capitulo 25

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Lucerys Velaryon

-Alys!- En cuanto la Vi tambalearse corrí a ayudarla, por suerte llegué justo cuando ella cayó y la agarre. Estaba muy preocupado ya que cuando llegó del pueblo, tenía los ojos llorosos.

-Calira- pensé enojado. Quería ir a poner en su lugar a esa chica pero primero me tenía que enfocar en mi Alys.

La cargue y la puse en la cama, le puse un trapito mojado en su cabeza, ya que estaba hirviendo.

Me senté a su lado a esperar a que despertara, se veía muy bonita dormida, se notaba su paz y eso me daba felicidad.

Cuando por fin despertó, estaba un poco mareada. Miro primero a la pared y cuando me miro a mi, en vez de sonreir como siempre hacia cuando me veían, me vio con unos ojos vacíos y de susto, cómo si no me reconociera. Podía sentir el miedo y me sentía como alguien ajeno a ella.

-Alys estás bien?-

-Tad.. luce.... Tadeo yo te tengo que decir algo importante.-

Me miro con una cara de seriedad y de tristeza, me empezaba a preocupar.

Después de unos minutos en los que se recobro Alysa, me pidió que nos sentaramos. Fuimos a la cocina y nos sentamos en dos sillas juntas.

-No se si sabes, pero la guerra acabo.- me dijo y yo la mire confundido

-Esa.. ¿No es una noticia buena?- le dije

-Si, solo que cada que hay una guerra envían un libro narrativo de los hechos de la guerra, cada muerte y sucesiones que hubieron como una forma de acabar la guerra oficialmente. Pero hay algo importante que tengo que decirte. Hay... una parte al final de cada libro donde narran cada muerte, y antes de leer, quiero que sepas... que yo te encontré hace 3 años, osea el año 129 d.C. verdad? -

-Si, es verdad- dije dudoso

-La primera vez que hablamos, me dijiste que lo único que recordabas era ser perseguido y tener mucho miedo. No recordabas nada más y te encontré a la orilla del mar. Dijiste que recordabas a una mujer de pelo blanco que te enseño a cocinar.-

-Si, pero Alysa, no entiendo que tiene que ver eso con que te desmayaras.-

-Yo... Solo déjame leer el libro para ti.... Lucerys Velaryon segundo hijo de Rhaneyra targaryen y futuro señor de las mareas. Murió en el año 129d.C....- Ese fue el año en que te encontré.

-Espera un momento Alys- la mire confundido, pero por alguna razón ese nombre me era familiar -Tu crees que yo soy ese tal Lucero Velaryon?-

Alysa

-Lucerys, y la verdad ni yo misma entiendo. Todo encaja, pero si tú no recuerdas nada no podemos confirmar nada.- Le dije esperanzada.

Seguí leyendo.

-...Perseguido por su tío Aemond Targaryen, que tras buscar venganza los cazo al joven príncipe y a su dragón llamado...-

-Arrax...-

-como dijiste?- lo mire sorprendida con miedo.

Tadeo miraba a la nada y lo único que pude hacer fue pararme y acercarme, Tadeo me abrazo con una sonrisa disimulada y de pronto pasamos de estar en las sillas a estar en el piso. mientras estaba sentado en el piso el me dijo.

-Alys, lo recuerdo, recuerdo todo...- me dijo con un cierto entusiasmo era como si el recuerdo de su dragón hubiera activado sus memorias.

El doctor del pueblo dijo que talvez un recuerdo fuerte lo haria recordar. Pero por meses intente hacerlo recordar contándole las historias de la realeza. Pero nada lo activo, solo por eso me tranquilizaba pensar que el no era de la realeza cómo sospechaba al inicio y que se quedaría conmigo.

-...recuerdo a mi madre, ella es una Reina, la más justa y perfecta.- me dijo emocionado - Tenía un hermano, se llamaba jacaerys. Éramos inseparables, también tenía más hermanos. Y yo... tenia un dragon.- Tadeo o bueno...- Lucerys se callo repentinamente, miro a la pared y empezó a lagrimear.

-El lo mató Alys- me dijo ya llorando.

-Aemond mató a Arrax- yo me puse de rodillas y me acerque a el, rápidamente el me abrazo de la cintura y se refugio bajo mi pecho. Lo único que pude hacer fue abrazarlo de vuelta, mientras le acariciaba su cabecita.

-Arrax era mi mejor amigo, el único que me entendía. Teníamos un conexión muy grande. El fue el único que estuvo ahí para mí cuando de verdad me sentía solo, y el lo mato- me dijo destrozado -Ahora, ya no está. Ya no podré volar con el, sentir que nada ni nadie me puede hacer daño cuando estaba a su lado. Ya no podré sentir el viento en mi cara mientras volamos sobre las nubes. El ya no estará para mí.-

Despues de la tormenta-Lucerys VelaryonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora