¡Monstruos contra mi!

Una misión en cubierto

Dato extra: Esto les servirá un poco como pista para resolver el misterio que se esconde en este libro, aunque dudo mucho que lo descubran (insertar risa malvada). Aquí les va: una frase que suelen decir los gemelos (Langhan y Wonwild) es: "nunca hay dos sin tres". Lo dejo esto a su criterio :)

- Nunca. - Responde a secas con una media sonrisa.

Agarro un mini espejo que tengo guardado en el bolso con una mano y con la otra me pinto los labios de un rosa claro.

- Lorens ¿Los militares...? -

- Los militares están preparados y escondidos alrededor de Rex-Dex, esperando nuestra señal si es que es necesario - contesta Lorens mientras se pone un audífono para hablar con los militares-; pero no entiendo todavía cuál es tu plan.

- Bueno, ahora mismo me estoy disfrazando de Morgana Regum, la hijastra de Rex, el dueño de esta compañía, la sigo en redes sociales, así que sé cómo actúa. De allí en más tú...- Le echo una ojeada de arriba a abajo a Lorens- tú estás perfecto.

Continuo pintándome los labios con sumo cuidado, ningún detalle tiene que estar fuera de lugar en esta misión.

- Ah, creo que ya sé por dónde vas. - El pelinegro también me mira de arriba a abajo con media sonrisa, pero esta se desvanece. En su lugar aparece una cara entristecida y nerviosa, pálida - Eneria, sobre el beso del otro día...

El pintalabios se corre a un costado, manchando mi mejilla ¡Se me había olvidado completamente! Estaba tan centrada en esta misión y en mis cosas que no recordé eso.

- Oh, sí, eso... Hem mm, realmente no sé si... hem bueno, tú sabes, que sea el momento indicado...- Declaro mirando al suelo mientras me limpio la mejilla con torpeza.

- ¡Para hablar de esto! ¡Claro! Sí, perdón, creo que realmente, hem mm, toqué el tema equivocado, lo-lo siento. - Exclama agitado, su piel pasa de la palidez al enrojecimiento de un momento a otro.

- No hay problema, está perfecto. - Realmente no quiero que se sienta mal por lo que ha dicho, es normal que se quede con ganas de saber mi opinión acerca del tema... pero la curiosidad mató al gato...

Se forma un incómodo silencio. Por un momento lo único que escucho es la brisa fresca que choca contra los edificios y el sonido de algún auto pasando, hace frío, aunque el vestido es muy abrigado. Creo que el frío viene de dentro...

- Bueno, creo que tenemos que irnos, ¿sabes? - dice él rompiendo al fin el silencio.
No hace falta describir sus expresiones en este momento, tranquilamente te puedes imaginar la decepción y amargura que emana.

- Sí, vamos. - digo encogida de hombros para luego guardar todo lo que estaba utilizando anteriormente en el bolso y caminar detrás de Lorens.

No quiero hacerlo, sé lo que va a pasar, y realmente no quiero... pero... ahora tengo que centrar toda mi atención en la misión.

Llegando a Rex-Dex siento que cada paso que doy al acercarme a ese lugar hacía crecer un nudo en mi garganta, es la primera vez que creo una misión en cubierto.

Al entrar nos dirigimos directamente a los ascensores para ir a la planta donde se realizan los experimentos, pero el secretario nos detiene.

- ¿Niños qué hacen? No pueden entrar sin autorización. - Nos dice este señor con voz profunda, le calculo unos 60 años de edad, muy bajito y regordete.

- Hmm, al parecer este hombre no la reconoce señorita Morgana Regum. - Comenta Lorens con confianza.

- ¿Morgana Regum? Oh, lamento mucho mi confusión señorita, dígame ¿Para qué viene? - El secretario cambia completamente la forma de dirigirse a nosotros, transformando su profunda voz a una más aguda y pasiva.

Espera... acaba de preguntarme... ¿Para qué vengo?

Me quedo completamente en blanco, eso no lo había planeado, empiezo a temblar e improviso una excusa lo más rápido que puedo.

- Tengo que hablar con mi padre acerca de asuntos privados ¿Acaso no se me permite hablar con él? - Pregunto al final intentando parecer lo más imponente posible.

Intento disimular mis nervios mirando arriba y poniendo mis manos atrás, agarrando una con la otra para intentar calmarme.

- No lo sé, tú sabes que tu padre hoy está muy ocupado... deja que lo llame un momento para que venga y así lo arreglemos. - Agarra su teléfono y Rex le contesta de inmediato.

Trago saliva con dificultad, esto no era parte del plan. Miro a Lorens y está con la misma sorpresa que yo, intento decir algo, pero antes de que pudiera el señor ya estaba hablando con el dueño de la compañía, intercambiaron un par de palabras y cortaron casi al instante.

Rezo porque mi disfraz logre ser lo suficientemente bueno, el ascensor se abre con rapidez y al frente mío aparece Rex, el dueño de Rex-Dex, pero ignora completamente mi existencia, se dirige directamente al secretario.

- ¿Qué pasa? ¡Estoy en una reunión! - Exclama con el ceño fruncido.

- Lo lamento Jefe, es su hija la que quiere hablar con usted. - Dice encogiéndose de hombros con las manos abiertas y elevadas a la altura del pecho.

- ¿Mi hija? - Este se voltea y me mira manteniendo todavía ese ceño fruncido, yo sigo en la misma postura de antes, pero ahora con un sudor muy notable que cae de mi frente, lo miro a los ojos y los segundos se me hacen eternos. Por suerte la cara de Rex se relaja rápidamente.

- Oh, hola princesa, dime, ¿qué es lo que necesitas? - Me dice con una voz cálida y agradable.

¡Sí! ¡Dios existe! Menos mal, estaba a punto de salir corriendo, creía que nos habían atrapado.

- Nada muy importante, solo venía a ver las investigaciones. - Digo tratando de poner una voz muy fina y frágil.

- Claro, recuerda que puedes ir a ellas cuando quieras, no hace falta que me avises princesa. Y tu Scrib, deja entrar a la pequeña, ¿okay? - le dice al secretario con una mirada amenazante para después subirse al ascensor una vez más.

- Claro, perdón se me había olvidado, señor... - Pide disculpas Scrib, el cual parece ser el nombre de este hombre.

- No hay problema, bueno, si eso era todo entonces me retiro, adiós. - Se despide apurado para luego apretar un botón en el ascensor.

- Adiós. - decimos al unísono el secretario y yo.

Apenas Rex se va del lugar, siento una felicidad y seguridad increíble, miro a mi costado y Lorens parece intentar ocultar una sonrisita.

- Creo que ya escucho a mi padre, así que si me permite, me voy. - Contestó sin esperar una respuesta mientras entro a otro ascensor no muy lejano del anterior junto a Lorens.

Apenas se cerraron las puertas de este, nos sentamos prácticamente desparramándonos en este, siento que se puede respirar con mayor tranquilidad.

- ¿Qué haremos ahora? - Pregunta el pelinegro ya poniéndose de pie y extendiendo una mano para ayudarme a levantarme, la acepto y sonrió.

- Mira, haremos lo siguiente ... -