Drei.

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Otra vez salió de entre la tierra, esta vez solo se mantuvo sentado mirando a su alrededor en silencio hasta que las lágrimas le ganaron, URSS no lo soltó.. sus grandes manos le oprimieron el cuello hasta matarlo. Por inercia llevó la propia hasta este pero no sintió dolor alguno, como cuando se levantó la ver anterior.. no tenía idea de qué sucedió exactamente pero suponía que murió de hipotermia.

¿Por qué seguía volviendo a la maldita vida?, si ya no tenía nada ahí, algo en su mente le decía que debía buscar al soviético antes que todo... pero este no quería ni verlo y se comportaba cada vez peor, sin embargo no conocía nada más.
Se limitó a suspirar en lo que sacudía un poco su ropa descuidada antes de caminar nuevamente intentando ubicarse entre todos los árboles congelados y el vasto blanco que cubría todo a su paso debido al mortífero invierno ruso, tardó un poco, pero finalmente volvió a encontrar la cabaña aunque esta vez se quedó a unos metros de distancia con algo de temor.. a pesar de que no sintiese dolor al levantarse, morir era realmente horrible y aterrador.

Amaba al eslavo con todo su corazón... pero ya no lo reconocía, no era más el hombre por el que había lanzado a la basura las reglas de su sociedad para ir a sus brazos sin problemas.. ahora comenzaba a temerle con cada interacción que tenían.

Por lo que tembló cuando el sonido de la puerta principal abriéndose lo sacó de sus pensamientos, no dijo nada y solo observó quieto al azabache que frunció el ceño con una expresión rara como si estuviese dudando, este extrañamente volvió al interior de su propiedad dejando la entrada abierta como si le estuviese dando permiso de seguirlo, cosa que tardó algunos minutos en hacer a pesar de estar congelándose ya que estaba nervioso.

—¿Cómo es que sigues volviendo aquí?.. —Habló al fin el carmesí sentándose en su sofá, pero al no obtener respuesta decidió cambiar de pregunta— ¿Porqué me buscas a mi?

—Eres.. mi último recuerdo. —Dritte se quedó de pie junto a un pilar de madera, se mantuvo algo sumiso rememorando lo previo a su primer despertar en medio del bosque— Acordamos reunirnos esta semana en Varsovia para cenar..

—¿"Esta semana" dices?... Hm, ya recuerdo —El de ojos hielo suspiró al dar con el momento al que se refería el otro, no fue precisamente malo.. pero ya no quería tener en su mente nada de esos días en los que supuestamente eran felices y socios en la guerra— Eso fue en Junio de 1940.

—..¿Por qué lo dices como si ya hubiese sucedido? —Otra vez comenzaba a confundirse de sobre manera, por lo que dio un paso acercándose al dueño del territorio para que al menos se dignase en explicarle bien qué sucedía—.

—Porque han pasado cincuenta y tres años desde eso, recuerdo perfectamente que le disparaste al camarero polaco por no tener tu vino favorito a disposición esa noche. —URSS le dio una mirada fría haciendo que se detuviera justo donde estaba, otra vez marcando todo el tiempo transcurrido, con su único ojo útil escaneando la presencia ajena que se veía tan real que ya comenzaba a pensar en que era la muerte buscándolo para reclamarlo también—.

—¡Eso es imposible!, ya deja de decir esas cosas, ¡Hoy es Mayo 28 de 1940! —El alemán comenzaba a alterarse, con ello adquiriendo una personalidad errática casi similar a la que solía tener pero esta vez era por nerviosismo y no por agresividad—.

— Mira la maldita pantalla de la televisión frente a mi y dime qué fecha es. —El índice de la antigua gran potencia apuntó hacia el noticiero transmitido en vivo, entonces lo vio deformar su expresión una de estupefacción—.

—...Sep.. Septiembre 5 de.. 1993... —Murmuró el de esvástica retrocediendo hasta que su cuerpo chocó contra el pilar tallado, a pesar de la calidez del ambiente sentía que su respiración se hacía helada— ¿Cómo..?

—¿Dejarás ahora de creer que te estoy mintiendo, Nazi? —Dejó su cómodo lugar para acercarse a pasos lentos notando que palidecía como una hoja, tal vez si le recordaba cómo murió su alma o lo que sea que fuese dejaría de volver— Tú moriste en 1945 porque yo te disparé con tu propia arma, intentaste desesperadamente acabar conmigo, pero no pudiste contra mi en mi propio terreno.

El de esmeraldas ni siquiera respondió, sólo sintió su cuerpo más ligero hasta que todo oscureció y no sintió el golpe que se dio al caer contra las alfombras que cubrían el suelo de madera. URSS se inclinó acercando dudoso su mano.. el europeo aún.. respiraba, estaba inconsciente en medio de su sala y con la piel lo necesariamente cálida como para comprobar que no era un cadáver andante.

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Dio un par de vueltas más mientras escribía en un diario todo lo que le estaba sucediendo, porque era algo demasiado extraño como para decírselo a alguien y que no lo tacharan de loco, tenía al maldito fascista supuestamente muerto acostado en su sofá, aunque algo que se le hacía extraño es que su uniforme hubiese durado tanto en relativo buen estado a pesar de los climas cambiantes de la zona en donde lo enterró aquella vez.

Pero ya no pudo seguir pensando en eso debido a que comenzó a sentir hambre y decidió prepararse algo, después de todo él estaba armado y el menor no, así que eso le daba la tranquilidad de por lo menos comer algo mientras lo vigilaba, no tardó mucho en hacerse sándwiches de carne con salsa y decidió comerse algunos mirando a través de la ventana por si ahora no se le ocurría también a su jodido padre aparecerse entre los árboles.

Rebirthing [T.R × URSS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora