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Thor y su dueño

Katherine Lombardo

Me había levantado totalmente desorientada, me sentía en un lugar muy lejano de dónde yo estaba pero una vez que empecé acostumbrarme a la luz, al lugar, fue ahí que me di cuenta de dónde me encontraba. La habitación blanca seguía en perfectas condiciones, yo estaba en perfectas condiciones, todo estaba en normalidad. Eso hizo que me sorprendiera, no tenía para nada de fe a lo que me iba a encontrar después de dormir aquí, pero mírame, estaba en perfecta.

Me levanto de la cama yendo hacia el clóset enorme que tenía, agarro una calza deportiva junto al corpiño deportivo y me empiezo a cambiar allí mismo, agarro una campera también deportiva y mientras que me la paso por mí cuerpo voy hacia el baño para peinarme, hacer mis necesidades y lavarme los dientes. Cuando ya me veo lista salgo de la habitación hacia la cocina, él me había dicho que me sintiera en casa así que eso mismo estoy haciendo.

Al llegar a la cocina veo a una chica con un delantal puesto y preparando no se que cosa, la miro extrañada un segundo y en cuanto se da cuenta de mi presencia me mira con una sonrisa, sin embargo, la borra al instante al verme tan sería.

-Katherine ¿No es cierto? - pregunta recordando mí nombre

-Si, así me llamo - afirmo sentándome en la banqueta de la mesada

-Oh, bueno.¿Le gusta el café?

-Si

Me entrega el café cuando ya lo tiene listo y me pregunta si me gusta la tostada, le digo que si y cuando me lo dan empiezo a desayunar. Mientras tanto me concentraba en la nada misma, levanto la mirada cuando escucho la voz de la chica.

-Por cierto, el señor Volkov está en el gimnasio de la casa - afirmo sin mucho interés - dijo que cuando usted pueda vaya - frunzo una ceja al escuchar eso

Si yo podía... ¿A caso me está dando mí espacio cuando ayer ni siquiera lo hizo? Que idiota.

-Vere luego, gracias... - la miro esperando a que diga su nombre

-Carmen - asiento tratando de grabarme eso en la cabeza

Al terminar de desayunar, me voy hacia el gimnasio, trato de recordar el camino y encuanto llego al lugar, me quedo recostada en el marco de la puerta. Christopher se encontraba haciendo flexiones cerca de la máquina de pesas. Lo miro con las cejas fruncidas mientras que inspeccionó todo su cuerpo. Joder, era un maldito seductor con tal solo hacer unas jodidas flexiones.

-¿Terminaste de inspeccionarme? - ni siquiera me sobre salto al escucharlo decir eso, su mirada sube a mí cuando se queda parado a unos cuantos pasos de mí cuerpo

-Si, ya terminé - hago una mueca de desprecio y me cruzo de brazos en la misma posición que me encontraba -¿Me necesitabas?

-No

-¿Y entonces por qué mierda tu sirvienta me dijo que si lo hacías? - sonrío de lado al ver cómo su mandíbula se apretó - ¿Que pasó?¿Te deje sin palabras?

-¿Puedes dejar de actuar como si fueras la reina del mundo? - pregunta dando un paso hacia mí

-Es que ya lo soy, Volkov - le sonrío con dientes y puedo ver cómo su mandíbula se aprieta más - ¿Para que me necesitabas?

-Tengo tu rutina - niego con la cabeza al escuchar eso - entrenaremos juntos, sea con arma o mano a mano. Después de eso, hablaremos de Romeo, necesitamos estar más adelantados que él y después tiene todo el día para ti

-¿Y por qué tu tienes que organizar mí rutina? - suelto enojada

-No te vas a quedar aquí sin hacer nada - rueda los ojos pasando por mí lado, me giro para seguirlo - ¿O si? - frena de golpe en el pasillo haciendo que yo choque contra su espalda

Tentaciones infernales [Completa] +21 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora