Strangers +18 - Pedri González

Peluche de la suerte

NARRA MADDY

Los siguientes días los pasé trabajando, adaptándome a mi nueva agencia y centrándome en mi misma por primera vez después de años.

Fui al psicólogo y hablé con mi hermana.

Tenía que estar bien.

No podía dejar que el pasado no me dejase avanzar.

Con los chicos todo había vuelto a la normalidad.

Después de lo que había pasado con Pedri, no habíamos hablado de eso, él no me había sacado el tema y yo se lo agradecía.

No vino por casa, ni tampoco me escribió los siguientes días.

Taylor Swift sonaba a todo volumen en mi habitación, acababa de despertarme y esa noche era mi primera pasarela, estaba de lo más nerviosa, pero por primera vez tendría a mi hermana y a Frenkie en primera fila.

Tenía hora en la peluquería en menos de una hora y estaba corriendo por mi habitación, luego tenía un rato libre para comer y ya después irme a la agencia a prepararlo todo.

Bajé corriendo las escaleras en busca de mi hermana o Frenkie para que me acompañasen, pero solo me encontré un café preparado para mi y una notita de mi hermana diciéndome que se habían ido pronto que la vería por la noche en la pasarela.

Perfecto, no tenía como moverme, me iba a tocar coger metro y aun me perdía por Barcelona.

Aunque también..

No dudé en coger el teléfono y escribir. 

"¿Qué haces? necesito a mi chófer"

No tardó en llegarme la respuesta.

"Tengo el día libre, llego en diez minutos"

Me pareció tan raro que no me discutiera que me apañé rápidamente para beberme el café, coger mi bolso y salir fuera para esperarle.

No tardó en llegar y me subí de copiloto.

- ¿Estás de buen humor hoy? -le pregunté.

- Supongo que tener algo que hacer estando lesionado, aunque sea acompañarte a sitios y ganarme algunos insultos, es mejor que quedarme en casa. -admitió y yo solté una risita.

- Tengo peluquería, luego tiempo libre para comer y después tengo que ir a mi agencia a prepararme para mi pasarela. -le expliqué y el asintió.

Le dije la dirección de donde teníamos que ir y él arrancó.

Nos pasamos el trayecto en silencio, yo con la cabeza en la ventana, dejando que el viento me moviese el pelo.

No era incómodo.

Al llegar, el aparcó y me miró.

- ¿Te espero y comemos juntos? -preguntó con una sonrisa algo tímida.

Mi corazón se saltó un latido.

- Parece que hoy tenemos una tregua, eh. -me reí.

- Solo por hoy. -sonrió de vuelta y yo salí del coche y entré en la peluquería.

Estuve una media hora, me lavaron el pelo y me lo ondularon, me sentía preciosa y me encantó el resultado.

Les di las gracias a las peluqueras y salí dando saltitos de alegría fuera, donde estaba Pedri apoyado en el coche, esperándome mientras hablaba con alguien por teléfono.

- Supongo que sí, no creo que ella diga que no a eso. -le escuché decir cuando llegué a su lado.

- ¿A qué tengo que decir que no? -comenté con una sonrisita.