Apenas puso un pie en el Deutschen Bundestag bajó hasta el último nivel de sótano donde guardaban algunos documentos y archivos muy viejos desde la época de Prusia que habían sobrevivido de milagro a todas las guerras, con la tranquilidad de ser el único en el lugar comenzó su búsqueda de información sobre la antigua familia imperial germana, habían unas pocas fotos en tono sepia que los mostraban pero era obvio que muchísimas otras fueron destruidas en los bombardeos o acabaron en el mercado negro debido a los soldados con malas mañas.
—Königreich Preußen, Großdeutsches Kaiserreich und Großherzogtum Niedersachsen.. —Leyó al reverso de la foto en donde salían los tres individuos de dientes afilados, habían otras solo de Kaiser o Baja Sajonia pero una en específico le llamó la atención a pesar de que estaba bastante dañada—.
(Reino de Prusia, Gran Imperio Alemán y Gran Ducado de Baja Sajonia..)
En esta se mostraba al soviético de más joven junto a un tricolor de mirada melancólica y sonrisa tenue a pesar de estar feliz, con la inscripción de "UdSSR und Weimarer Republik 1920", al parecer el fascista se había visto antes como él con la única diferencia de sus dientes más afilados y las gafas ausentes. Entonces preso de la curiosidad siguió rebuscando en las viejas cajas polvorientas hasta que dio con una del "Periodo Tabú" a lo que con cierta duda la abrió encontrándose unas pocas cosas como juguetes tallados en madera casi quemada y una sonaja blanca con la pintura descascarándose por el desuso, le dio algo de nervios, pero siguió sacando el contenido.
—Kann nicht sein.. —Exhaló el de piel amarilla cubriéndose el rostro tras soltar la primera de de cuatro cartas sorprendentemente selladas que encontró, por un segundo quiso tirar todo e irse, pero la curiosidad era el peor enemigo de un ser vivo—.
(No puede ser..)
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—¿Quieres un té? —El de parche bostezó aburrido, habían pasado ya un par de horas y la tormenta continuaba aunque por suerte ya menos ruidosa por lo que tal vez estaría cerca de acabar y podría volver a su cómoda cama—.
—Por favor.. —Dritte se arropó mejor abrazando al lobito durmiente sobre sus piernas flexionadas, en los días que ya llevaban conviviendo notó que este había comenzado a crecer poco a poco y tal vez dentro de tres o cuatro meses ya llegaría hasta su cintura, esperaba poder presenciar aquello—.
Mientras tanto el eslavo se dedicó a servir el agua caliente a la taza en silencio, se sentía extrañamente tranquilo a pesar de no estar haciendo nada más que rebuscando entre las cosas viejas que almacenaba desde hacía décadas en que construyó nuevamente su cabaña buscando algo de paz tras la devastadora guerra. Una vez le entregó la infusión al de esvástica volvió a sentarse a desenredar los ovillos de lana que dejó Bielorrusia hace años atrás en una de sus visitas, ninguno de ellos sabía tejer pero eran lo suficientemente tercos como para seguir intentando mientras soltaban maldiciones y muecas de estrés, eso lo hizo sonreír un poco durante unos segundos en los que captó la atención del menor que había estado distrayéndose con unos palillos de tejer plateados que relucían un poco a pesar de su antigüedad.
A lo que decidió robarle una bola de lana gris para jugar con ella en lo que intentaba deducir cómo era que la maniobraban para hacer las cosas complejas que había visto durante su infancia, en eso estuvieron hasta algunas horas de entrada la madrugada en que el rubio cayó dormido después de cenar galletas con una lata de conserva de arenque ruso, URSS apagó la luz y a total oscuras consiguió llegar hasta su lugar en donde se acostó suspirando antes de cubrirse con su propia gabardina pues todas las mantas allí arrumadas servían para mantener el calor del germano profundamente dormido.
—No creí que volvería a verte en mi vida luego de todo lo que pasó, obviamente también porque se suponía que te asesiné.. pero he aquí al friolento bastardo prodigo.. —Murmuró a la nada en lo que cruzaba sus brazos mirando hacia el oscuro techo de hormigón, estaban tan cerca que podía oír su respiración tranquila a su izquierda, luego de tanto tiempo solo tener a alguien más y precisamente él en casa era demasiado raro debido a su total cambio de rutina, además de las cosas que se iba enterando—.
El de esmeraldas podría ser tal vez verdaderamente inocente de la bomba que hirió gravemente a sus hijos, incluso de la traición al Ribbentrop—Molotov, pero había pasado tantas cosas en ese tiempo que no podía simplemente creer todas las cosas que le oía decir por más que.... por más que en alguna parte profunda de su endurecido corazón.. lo quisiera un poco aún.
A mi querida Berlín;Naciste en medio de un momento complicado.. pero tu pequeña y dulce presencia me alivia, espero que esta guerra termine pronto para poder presentarte a tu padre y hermanos mayores, estoy seguro que amarán conocerte.
Guardo con mucho anhelo para ti todas las cosas que alguna vez me obsequió Sowjet en mis cumpleaños, este es tu primer año de vida y ya no puedo esperar a que puedas apreciar la belleza del mundo que formaré ahora para ti, para que tus preciosos ojos aguamarina iluminen el camino del pueblo Ario y tu ondeado cabello ónix como la noche sin luna vaya al vaivén del viento de la libertad de nuestra orgullosa nación.—Con todo el amor del mundo para cuando puedas leer esto, Papá Dritte Reich.