El soviético no soltó ni un segundo los labios del rubio, sintiendo la necesidad de besarlo hasta que se le acabara el aliento... después de todo el alcohol revela las cosas que se retienen incluso en lo más profundo, terminaron acostados sobre la alfombra con Dritte respirando agitado bajo los brazos del más alto que lo observaba algo perdido en sus propios pensamientos confusos. A lo que se dejó llevar y se estiró un poco volviendo a unir sus labios sacándolo de su ensimismamiento para corresponder, sintiendo cómo le abrazaba la espalda y cintura para apegarlo más, se sentía tan bien poder intercambiar besos otra vez.. casi como un sueño.
URSS durante unos segundos de lucidez pensó en detenerse, pero un ligero jadeo ajeno seguido de un beso tímido del escarlata solo lo hicieron desear más quedarse allí sin importar qué pasará luego, así se permitió recorrer con sus manos el cuerpo del más bajo que suspiraba su nombre. Ya no podía negar que sus sentimientos estaban allí por más que los retuviera.. las ansias por devorarlo a besos como en antaño seguirían siempre allí con la misma intensidad desde la primera vez, por lo que cuando menos lo notó ya lo había despojado de su suéter y se vio tentado a dejarle pequeños besos en los hombros sintiendo su piel tan suave, notando que la cicatriz en su pecho se veía mucho más pequeña casi cerca de desaparecer. Eso por alguna razón lo hizo sentir gusto por lo que siguió acariciando al de esvástica que ahora lo abrazaba por el cuello y se arqueaba un poco ante sus toques..
—Reich.. yo quiero.. —Murmuró hundiéndose en el cuello ajeno, aspirando su aroma suave que seguía siendo tal como lo recordaba, tenerlo en sus brazos le traía muchos recuerdos de antes de la guerra cuando sus vidas tal vez podrían llamarse perfectas en la tranquilidad y prosperidad—.
—No te detengas Sowjet.. sí quiero.. —El europeo respondió en tono bajo al oído ajeno dejándole un beso en la mejilla, podía sentir la respiración ajena contra su piel y le causaba algo de cosquillas y una sensación más grande en el pecho—.
Entonces se dejaron llevar entre besos profundos y caricias con necesidad luego de mucho tiempo apartados, el de ojo hielo acabó por tomar al otro en brazos para llevarlo tambaleante hasta la habitación en donde lo acostó en la cama sin dejar de desvestirse entre jadeos seguidos de suspiros, una vez estuvieron libres de cualquier cosa que los cubriese de la vista del otro el mayor se acomodó entre las piernas del escarlata las cuales acarició con suavidad observando su rostro enrojecido a la par de sus ojos que mostraban un ligero brillo lujurioso.
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URSS emitió un gemido ronco sin dejar de moverse oyendo de contraste los más agudos del fascista que le rodeaba la cintura con las piernas, aquella sensación de unirse carnalmente ya la había olvidado pero sin duda era adictiva sobre todo por estar intercambiando sonoros besos con fuerte sabor a vodka.
—So..Sowjet, más.. —La voz melosa y entre cortada de Reich llamó la atención del mencionado que dejó de darle suaves mordidas al cuello para ir más rápido haciéndolo sentir como si tocase las nubes, nunca pensó que añoraría tanto poder ser tomado otra vez por su antigua pareja.. pero disfrutaba de cada rose y caricia que se daban—.
En cierto punto sintió que el miembro ajeno dio justo en determinado lugar que lo hizo arquearse dejando escapar un sonoro gemido en lo que se aferraba al mayor quien posesivamente lo rodeó con sus brazos durante un rato hasta dejarse caer a un lado respirando agitado, el de esvástica se encogió y buscó la calidez ajena de quien en lo que le quedaba de conciencia lo abrazó arropándolo con la manta arrugada antes de quedarse dormidos profundamente.
Dritte apoyó su cabeza en el pecho del carmesí y se hizo ovillo acurrucándose entre sus brazos con calma, sintiéndose protegido y querido al menos por esa noche en que pudo decirle entre murmullos al azabache cuánto lo amaba.
A mi querida Berlín;Hoy haz hecho una inocente pregunta que no he sabido responder, me duele no poder decirte con exactitud por qué tu padre no ha venido a visitarte.. Lo que más quiero en mi corazón es que te tenga en sus brazos y te cante para dormir como hacía para mí durante nuestra infancia.
Apenas tienes tres años pero eres tan brillante y meticulosa que notas la tristeza en mis ojos que tanto me esfuerzo en esconder cuando haces o dices cosas que me recuerdan tanto a URSS, eres su viva imagen de cuando éramos niños con la única meta de ser fuertes para protegernos el uno al otro, tus preciosos ojos aguamarina poseen la misma mirada intrépida de tu padre y sé que serás tan fuerte y valiente como él.—Voy a protegerte con todo lo que quede a mi alcance incluso después de que puedas valerte por ti misma, Papá Dritte Reich.