Capitulo. 48.2

12 0 0
                                    

Después de apreciar como el solo se escondía entre los árboles y que la noche empezaba a hacer su aparición junto con la brisa que empezaba a hacer más fresco el ambiente. Volvieron al departamento que compartían juntos, Jael tenía sus ojos un poco hinchados y su nariz roja todavía, pero eso no le quitaba la felicidad que sentía en ese momento.

- Jakey... Muchas gracias por estar junto a mí esos años y cuidarme en todo momento. - hablo él castaño cuando caminó a la pequeña sala.

- ¿Por qué agradeces mi niño? Prometí cuidarte en todo momento y es lo que seguiré haciendo. Te seguiré amando con la misma intensidad y estaré contigo hasta que tú me lo permitas. -

Jael había dejado con cuidado el pequeño ramo en la mesa de centro y entonces se acercó al pelinegro quién lo recibió entre sus brazos cálidos.

- Entonces, nunca voy a dejar que te vayas. - le decía con su rostro en su pecho.

- Entonces, nunca me iré mi niño. -

Él menor levantó su rostro para encontrarse con los labios del pelinegro de nuevo en un toque suave y de dulzura. Llevo sus brazos a rodear el cuello de Jake hasta donde podía, mientras que las manos del más alto se posicionaron en su cintura.

Pronto, un beso que fue dulce y suave, se había empezado a tornar necesitado y salvaje. Sus labios entre abiertos para permitir sus lenguas encontrarse entre sí y jugar un poco haciendo él beso un tanto baboso pero no para el disgusto de ambos. En su momento Jake bajo sus manos para alzar al menor y cargarlo haciendo que enredara sus piernas en su cadera y se dirigió justo a la habitación de ambos.

Entró a la pieza y sin esperar fue a la cama para recostar al menor con cuidado y quedar sobre su cuerpo sin aplastarlo. Terminaron el beso con respiración acelerada y se vieron fijamente hasta que Jake habló.

- Mí niño... ¿Puedo.... -

- Sí Jakey. Puedes -

Él mayor acarició su rostro delineando su mejilla con su pulgar y después volvió a besarlo con la misma devoción de antes. Comenzó a retirar las prendas del castaño, empezando por su chaqueta que fue a dar a algún lado del cuarto al igual que su camisa que también retiro. Se detuvo a mirar el cuerpo delgado de su novio, su piel blanca y fina, con su pecho subiendo y bajando para encontrar aire. Era precioso.

Jake dejo un beso en la mejilla de Jael y siguió un recorrido por su mentón, bajando por su garganta y llegar a su cuello donde succionó logrando así hacer un chupetón. Escuchaba los jadeos de su novio mientras él hacía su trabajo, atreviéndose a morder la piel sacándole está vez un pequeño gemido a Jael.

- Hermoso... - susurró haciendo chocar su aliento contra la piel del menor.

Se separó apenas para lograr retirar su sudadera y camisa dejando ver su abdomen y pecho que si bien ya estaba muy bien antes, con el pasar de los años se había puesto todavía mejor, solamente para el disfrute de Jael y que pudiera tener un lugar donde acostarse.

Él pelinegro miro las mejillas sonrojadas de Jael y como suspiraba. Fue a besar su pecho rodeando los pezones contrarios, hasta que saco su lengua para pasarlo por uno de ellos mandando una corriente por toda la espalda del castaño. Siguió hasta succionar y con su mano estimular el otro pezón, sintió la mano de Jael ir a su cabeza para apretar ligeramente su cabello.

- Mmm~ Jakey... Si~ - soltó en un gemido.

Levantó su vista mirando el rostro acalorado del contrario y como abría sus labios para soltar gemidos mientras mantenía sus ojos cerrados. Sonrió y bajo para besar el estómago de su niño siguiendo un línea recta hasta llegar a la hebilla de su pantalón.

 Prometí Cuidarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora