rápidamente para descubrir que es Jusilo y su maligna mirada asesina, aunque en este caso esa mirada no va para mí, sino que va para Lorens, y a pesar de que él es muy amable le devuelve la penetrante mirada a Jusilo. El rubio sonríe y no duda ni un momento, pasa su pulgar por el cuello mientras saca la lengua en un gesto burlón, Lorens ante esto aprieta los puños y los dientes.

—¡La tensión se siente en el aire, señoras y señores! Y recuerden, si no quieren participar en los juegos, preparen las maletas y a casita con mamá, ¡pero los militares junior que se atrevan a participar pueden llegar a ganar el premio de ser nada más y nada menos que el capitán de todas las clases, o bien si resulta que lo único que tienen es valor y pierden rápidamente su primer combate, pues a llorar a casa con mamá! Sin más preámbulo, ¡mucha suerte a todos!—dice para finalizar el presentador.

¡¿Qué haré ahora?! ¡Si Lorens llega a perder con facilidad está batalla, dejará de estar en esta escuela, dejaré de poder estar con él!

<<Sin duda alguna, estos juegos militares, serán muy interesantes….>>

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