—Setenta y cinco días en un pestañeo, siento que se están robando el tiempo —El mayor resopló tachando otra fecha en su agenda, las cosas no habían cambiando mucho pero al menos Reich escupía sangre con menos frecuencia y eso ya era un avance bueno—.
—Esta panza me pesa demasiado y aún falta un mes.... tengo calor —Quejándose entre dientes el escarlata continuó comiendo de su plato con gelatina en cubos, ya habían pasado poco más de dos meses desde que llegó y su vientre había crecido rápidamente en ese tiempo por lo que se le había vuelto complicado hacer algunas cosas e incluso tenía que ducharse con asistencia de Suiza—.
—Aún estamos a once grados, ni se te ocurra quitarte el suéter —Alemania levantó la vista de sus papeles para mirarlo con advertencia pues sabía lo terco que podía llegar a ser, aunque la charla se interrumpió por el sonido del timbre que los hizo tensarse e intercambiar miradas—.
—Mierda, hora de escondernos, vamos ten cuidado —Dijo en tono bajo el cenizo levantándose y ayudando al otro a salir de su silla llevándose sus platos para aparentar que no había nadie más en la casa que el de piel amarilla que se acercó a la entrada y abrió la puerta cuando subieron la escalera—.
—Привет, Германия, я пришел, чтобы собрать документы, которые ожидались, чтобы организовать их до встречи. —En el pórtico se encontraba el de ushanka gris con expresión relajada a su modo y arreglándose el guante que escondía su prótesis metálica, no tenía complejos por eso, pero prefería cubrirla para evitar preguntas—.
(Hola, Alemania, vine a recoger los documentos que quedaron pendientes para organizarlos antes de la reunión.)
—..Claro, por favor siéntate e iré por ellos a mi oficina —El tricolor esperó a que el contrario estuviera quieto para subir al segundo nivel, yendo primero hacia la habitación de invitados que tenía la puerta junta por donde se asomó haciendo que le mayor se acercara— Que Dritte no salga por ningún motivo, Rusia está abajo.
Mientras tanto el azabache en la sala revisaba en contenido de su portafolios hasta que sintió una respiración detrás de su cuello y colocó la diestra sobre su arma en el cinturón, pero antes de poder girarse a encarar a quien estuviese haciendo ello escuchó un conocido ruido de uñas chocando contra el suelo y por un lado del sofá se le apareció un lobo joven de pelaje grisáceo que lo olfateaba de cerca hasta que se sentó junto a sus piernas mirándolo tranquilamente.
—Я не знал, что у него есть дикие животные.. —Rusia miró con atención al canino que parecía estar domesticado pues comenzó a mover la cola como un perro apenas comenzó a hablar, pero no tenía ninguna placa o collar para saber su nombre aunque de igual manera lo acarició sin problema alguno—.
(No sabía que tuviese animales silvestres..)
Para Grisha el aura del de piel roja era muy similar a la del de parche además de tener su aroma muy impregnado, junto con el idioma al que se había acostumbrado de cachorro se sentía en confianza con alguien de cualidades familiares. Minutos después el de traje formal se acercó a la escalera ya con los papeles en mano y al notar al foráneo jugueteando con el animal sintió la necesidad de darse una palmada en el rostro, habían olvidado cerrar las puertas del jardín, pero respiró profundamente mentalizándose de que no pasaría nada malo ya que después de todo.. nadie estaba buscando al fascista.
—Aquí están los papeles, lamento si mi perro te causó algún infortunio, suele ser aterrador al primer vistazo —Trató de disimular en lo que le tendía al más alto un sobre con lo mencionado, impaciente por que se fuera pronto y no descubriese nada más—.
—Нет проблем, это очень послушно —El de ojos lavanda alzó los hombros restando importancia, levantándose ya con lo que quería y volviendo a su tono neutral como acostumbraba con otro fuera de su familia— Все, иду, через час увидимся на собрании.
(No hay problema, es muy dócil / Ya es todo así que me iré, nos veremos igual en la reunión dentro de una hora.)
Para cuando el eslavo cruzó la puerta Alemania suspiró aliviado casi como si hubiese desarmado una bomba segundos antes, aún así solo se limitó a volver con los otros dos para ver que todo estuviese en orden para la siesta de la tarde que tomaba el escarlata.
—Míralo tan tranquilo y protector, quién diría que le encantaba torturar al anterior Polonia hasta el cansancio —El de mirada celeste alzó ambas cejas con ligera diversión estado de pie junto a la puerta, cuidando a distancia a Dritte quien ya dormido rodeado de almohadas estaba hecho ovillo abrazando su vientre redondeado—.
—Ha cambiado bastante su comportamiento desde que recordó todo, pero siento que en realidad este es su verdadero estado de personalidad.. —Murmuró el de traje formal apoyándose en el hombro del mayor que recordó a cuando comenzó a frecuentarlo para revisiones en su embarazo anterior—.
—Igual la locura es parte de su familia, a Kaiser le gustaba experimentar con gases letales como pasatiempo de la tarde, son todos como científicos malvados con un sentido del humor bastante raro y sobre todo muy burlones —Suiza sonrió de lado ante lo curiosos que eran los germanos, cada uno se parecía entre sí pero tenían comportamientos distintos y cada uno más raro que el anterior pero en eso estaba su singularidad— Me pregunto qué escondes tú.
—Pero yo no soy descendiente de ellos —El más alto ladeó la cabeza, si bien había nacido de la tierra del territorio no era parte de las uniones que estos llevaron a cabo con otros country hasta llegar a la época del fascista—.
—Pero eres alemán.. —Puso su mirada de soslayo sobre el tricolor, ambos se quedaron mirando en silencio y la charla quedó allí—.