¡Monstruos contra mi!

¿Comenzamos otra vez?

—Yo…realmente estaba enamorado de Lorens.— Suelta como una bomba hacia nosotros.

Se me para el corazón y abro los ojos. Lo primero que hago es dirigir mi mirada a Lorens, el cual está atónito, inmobil, desvivido, en shock. Ni él, ni yo esperábamos esta respuesta.

Nadie dice nada, lo único que se escucha es el agua cayendo de la fuente.

Lorens mira fijamente a Jusilo, al cual jamás lo vi temblar, y mucho menos de esa manera tan agresiva. Baja las piernas y cruza los brazos alrededor de su cuerpo, apretandolo, como si se fuera a ir.

—Se que estuvo muy mal lo que hice. Cuando eramos amigos, estaba feliz de que alguien quisiera estar conmigo, pero cuando ví que ustedes avanzaban de categoría, mejoraron y a pesar de que me esforzaba jamás conseguía tan buenos resultados como ustedes, siendo menores que yo, hacía que me doliera el corazón. Lo peor de todo es que sin querer desarrolle sentimientos hacia Lorens y me sentí mal, porque sabía que él no sentía nada hacia mi si, si no a ti Eneria, sentí unos celos horribles, así que decidí alejarme de todo para centrarme solo en ser un buen militar, en mi cuerpo, en lo único que se me da bien, para ser mejor que todos, para nunca más sentirme solo, para que todos me quieran. — Dice rapidamente Jusilo sacándolo todo de golpe, y luego inhala y exhala fuertemente, como si se estuviera quitando un gran peso de encima.

…Soy idiota, realmente soy idiota, como no pude haberme dado cuenta de nada, ¿como no supe abrir los ojos?  Siento como si se hubiera hecho un nudo en mi garganta con mis cuerda vocales, dejándome sin hablar, me siento como una villana, primero rechazo a mi mejor amigo, el que siempre estuvo allí para mi, ¿y ahora me doy cuenta de que le arruiné la vida a uno de mis mejores amigos? ¿Nunca me di cuenta de que él se sentía mal? Que se había alejado por una razón…

¡¿Cómo voy a arreglar esto?!

No puedo con esto, me quedo en total silencio mientras que salen lágrimas de mi cuerpo, veo a Lorens y él sigue en shock por todo esto. Después de un rato por fin lo veo parpadear y me mira a mi con una cara decisiva, yo asiento con la cabeza. Entiendo lo que quiere decir así que me alejo un poco de ellos, poniéndome del otro lado de las fuente, dejándolos a solas.

—Perdónanos Jusilo, no… realmente no sé muy bien que decir, jamás nos dimos cuenta de tus sentimientos. Siempre te comportaste de una manera cerrada con nosotros y pensábamos que eras así, nunca dedujimos que te pasaban tantas cosas, y realmente Eneria y yo estamos muy felices de que por fin te hayas abierto a nosotros, porque ahora podemos solucionarlo todo, volver a empezar, si es que nos lo permites… — Lorens le habla detenidamente, de una forma suave y delicada, con una voz tan dulce que le podría salir azúcar de la boca.

Jusilo se decide por fin en levantar su cara, que estaba oculta entre su cabello y sus piernas, mira a Lorens con tristeza y miedo, sin saber exactamente cómo reaccionar.

—¿Les gustaría volver a ser mis amigos…?  — Pregunta tristemente el rubio, muy desconcertado.

—¡Por supuesto! No lo dudes ni un poco  —Lorens le abraza fuerte—, podemos empezarlo todo desde el principio.

Se quedan un rato abrazados sin decir nada, porque a veces no hace falta decir nada para entenderlo todo. Sonrió un poco, no voy a donde están ellos, prefiero darles su espacio, ahora siento un ambiente más tranquilo, por dentro y por fuera.

— ¡Buenas, buenas! ¿Qué hacen aquí chicos? Los estuve buscando por todas partes, ¿ya se andan escondiendo verdad? Malditos antisociales ¡Qué hay fiesta! ¡Hay que bailar hasta el amanecer! — Los tres nos sobresaltamos al escuchar la voz de Dalia, la cual está bebiendo sonoramente un batido con una pajita, tiene unos lentes de sol en forma de corazones que brillan.

Se hizo un segundo de silencio y ella se bajó un poco los lentes de sol para mirarnos con los ojos abiertos.

— ¡Pero bueno! ¿Y esas caras? ¿Que paso aqui? ¿Me perdí algo importante? — Pregunta sorprendida para luego dar otro sonoro sorbo a su bebida.

Todos nos echamos a reír, menos Dalia, que está sin entender nada.

Los tres nos levantamos cansados, pero más tranquilos con una sensación agridulce en la boca, pero mejores que antes, ya lo hemos sacado todo a la luz así que y no hay nada que ocultar.

¿O no? Ja, ja, es broma.