Desayuno educativo

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NARRA MADDY

Dormir con los Pablos no había sido una gran idea.

Me desperté con los dos enredados entre las sábanas.

Bueno, más bien Gavi estaba enredado en la sábana y Pablo y yo dormíamos sin ella.

Intenté levantarme sin despertarlos, pero Pabo abrió un ojo, mirándome.

Me reí al verle.

- Es temprano. -murmuró.

- No puedo dormir más, iré a ver si alguien está despierto. -le contesté.

Él asintió con la cabeza, ya con los ojos cerrados.

Solté una risita y me puse los zapatos.

Iba en pijama, no pensaba encontrarme nadie tan temprano, pero al bajar a la cocina, había gente discutiendo.

- Fernando, no nos va a dar tiempo, hoy tenemos mucho trabajo, muchas reservas de desayunos. -era la madre de Pedri.

- Mamá, podré con ello, nos las apañaremos tu y yo. -contestó Fer.

Los dos me miraron al verme ahí plantada.

- ¿Qué pasa? -pregunté, algo cohibida.

- Ay, cariño, mi marido tiene que ir al médico hoy y no volverá hasta tarde, tenemos tantas reservas ahora en poco rato en el restaurante que no damos para más. -comentó ella, corriendo por la cocina, cogiendo todo lo que necesitaba.

- Yo puedo ayudaros, he trabajado de camarera en Nueva York, de algo puedo servir. -comenté.

- No hace falta, Maddy, de verdad. -aseguró Fer.

- Cariño, ve a descansar y luego sal con tus amigos, habéis venido de vacaciones. -me sonrió, era tan dulce esta mujer.

- Estamos de vacaciones, pero estamos en vuestra casa y lo mínimo que puedo hacer es venir a ayudaros, me cambio y en cinco minutos estoy. -les sonreí y no les dejé contestarme.

Subí corriendo las escaleras y me cambié, me hice una coleta y bajé corriendo de nuevo.

Fer me esperaba, de brazos cruzados contra la puerta.

- Se ha ido a abrir, vamos. -me sonrió.

- ¿Está bien tu padre? -le pregunté.

- Sí, solo tiene una resonancia y análisis, es anual. -explicó mientras nos metíamos en el coche.

- Menos mal, me había preocupado, ¿nadie más se ha levantado? -pregunté mirando por la ventana a manera que íbamos alejándonos de la casa.

- Eres la primera, Pedri suele despertarse un rato después y siempre se pasa por el restaurante, Julia, en cambio, suele dormir hasta que el sol está en lo más alto para ponerse modo lagartija. -habló y yo no pude evitar reírme.

- ¿No te gusta nada, verdad? -pregunté, riendo.

- La odio y sé que mi hermano no la quiere, ¿has venido a impedir la boda? -preguntó, mirándome un solo segundo.

Sonreía, Fer sabía todo.

- Sí, he venido a impedir la boda. -contesté, más que segura.

Al principio me había parecido una locura.

Pero cuando los chicos me habían explicado lo que había pasado en el avión de camino, como el padre de Julia había amenazado a Pedri y lo que suponía eso para todos, no había dudado.

Había venido a recuperar su futuro.

El nuestro.

Su libertad.

Strangers +18 - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora