Odio +18

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NARRA PEDRI

No sabía si estaba en otra jodida dimensión.

En el cielo.

En el puto infierno.

O en mi peor pesadilla.

Me removía incómodo en mi silla.

Incómodo, nervioso, temblando, perdiendo el control de mi cuerpo.

Maddy modelaba un vestido rojo que se ajustaba a su cuerpo como un maldito guante y caminaba por la pasarela como si el mundo fuese suyo.

Gavi y Pablo gritaban y aplaudían a mi lado.

Yo estaba embobado.

Mi cuerpo estaba reaccionando a ella y solo podía imaginarme como sería subirle ese vestido y..

Joder, tenía que parar, ella me odiaba.

Habíamos hecho una tregua esa mañana que nos había durado menos de dos horas.

Y ahora ella estaba caminando ahí, guiñándole el ojo a los Pablos y metiéndose a todas las personas de esa sala en el bolsillo.

Eso era lo que hacía Maddy Kiemeney.

Robar corazones, robar el aliento y en mi caso, hasta el alma.

Sí que le suplicaría cualquier cosa ahora mismo.

Salió de la pasarela y conseguí calmarme un poco.

- ¿Estás bien? -preguntó la voz de Gavi a mi lado.

- ¿Qué? sí, sí. -contesté de inmediato.

Llevaba desde que la había visto la primera vez muriéndome por besarla y la tensión que sentía cuando estábamos solos solo aumentaba cada vez más.

Siguieron desfilando otras chicas a las que ni siquiera presté atención.

Maddy volvió a salir para ser entrevistada cuando acabó la pasarela y salió con su mejor sonrisa.

- ¿Desde Nueva York a Barcelona? ¿qué te hizo cambiar tanto de parecer? -le preguntó la periodista.

- A veces es bueno cambiar de aires, además aquí los españoles son muy guapos. -guiñó un ojo a cámara y se rio.

Hija de puta.

Como le gustaba provocar.

- Se rumorea que tu ex novio y tu mejor amiga salen juntos, ¿cómo te hace sentir eso? -preguntó.

- No me importa en absoluto, mi pasado en Nueva York se ha quedado ahí y estoy empezando mi nueva carrera aquí, si quieres preguntarme sobre eso, estaré encantada de responderte, si vas a seguir hablándome de personas que no merecen ni respirar a mi lado, la entrevista ha terminado. -lo dijo todo con una sonrisa y un orgullo se instaló en mi pecho de inmediato.

Me imaginaba lo que le había pasado y la sangre me hervía con solo pensarlo.

La entrevista siguió naturalmente y cuando terminó, los Pablos se tuvieron que ir, así que me quedé para llevar a Maddy a casa.

Pero como no sabía donde estaba ni si sabía que yo la iba a llevar, me metí entre camerinos hasta que la encontré.

Estaba en un camerino sola, se acababa de quitar los tacones y se había puesto sus converse blancas de las que nunca se separaba desde que había llegado.

Estaba preciosa.

Su pelo rubio caía en hondas sobre el vestido rojo sangre y sus ojos brillaban como nunca lo habían hecho.

Strangers +18 - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora