Él pequeño castaño llegó a su casa y subió con rapidez las escaleras para llegar a su habitación. Dejo la mochila a un lado de la puerta y camino hacía su cama y se acostó, dejando a su mar de lágrimas salir, mojando por completo sus mejillas. Su cuarto, esa habitación, las paredes, su cama, eran testigos de cuántas veces su novio lo había echo llorar hasta quedarse dormido, de cuánto sufría por la actitud de su novio, pero él lo amaba.
Sorbió su nariz y se levantó para abrir un cajón de su mesa de noche y sacar una caja de pañuelos, saco unos cuantos y limpió sus mejillas y su nariz que ahora estaba roja. Miro su teléfono e hizo llamada grupal con sus amigos quienes contestaron al instante y preguntaron cómo le había ido y si estaba bien.
Jael no pudo responder y solo sus lágrimas fluyeron otra vez, sus amigos no necesitaban explicación para entenderlo. Ellos sabían. Ellos sabían que él idiota de Kevin había vuelto a hacerle daño a su pequeño amigo. Y a pesar de sus antiguos intentos de hacerlo entrar en razón en momentos como este, sin embargo ante la terquedad de su amigo lo mejor era estar para él y apoyarlo en todo momento.
Él más bajo explico a sus amigos lo que había pasado y después de un par de horas en que ambos chicos intentaron que su amigo se sintiera mejor, cortaron la llamada y Jael entró a su baño para darse una ducha y así que bajara un poco lo hinchado de su cara y sus ojos que estaban rojizos.
Después de bañarse y colocarse su pijama, se recostó en su cama, ni siquiera quiso cenar o siquiera comer algo. Solo se dispuso a dormir y a rogar porque su novio no estuviera enojado mañana y pudiera verlo como siempre por la secundaria y saludarlo, abrazarlo, a pesar de qué... Sus abrazos siempre se sentía tan fríos e incómodos.
Cerro sus ojos y se quedó dormido al instante.
...
Al día siguiente, cómo siempre, se arregló para ir al colegio, sus ojos hinchados aún seguían pero mínimo no se veían tan mal como ayer, desayuno lo que su madre había preparado para él antes de irse al trabajo y se fue. Trato de llegar temprano de nuevo y miro a sus amigos, a quienes abrazo y tuvo que respirar varias veces para no llorar nuevamente.
Después de su abrazo, volteó a ver a los alumnos que pasaban, pero ninguno era su novio, nunca paso su novio, ya debía entrar y no vio a su novio pasar. Devastado, soltó un suspiro largo y después fue tomando por los hombros por sus amigos para entrar al edificio e ir hacía su salón. Lo que no quería estaba pasando. Su novio le estaba jugando la ley del hielo. Recordaba que Kevin ya lo había echo anteriormente, pero hace tiempo que no pasaba, y dolía como si fuera la primera vez que paso. La primera vez que no fue dulce y amable con él.
...
Jael y Kevin se habían conocido en un festival por medio de conocidos en común. La primera impresión de Kevin hacía Jael fue que era atractivo y divertido, intercambiaron números ese día y comenzaron a platicar, debido a que Kevin ya iba a la preparatoria, Jael y él se cruzaban cada mañana como hasta ahora. Se hicieron amigos demasiado rápido y pronto Kevin le pidió una cita a Jael en donde no solo se abrazaron sino que caminaron de la mano hasta la casa de Jael. En su segunda cita fue donde Kevin le robo su primer beso a Jael, y finalmente en la tercera fue donde le pidió ser su novio.Para Jael todo era muy hermoso y a pesar de que sus amigos le dijeron que iban muy rápido y que debía conocerlo mejor, él estaba muy emocionado por como Kevin lo trataba y era con él. No fue hasta unas semanas más tarde que Kevin empezó a cambiar con él castaño, tuvieron su primera pelea según Jael, aunque en realidad no habían tenido ningún problema y Kevin solo se enojo con él sin ninguna razón realmente.
Después de esa pelea, vinieron las siguientes, vinieron los tratos fríos de Kevin, vino la ley del hielo, vinieron sus palabras que dolían en él pechito de Jael. Él es tan pequeño, casi no salía y solo salía con sus amigos al parque o cosas por el estilo, y Kevin era su primer novio, no sabía cómo debía ser una relación y como debía sobrellevar esas situaciones, en su mente solo pensaban que eran peleas de novios y que en toda relación pasaban.
Pero estaba muy equivocado.
En ninguna relación deberían tratarte así, en ninguna relación deberían gritarte, en ninguna relación deberían hacerte la ley del hielo... Esto no debe pasar en ninguna relación.
...
Las clases terminaron, aunque para Jael habían sido muy largas y aburridas, no había puesto atención realmente en ninguna. Sus amigos le ofrecieron ir con él a casa y acompañarlo un rato, pero el se negó, sus amigos entendieron que tal vez necesitaba espacio y estar solo. Sabían que llevar un novio como Kevin era difícil para su amigo.
Savanah y Michael se fueron primero y Jael se quedó un rato ahí, hasta que vio por la calle donde se llegaba a la preparatoria de su novio. Esa idea pero demasiado mala, e incluso su cabeza le decía que podía terminar incluso peor que ayer, pero su deseo por arreglar algo que de lo que él no tenía la culpa, era mayor que su parte racional.
...
Llegó a la preparatoria y divisó a los amigos de su novio que estaban platicando fuera del jardín. Su intención no era hablarles, pero una voz lo detuvo antes de entrar al jardín de la escuela.- Jael! - gritó uno de ellos agitando su mano, él castaño no quiso ser mal educado y se acercó a ellos pero en cuanto lo hizo, los chicos lo rodearon dejándolo en medio de un circulo formado por ellos.
- ¿Qué pasa? - preguntó Jael mirando a todos casi teniendo que dar una vuelta para ver a todos. - ¿Por qué estás aquí?, ¿Estás buscando a Kevin otra vez? - preguntó de igual forma él chico que estaba frente a él que tocó su cabello poniendo un mechón detrás de su oreja.
- ¿Por qué tienes los ojos hinchados?, ¿Estuviste llorando? - interrogó él chico junto a él que acaricio su mejilla, acción que hizo que Jael se alejara de la mano del chico incomodidad. - No te haremos nada, nos conoces, no tienes porque estar asustado -
Jael no los conocía del todo, solo sabía él nombre de unos cuantos, pero hablar con ellos tenía las veces contadas. Y los toques, tan cercanos que le estaban dando no le estaban agradando, se sentía fuera de lugar y ajeno a todos ellos, haciéndolo sentir incómodo. Solo dejo escapar un gritito cuando sintió una mano en su espalda baja y se dió la vuelta, él miedo empezaba a consumirlo, no se sentía seguro en un circulo con demasiados chicos y que lo tocaban como si fueran amigos cercanos.
- Y-yo, creo que debo irme... Y-ya-
Debía buscar la forma de irse, pero al parecer ninguno de los chicos iban a darle espacio para salir. Empezaba a sentir un poco de pánico. Pero en un momento un chico más alto que todos paso a su lado chocando con algunos de ellos al parecer por un accidente y entro al jardín, dejando que se abrieran al voltear a ver al chico que los empujó, aprovecho para salir corriendo por ese hueco y librarse de todos ellos. Corrió hacia él interior del jardín y se detuvo unos metros más adelante.
Quién sea ese chico alto, le salvó y le estaba agradecido aunque no lo conociera.

ESTÁS LEYENDO
Prometí Cuidarte
Teen FictionJael, acaba de terminar con su novio, que era un total idiota y cree que no va a poder superarlo. ¿Llegará otro amor para nuestro protagonista? O ¿Seguirá amando a su antigua pareja?