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Solo Katherine

Christopher Volkov

Me levanto totalmente desorientado, miro hacia el techo del yate sabiendo lo que había sucedido ayer en el día y en la noche. Su cuerpo contra el mío, los besos, las caricias llenas de lujuria, nuestras respiraciones y las provocaciones mutuamente hacía que me ponga cada vez más. Verla disfrutar era una maravilla, sus gemidos,jadeos, mi nombre en su boca me volvía loco, de hecho no me arrepiento de decirle aquello, lo que si me puedo arrepentir es que le estoy mostrando un poco de mis sentimientos hacia ella.

Observo mi costado y ella no se encontraba, paso la manos por mi cara despertándome y me levanto para irme a poner los pantalones de baño. Salgo del cuarto pequeño del yate y en cuanto giro la cabeza, la veo con mi camisa y se puede decir que con la parte de abajo de su bikini, menos la de arriba, ya que mi camisa color blanca le tapaba por adelante. Me acerco a ella apoyado mi espalda en la pared del yate para observarla de arriba abajo. Aquellas piernas finas me volvían loco. Trago saliva tratandome de controlar

-Buenos días, Boss - me saluda dándose la vuelta clavando sus ojos en los míos, la camisa mía le vuela por el viento mostrando su poca desnudez que le queda a la vista. La vuelvo a ojear de arriba abajo y la veo sonreír con ingratitud cuando mis ojos se clavan en los suyos - ¿Cómo dormiste?

Elevo las cejas mirándola - Bien, pero creo que me faltaría muchas dosis de sexo más

La escucho reír mientras que niega con la cabeza, disfruto escuchar eso, siempre es tan fria, reservada; que solo escuchar una risa suya me hacía sentir... Joder, mierda. Concéntrate Volkov

Paso por al lado de ella para irme hacia la parte delantera del barco, siento como que ella me sigue detrás mío, pero tarda unos segundos en venir a dónde estoy. Apoyándose en la barra como si fuera la mismísima reina. Observo hacia adelante pensando en cómo mierda me está sucediendo todo esto, la chica a mi lado hizo que caiga a su pies sin un mini esfuerzo suyo. Mientras que yo, persona fría, calculadora, egoísta, no se dejaba caer por nadie, solo ese cariño se lo ganaba mi hermana. No había nadie más que haga aquello. Sin embargo, la italiana había cumplido con algo que ni siquiera ella sabía que tenía planeado; que cayera a su pies, que me tenga en la palma de su mano, que me gustase cada minúscula cosa que hace, su cuerpo tentador, y joder, esto era estar en el infierno quemandome cada vez más.

-Christopher, ¿Me estás escuchando? - su voz me hace mirarla,así que, giro solo mi cabeza para poder verla. - te estaba diciendo que en cuanto lleguemos tenemos que hacer los planes para Romeo, antes de que nos pase por encima

-Sigues con el tema... - susurro negando con la cabeza - Hay tiempo para eso. Disfruta de una puta vez, y deja de pensar en el idiota ese

-Pero tenemos que hacer algo - me dice entre dientes totalmente frustrada

-Solo calla, parece que tu mente está solo en el hijo de puta de Romeo Mccartney. Te traje aquí para disfrutar, no para hablar de los problemas que tenemos encima, para eso te hubiera llevado a mi maldita oficina - suelto enojado

-¡¿Que mierda te pasa?! - me pregunta furiosa por mis palabras

-De todo - le respondo enojado, me giro complemente hacia ella - Joder, Katherine. Se que te encanta el caos, pero un poco de paz no te vendría mal

-Mira quien tira la toalla ahora- me señala y niega con la cabeza - si necesito caos es porque crecí con uno, mi familia paso por uno por culpa de tu maldito padre, me criaron para hacer caos no para andar llorando por los rincones como tú

Me acerco a ella más enojado - me tienes reventada la cabeza por mi padre, y yo no ando llorando por ningún lado, solo nunca viene mal un poco de paz

-¡Me importa una mierda la paz a mi! - me grita en plena cara, trago saliva mirándola furioso

Tentaciones infernales [Completa] +21 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora