Rebirthing [T.R × URSS]

Тридцать четыре.

—Pero es que cómo no vas a saber que andas haciendo otros hijos, maldición no me quiero ni imaginar teniendo parentesco con ese demente que metiste a la casa cuando éramos niños. —Rusia miró a su padre con enfado y caminando de un lado a otro en la sala desordenada mientras el aludido estaba en uno de los sofás bebiendo agua para bajarse el alcohol en el organismo—.

—Reich no fue el causante de la bomba en nuestra vieja cabaña —El mayor suspiró confirmando ahora que el germano había estado diciendo la verdad todo ese tiempo, no podría haberlos enviado atacar cuando estaba esperando ya a su primera bebé de apenas unos pocos meses—.

—¿Qué?.. —Soltó la bielorrusa sentada a su lado, siempre habían oído que el fascista había sido el culpable absoluto de todo lo que les pasó esa horrible noche—.

—Me dijo que fue Heinrich Himmler quien lo amenazó para que dejara de frecuentarnos, él nunca supo que el humano ordenó que nos atacaran antes de la ruptura del pacto, apenas se enteró y sintió mucha culpa por lo sucedido.. —Suspiró el carmesí dando otro sorbo largo deseando ahogarse en el maldito vaso—.

—Esto se está tornando peor que una telenovela —Ucrania frunció los labios y resopló, niños muertos y nuevos hermanos era demasiado que digerir en una sola tarde además de que había otro problema— A China le va a dar un infarto, ustedes estaban comprometidos antes de que cayera la Unión.

—China no me interesa, es buen camarada pero no tengo ningún sentimiento por él —Estaba seguro de ello, incluso cuando creyó haber matado al de esvástica no volvió a sentir nada por nadie con esa misma intensidad o siquiera atracción—.

—¿Y acaso si tienes sentimientos por el supremacista genocida que casi extermina a una "Raza" entera? —El ruso tricolor se levantó de dónde estaba para encarar al mayor, todo eso le parecía una locura sin sentido y no estaba dispuesto a hacerse más problemas con occidente por causa de un criminal—.

—Si no quieres hacerlo por mí, entonces hazlo por tus hermanos, por la memoria de Berlín y el futuro de este bebé que no tiene la culpa de los errores que cometimos Reich y yo. —El de parche buscó directamente la mirada de su primogénito que aunque no era de sangre, a los tres los vio como sus hijos desde que salieron de la tierra al adherir sus territorios a la Unión—.

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—Pareces un bola de boliche —El suizo volvió a reír mientras tocaba ciertos puntos del vientre ajeno ya más grande para asegurarse cómo cada mañana de que todo estaba en orden—.

—No sé qué es eso, pero vete a la mierda —Respondió entre dientes el escarlata apegándose al menor para esconderse en el lado izquierdo de su torso y así no ver qué lo estaban tocando pues de lo contrario se estresaría—.

—Amargado —Bufando el de cruz blanca tomó la cintilla métrica para tomar la nueva medida semanal y así apuntarla en la carpeta de información que le hicieron al bebé y a Reich—.

—Suiza ya no lo molestes, me está clavando las garras —Alemania advirtió al mencionado mientras rodeaba con su brazo al más bajo que inmediatamente se abrazó a él—.

—Vas a tener que cortarle esas cosas o va a dejar al bebé más arañado que sofá en casa con gatos —El cenizo viró los ojos y guardó la cintilla tras apuntar los centímetros que creció, al terminar le puso un sello pequeño de carita feliz y le bajó el suéter—.

El tricolor decidió ignorarlo y tomó un extremo de la manta para volver a cubrir con esta al ex fascista que suspiró aliviado de que ya no lo fueran a tocar así al menos hasta la próxima semana.

—¿Cómo está mi bebé? —El mayor de ojos esmeralda miró algo ansioso al banquero, esas últimas semanas con ellos lo habían estado llenando de sueros y comidas extrañas que según ellos eran ricas en nutrientes importantes que necesitarían ambos—.

—Podría decir que según los estudios externos está formándose cómo debería sin complicaciones, pero aún así tengo que ver la manera de que te revise un especialista con la indumentaria prenatal adecuada —Suiza lo miró removiendo un poco sus labios en una mueca momentánea, todo se hacía más difícil cuando el paciente debía ser un criminal de guerra supuestamente muerto hace décadas—.

—Estaremos preparados para cualquier imprevisto que surja, el territorio cuenta con tecnología médica de alta gama así que podremos ocuparnos —Finalizó el de gafas haciéndose una seña al otro para que se levantará de la cama para ir a buscar la charola con el almuerzo, ese día se cumplía un mes desde que el de esvástica llegó así que le darían una gelatina, no era mucho pero sabían que estaría mejor con eso que con algo material— Prometimos que el bebé estaría bien así que intenta no preocuparte.

—..Tu carácter me recuerda mucho a mi padre... agradezco que tengas la paciencia y disposición para ayudarme a sobrellevar esto.. —El rubio más bajo miró con tranquilidad al suelo de casa, tenía la misma mirada seria pero en el fondo bondadosa que recordaba de Kaiser así que sentía cierta familiaridad—.

—Estoy seguro de que de haber sido otra historia, tú y yo no podríamos haber sido muy distintos —Alemania abrazó al escarlata al que sintió apoyarse en su pecho, no tenía costumbre de brindar afecto físico con nadie.. pero cuando era niño siempre veía que los humanos se abrazaban para confortarse entre ellos—.