Nueva misión, nueva relación

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— ¿Quod? — cuestiono

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— ¿Quod? — cuestiono.

— Sé, exactamente, soy el primo de Jusilo, él me ha hablado de ti antes, por eso sé tu nombre. — dice él relajado. Al verle sentí como su cuerpo emanaba un aura de tranquilidad, pareciera que nada le preocupase, algo extraño, para supuestamente tratarse de un militar.

— Tengo un par de preguntas… — digo un poco sonrojada, la curiosidad me mata… luego me concentraré en mi misión.

Hace una risita ahogada.

— Pregúntame lo que quieras, capitana menor. — dice mientras se acomoda el cabello con ambas manos, tiene un pelo casi tan largo como el mio, pero el suyo es negro con algunos mechones turquesas, que hacen juego con sus ojos.

— Esperate un poquito, te acabo de conocer y me hablas así… igual, mejor no me contestes nada ahora jeje, tengo trabajo que hacer. — lo freno colocando ambas manos desplegadas pegadas a los hombros, Quod me está poniendo un poco nerviosa.

— ¿Tienes trabajo a estas horas? Se supone que eres de un grado inferior al mío, no te pueden asignar misiones nocturnas en ciudades. — dice sospechando de mi palabra.

Doy un suspiro largo de agotamiento, no quiero andar dando explicaciones, estoy muy cansada para eso, además, es el primo de Jusilo (según él) si supiera que yo fui la responsable de meter a su tia en la cárcel, creo que su aura de tranquilidad se convertiría en una de odio.

— Mira, eso no es de tu incumbencia sabes, soy capitana junior, puedo ir donde quiera a la hora que quiera, uno: porque soy capitana, dos: porque soy libre y tres: que te importa. Espero que eso no te ofenda agente mayor Quod. — le digo poniéndome a un lado, me estoy retirando, hasta que el dice algo que me deja de piedra.

— Ja, ja, já, parece que la capitana menor junior está demasiado somnolienta como para hablar con su mayor.— dice con una sonrisa. —Para tu información, sé que tú fuiste quien metió a la madre de Jusilo en la cárcel. ¿Por eso estás aquí no?

Me doy la vuelta con culpa, se que cometí un error grave. Aunque no tendría que estar dando explicaciones igualmente.

Parece que la cara que pongo no es muy linda ante su comentario, ya que se encoge de hombros.

Me tranquilizo.

— Perdón, no quería hablarte de una forma tan borde y mucho menos hacerle un mal, tanto a ti como a Jusilo, es solo que…— no termino la frase porque él pone una mano en mi hombro.

— Tranquila, todos cometemos errores, solo hay que arreglarlos. Seguramente estás aquí para resolver ese problema, y no me ofende que me hayas tratado así, sé te nota en la cara que estás cansada y estresada, ¿quieres un té? llevo un montón de cápsulas siempre conmigo.

Quito la mano que puso en mi hombro de un manotazo, ¿acaso este chico es así de confiado con todo el mundo?
Me apoyo contra una pared del callejón, hace mucho frío, tanto que sale humo de mi nariz cada vez que exhalo, el invierno me resulta tan eterno como mis problemas…

— No será necesario el té. Y si, vengo para resolver este problema, lo que pasa es que me dejé un robot en la empresa Rex-Dex, vengo a recuperarlo y encontrar pruebas a favor de la libertad de la madre de Jusilo. Pero no sé que hacer muy bien — agarro mi cabeza con la mano, colocándola en la barbilla —, desde que supe que en realidad arresté a una persona que no correspondía me quede inquieta, hablé con profesores y dijeron que no podían hacer nada sin pruebas, ya que supuestamente había sido encontrado prácticamente en el acto. Desde que me levanté lo primero que hice fue ir a la cárcel para intentar liberarla, después me di cuenta que las supuestas pruebas de los videos que tengo no sirven y… — luego me doy cuenta y me pregunto por qué le estoy contando todo esto a un chico que conocí hace dos minutos.

Cuando lo veo él está asintiendo, con los ojos super abiertos delante de mí, prácticamente inmovil, salvo por ese movimiento constante que hacía su cabeza.

— Entiendo que estás pasando por mucho, es algo complicado intentar solucionar este problema, he intentar dejarlo todo como estaba en un principio. Pero no hace falta que arregles todo esto sola, es más, deja que te ayude, técnicamente yo también estaba por ir a Rex-Dex, al igual que tu. — dice con una media sonrisa. Parece ser un buen chico…

— Ah, y una recomendación que te haré como tu superior —

—¿Sí? —

— Duerme. — responde Quod seriamente.

Rio un poco, haciendo que el peso de lo que dije disminuya.
Mi flequillo tapa mi ojo, así que al instante lo vuelvo a colocar detrás de la oreja para que no moleste.

— Intentaré dormir cuando tenga tiempo para ello, pero ahora tengo mucho que hacer. — digo con calma.

— Aunque tengas mucho que hacer Eneria, duerme, porque si no todo lo que hagas no lo terminarás haciendo bien. Lo digo por experiencia, no debes tratar tu cuerpo de esa manera.
— contesta relajado, con una voz algo áspera, pero creo que es porque vuelve a cubrir su boca.

Quod da unos pasos, dirigiéndose fuera del callejón, acomodando sus armas y  su traje.

— Hagamos una cosa, haremos esta misión juntos y luego de eso te tomaras un pequeño descanso para recuperarte ¿Te parece? — pregunta inclinando levemente la cabeza.

Me quedo unos minutos pensativa, pero es verdad, este tal Quod tiene razón por más de que me cueste admitirlo, necesito dormir, si no, no doy el cien por ciento de mi.

— Está bien, dalo por hecho. — contesto con neutralidad y los brazos cruzados, no me gusta darle la razón y menos a personas que acabo de conocer, aunque sean mis superiores. — pero, ¿cuál es el plan?

— Mira el plan es…

— Mira el plan es…

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