Capitulo. 34

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- Jakey... -

Él castaño había susurrado a su novio, apretando su camisa entre su mano para después verlo a los ojos. Jake sabía lo que quería y pedía su niño, él no podía negarselo.

Él pelinegro demandó los labios de su novio en un beso necesitado que fue correspondido. Mientras se abría paso para jugar con la lengua del menor, llegó sus manos a los muslos de este para acariciarlos y apretarlos con cuidado. Ambos necesitaban ese toque al que se habían acostumbrado y luego se habían arrebatado. Jake enredaba su lengua con la del castaño quien trataba de seguir el ritmo impuesto por el mayor. Disfruto sus toques y lo húmedo de sus labios.

Hasta que fue suficiente para él y se lo indicio al pelinegro soltando el agarre en su camisa lentamente. Jake se separó dejando que él castaño agarrará aire, mientras lo veía acalorado y sonrojado. Sonrió hacia él menor quien le devolvió la sonrisa para abrazarlo nuevamente.

Jake se había recostado para mayor comodidad del menor quien se acomodó junto a él para acostarse en su pecho, subió una de sus piernas encima de las del contrario y se relajo. Se removió un poco indicando que quería ser mimado, y su novio lo acató de inmediato para acariciar su cabello castaño y su espalda en suaves círculos.

Eso definitivamente era lo que estaba esperando Jael. Un tiempo así con su novio.

Duraron así, hasta que escucharon la puerta principal ser abierta y luego la voz de los padres de Jael que lo llamaban desde la planta baja.

- Ya llegaron... -

Él menor se levantó al igual que Jake, y en ese momento entraron ambos padres del castaño. Se sorprendieron un poco por la aparición del novio de su hijo, que por unos segundos la habitación estuvo bastante silenciosa.

- Jake, cariño, hace un tiempo que ya no te veíamos. - habló primero la señora.

- Lo siento, vine a pasar tiempo con su hijo, creo que perdí la noción del tiempo. Pido disculpas por el inconveniente. Con su permiso, me iré ahora. -

- ¿Por qué no te quedas a cenar? -

Él pelinegro sonrió ante la invitación de su suegro y estaba apunto de negarse cuando la señora recalcó la invitación.

- Sí, cariño quédate. Ya estás aquí o ¿Cenaras con tus padres? -

- No. Sería un gusto cenar con ustedes. - aceptó con una sonrisa.

Jake nunca cenaba con sus padres, es decir ellos siempre estaban ocupados, comía y cenaba solo, todos los días, incluso los días que sus padres se disponían a llegar temprano, que realmente eran muy pocas veces, él no quería compatir con ellos, era un tanto incómodo porque no había tema de conversación y a veces la mesa solo se llenaba de conversaciones de negocios. Él quería estar lejos de eso, era estresante, no solo se la pasaban todo el día en el trabajo sino también en casa debían hablar de eso. No le apetecía.

Jake junto a su novio esperaron a que la cena estuviera lista y cuando se les aviso, ambos bajaron para ir al comedor donde ya hacía los platos servidos. Los padres de Jael se sentaron juntos, mientras que Jake y él castaño también.

- Gracias, por dejarme cenar con ustedes. - agradeció él pelinegro con una sonrisa.

- No hay problema cariño, será nuestra primera cena con el novio de nuestro hijo. - comento feliz la señora.

Jake sonrió y miró Jael quién se avergonzó un poco para luego regresarle la sonrisa.

- Bueno, vamos a comer. - finalizó él mayor de todos en la mesa.

 Prometí Cuidarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora