<<Sin duda alguna, estos juegos militares, serán muy interesantes….>>
Definitivamente no puedo permitirme perder a Lorens, y no solo porque sea el general de nuestra clase, la realidad es que no pude evitar haber desarrollado otros sentimientos hacia él…
Cierro los ojos, y empiezo a pensar, y la verdad, ahora que me lo planteo, sin él ni siquiera hubiera logrado ser un militar junior y mucho menos una capitana.
Sin querer se me escapa una sonrisa, porque viene a mi memoria el día en el que nos conocimos. Permíteme que retrocedamos unos años en el pasado…
…
Primera y última vez que disfruté un lunes.
Estábamos mis padres y yo en ese oscuro lugar que tan solo estaba iluminado por farolas, con esos ríos que recorrían por todas partes y esa grisácea escuela, la cual todavía no había conocido por dentro, así es, me refiero a la base madre, allí, junto a la entrada de la escuela nos estábamos despidiendo. Ellos preocupados e indecisos, yo saltando de la emoción porque era mi primer día en la academia, estaba a punto de empezar los exámenes de ingreso y el hecho de no saber lo que pasaría hacía que la adrenalina me subiera al cien <<¿Haré amigos?, ¿me darán armas?, ¿lucharé contra profesionales? …>>
—Ene, ¿nos estás escuchando?—preguntó ligeramente enfadada mi madre, a lo que yo pegue un ligero salto al salir de mis pensamientos, asentí automáticamente.
Mi padre voltea los ojos con una sonrisa para luego venir asía mí, posa su mano en mi hombro y yo miré a sus azulados ojos y sin querer me fije también en su revoltoso pelo negro y en su alto cuerpo, era bastante joven para ser padre diría yo… no sé por qué me fijé en todo eso, tal vez quería tener una imagen clara de cómo era mi padre antes de irme a vivir a la academia para tenerla bien guardada en mi memoria.
—Hija—empezó a decir papá—, te deseamos mucha suerte, y recuerda, que si en algún momento quieres abandonar la academia, te sientes triste o algo, cualquier cosa, no esperes hasta que llegue alguna festividad para venir a mi casa, ven a verme cuando quieras ¿Si?
—Y a la mía también puedes ir, claramente— interrumpió mi madre.
¡Ah claro! Se me olvido contarles, mis padres están separados.
Díganme ¿Recuerdan lo que pasó en el centro comercial cuando yo era pequeña y protegí a un niño de un Taimer? Bueno, después de todos esos halagos y sonrisas, pasó algo no tan lindo.
Mi padre y yo llegamos a casa y nos encontramos allí con mamá, ella nos abrazó preocupada, le contamos lo que había pasado y entre pin y pan de parloteo, empezaron a discutir, mis padres eran de discutir seguido, pero esta vez fue más fuerte de lo normal, me acuerdo de que mi padre decía “¡¿Por qué dejaste a tu hija sola?! ¡Podría haber muerto!”, y mi madre contestaba “¡Me salió por instinto, ni siquiera pensé, además mírala, está bien!”
Pero como habrás notado no me acuerdo mucho de la conversación, pero de lo que sí me acuerdo es que acabó con la entrada de casa cerrándose fuertemente y mi madre al exterior con unas maletas improvisadas y un taxi…Igualmente, ya ha pasado mucho tiempo de esto, y poco a poco las cosas se fueron arreglando, mis padres no estaban casados, así que no hubo mucho papeleo, vivo con mi papá y a veces voy a visitar a mi mamá.
Pero tranquilo lector, ellos al final terminaron bien, se convirtieron en amigos, pero nada más allá de eso, y lo respeto, no es fácil llevar una relación.
Lo que sí debo admitir es que desde el día en el que mi madre se fue de casa dejándome sola con papá nuestra relación no volvió a ser la misma… perdón, creo que estoy perdiendo el hilo, continuemos donde nos quedamos, en la entrada de la academia.
Fue una larga despedida hasta que al fin decidieron soltarme, entonces, allí comenzaron las pruebas de ingreso. Camine donde estaba la puerta principal, pero antes de que pudiera hacer nada, se alzó una gran valla, esta se unió junto al resto que estaban alrededor de la escuela y tras de estos espinosos alambres, altos muros se alzaron.
—¡¿Pero qué mierda?!—grité sorprendida.
Me dijeron que los exámenes de acceso eran difíciles, pero ¿Tanto?
Rodeé casi por completo la escuela hasta encontrarme con un pequeño cartel de metal, el cual ponía: “¡Bienvenido a la academia para militares! ¡Los exámenes de ingreso comenzaron! Esperemos que te vaya bien futuro militar junior ¡Buena suerte!”
<<¿Cómo que los exámenes comenzaron? ¡¿Tan pronto?!>> pensé con miedo, pero luego me dispuse a respirar profundo y mantener la calma. Era mi momento de demostrar mi valía como militar.
Después de esa automotivación mire la valla con seriedad, escalarla era imposible, ya que me dejaría la mano en ello, porque esta estaba cubierta de alambres con púas por todas partes, saltarla tampoco era una opción, puesto que era demasiado alta ¿Por debajo? Tampoco, porque la valla estaba completamente sumergida en el suelo de microcemento.
De repente, entre pensamiento y pensamiento, escuche ligeros pasos que se acercaban, hasta que desde una esquina vi a un chico de pelo negro, con gafas y cara de pocos amigos caminar hacia el cartel que antes yo había leído, no me miró en ningún momento, se dispuso a leer el cartel con una cara enojada para luego voltea a verme.
—¿Qué quieres?—dijo con rabia.
Quedó un momento sin entender el porqué dijo eso, hasta que me doy cuenta de que todo este tiempo le estuve mirando.
—Na-Nada, perdón—dije lo más apresuradamente posible, él volteó los ojos y se concentró en la espinosa valla, yo le imito.
Cerré los ojos, pensé y pensé, pero no se que hacer, hasta que un ruido me hizo abrir los ojos, y… ¡EL CHICO ESTABA TREPANDO LA VALLA!
Me quede atonita y iba a preguntarle si necesitaba ayuda, pero al ver que sus manos estaban completamente intactas cierro la boca, no entendía cómo era posible, hasta que me fije con mayor detalle en las partes en las que él escalaba la valla, allí fue donde me di cuenta de que en realidad, no habían púas por toda la valla, sino que sólo en gran parte de esta, inmediatamente al darme cuenta de este detalle me sentí tonta por no haberme dado cuenta antes de algo tan simple, pero me tragué mi roto orgullo enseguida, ya que tenía que acabar estas pruebas lo antes posible.
El chico al ver que me había puesto a escalar junto a él me miró con una cara de asco que no podré olvidar en mi vida, para después continuar escalando la valla.
Tragué saliva.
Luego bajamos de la valla por el otro lado para pasar al siguiente nivel, o a lo que yo le llamaba “la siguiente pregunta del examen”.
<<Esto será muy divertido>>
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¡Monstruos contra mi!
Action💣💣💣En un mundo donde los monstruos lo pueden dominar todo, solo los mejores militares pueden salvarnos, militares como yo...⚔⚔ Mi nombre es Eneria, soy una capitana de soldados en entrenamiento ¿Mi objetivo? Mantener a estos monstruos a raya, mon...