CAPITULO 26 "Mi vida es de ella"

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Cerca del mediodía, los niños se encontraban realizando unos pequeños quehaceres, que si bien no eran pesados, eran necesarios para que cada uno tuvieran ciertas responsabilidades. A todos se los podía ver entusiasmados y como no estarlo si Candy, los animaba y jugaba con cada uno. La hermana Maria y la señorita Pony, observaban por la ventana, y no podían de dejar de reír al ver los disparates de los niños y esa joven que habían criado. En ese momento, comenzaron a llegar varios automóviles, llamando la atención no solo de los niños, sino también de las mujeres que estaban a cargo, saliendo a ver quienes eran. Candy se acercó a sus madres del corazón y cuando pudo ver quien bajaba de unos de los autos, corrió a abrazar fuerte a ese joven de ojos azules que le había robado el corazón hacia ya un tiempo.

Candy: -¡¡Albert!!- Dijo dejándose llevar por los impulsos tan característicos de siempre y abrazando a su amado sin ver que todos estaban observándolos.

Albert, tan correcto como siempre, correspondió el abrazo, pero no se dejó llevar de la misma manera a sus sentimientos, aunque por dentro hubiera dado cualquier cosa por besarla y abrazarla de otra manera.

Albert: -Hola mi princesa- Besando su mano

Candy al ver tan correcto a Albert, puso los pies sobre la tierra, y se dio cuenta de lo que había hecho y no pudo evitar sonrojarse como un tomate, al ver su reacción hacía el Gran Patriarca Andley frente a los niños, sus madres y los caballeros que venían acompañándolo.

Candy: -Discúlpame Albert, me dejé llevar y no me.....

Albert: -Sabes que una de las cosas que mas amo de ti son tus impulsos, no te preocupes.- Dijo interrumpiendo a su amada.

Luego se acercó a las respetables damas y saludándolas cortésmente le dijo:

Albert: -Discúlpenme por venir sin avisar, me urgía hablar con ustedes algunos temas, espero no ser inoportuno

Señorita Pony: -Claro que no señor Andley, es un placer tenerlo aquí, pero por favor pasemos adentro así hablamos mas cómodos.

Albert giró para mirar a los caballeros que los acompañaban y les dijo:

Albert: -Serían tan amables de dejarme un momento a solas a las damas. En unos minutos les pediré que pasen.

Caballeros: -Por supuesto señor Andley, aquí aguardamos-

Albert: -Muchas Gracias.

El patriarca cuando ingreso a la oficina del hogar, espero que las mujeres tomaran asiento primero para luego hacerlo el y comenzó diciendo:

Albert: -El motivo de mi presencia aquí, es por varios motivos y voy a empezar por el mas importante para mi... Candy.

Al escuchar la breve pero fuerte introducción de su amado, la pecosa se puso de todos los colores posibles y una sensación rara en su estomago... AMOR.

Albert: -Como saben, Candy y yo nos conocemos desde hace muchos años. Eramos unos niños cuando nos vimos la primera vez. Desde ese momento, la vida... el destino o como yo creo.. Mi querido Dios, nos ha puesto en el camino en muchas ocasiones compartiendo cosas buenas y malas. Ella siempre de alguna manera estuvo a mi lado sin saber quien era en verdad yo y luego no recordándolo yo mismo cuando tuve ese desafortunado accidente. Podría nombrarles miles de maneras de como su querida Candy me salvo la vida, y no solo cuando estuvo a mi cuidado al estar sin memoria, sino al saber que el amor que sin darme cuenta estaba sintiendo por ella, también ella lo estaba sintiendo por mi. Ese día decidí que mi vida ya no sería mía, sino de ella.-

Los ojos de Candy comenzaron a brillar y su corazón latía tan fuerte, que por momentos tenía la sensación de que saldría de su pecho. Ella ya se imaginaba que su amor hablaría de ellos con sus madres, lo que nunca imaginó fueron esas palabras tan llenas de amor, sentía que esa historia que estaba viviendo, era aun mejor que los cuentos de hadas con los que soñaba algún día poder vivir.

SOLO TU... SIEMPRE TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora