Strangers +18 - Pedri González

Tengo que decirte algo

NARRA PEDRI

La noche anterior había sido totalmente caótica.

Mi cita con Maddy había sido un desastre por culpa de los teléfonos sonando sin parar y cuando había llegado a casa, Julia estaba gritándole a Fer.

Y como no, yo había explotado contra ella al ver que estaba gritándole a mi hermano, el cual se portaba de puta madre con ella aunque ni siquiera la soportaba.

Joder, yo tampoco la soportaba.

¿De verdad era necesario que viviese en casa? entendía eso de que los periodistas tenían que vernos siempre juntos, pero tener que dormir en el sofá cada día para dejarle la cama a ella era algo de lo que ya me estaba agotando.

¿Lo único bueno? hoy volvía a ver a Maddy.

¿El problema? ella iba con Hugo y yo con Julia.

No tenía ni idea de como íbamos a escaquearnos de ellos para poder estar solos.

- Ayúdame con esto, me está ahogando. -le pedí ayuda con la corbata a mi hermano.

No me ahogaba la corbata.

Me ahogaba todo lo demás, la maldita lesión, el contrato con Julia, los secretos, el miedo, los sentimientos hacia Maddy que no entendía.

- Relájate, todo esto te está consumiendo, la lesión es en lo que te tienes que centrar, en recuperarte. -habló Fer muy serio.

Tenía razón.

- ¡Pedri vamos a llegar tarde! -la voz chillona de Julia atravesó todas y cada una de las paredes.

Cerré los ojos y suspiré.

Estaba agotado.

- Sigo sin entender esto del contrato, tu quieres a Maddy. -terminó de colocarme la corbata.

- No la quiero, Fer, y todo esto es muy complicado. -hablé muy rápido.

- No hace falta que me mientas, miéntete a ti mismo si quieres, pero a mi no me vas a engañar. -me miró y yo tragué saliva.

- Llegaré tarde. -intenté esquivar la conversación.

- Te arrepentirás si no lo arreglas y dices la verdad ahora, luego será tarde, acuérdate de lo que te digo. -su voz sonó lejana, retumbando en mi cabeza.

Julia ya estaba en la puerta, de brazos cruzados y con el ceño fruncido.

Al final llevaba un vestido negro.

No le dije nada cuando pasé por su lado, aunque ella se pasó el camino hacia la fiesta gritándome y hablando cosas las cuales no escuchaba en absoluto.

Al llegar, mis ojos buscaban a otros.

A esos ojos de hielo.

Los periodistas nos hacían preguntas y Julia contestaba sonriente a mi lado.

Yo asentía con la cabeza.

¿Dónde estaba?

Vi a Gavi y a mi equipo en la sala.

Y entonces la vi a ella.

Con Hugo a su lado.

Llevaba un vestido rojo.

Santo cielo.

Infierno.

Oh dios.

Llevaba el pelo recogido en una coleta y estaba jodidamente preciosa.

- ¿Me estas escuchando? -la voz de Julia de nuevo.

- ¿Qué? -pregunté de mala gana.

- Tenemos que ir a saludar, vamos. -me indicó hacia el otro lado de donde estaba ella.