CAPÍTULO 10. "CONFESIONES"

546 46 48
                                    

Estando ya solos, Albert invito a su princesa a salir a contemplar la noche, hacia tiempo que no se daba ese gusto y era algo que siempre le trajo paz y que mejor compañía que la de Candy. Sabía que ella, al igual que él, disfrutaba de la luz de luna, y admirar las estrellas.

Al salir al jardín trasero de la mansión, Candy se dirigía hacia unas bancas que se encontraban ahí cerca, pero Albert tomó la mano de la muchacha y la invito a sentarse en el césped, como ya en muchas ocasiones lo habían hecho antes de saber la verdad. La joven tomó la mano sonrojándose, y contemplaron por un largo rato las estrellas que parecían brillar solo para ellos. Se escuchaba solo una suave brisa que acariciaba sus rostros y el cantar de unos grillos que hacía la noche aun mas mágica. El momento era sublime, y fue el que eligió el rubio para comenzar a hablar:

Albert: Pensé que no volvería a estar así contigo, princesa. Siempre encontré en la naturaleza la paz suficiente para afrontar las diferentes situaciones que me ponía la vida. Siempre elegí ser uno con ella y creo que de alguna manera es uno de los motivos por los cuales siempre tuve fortaleza y la capacidad para resolver cada uno de los problemas que a veces se me presentaban.

Candy: -Lo sé Albert. Y ahora entiendo porque tenías esa forma de ser tan especial y querias ser, libre.

Albert: -Cuando recuperé la memoria, las cosas se me fueron de las manos. Nuestra relación de alguna forma cambio nuestra amistad. Si bien siempre estuvimos en contacto, lo que vivimos en Casa Magnolia, nos hizo estar mas unidos que nunca , sin quererlo, aprendimos a estar uno pendiente del otro. Sé que sufriste mucho por saber que era Williams Albert Andley y no pude perdonarme por no decírtelo antes. Es por eso que después de que te enteraras sobre quien soy realmente, me prometí a mi mismo, no volverte a ocultar nada.

Y hay algo que aun no te he confesado. Créeme que esto no es facil de decir, porque de alguna manera esto te incumbe. Esto es lo único que falta que sepas de mi y de mi pasado.- Albert se tomaba las manos, el nerviosismo se notaba no solo en su cara, sino en cada movimiento que hacía, desde la gestos hasta su forma de caminar.

Candy lo miró con esos hermosos ojos color verdes y temió que esa confesión sería diciéndole que ya su corazón tenía dueña. Tan grande fue ese sentimiento de miedo, que fue en ese preciso momento que se dio cuenta que estaba perdidamente enamorada de ese hombre que siempre había estado a su lado. Las manos de Candy comenzaron a sudar y las lágrimas cayeron sin su permiso. El rubio la miró a los ojos como cuando Candy era una pequeña, tomó su rostro dulcemente y le dijo:

Albert: -"ERES MUCHO MAS LINDA CUANDO TE RÍES, QUE CUANDO LLORAS"-

Esas palabras la llevaron a Candy a ese momento de su infancia, donde había conocido a su príncipe de la colina, ese recuerdo que había atesorado durante años en su corazón, hoy se hacia presente con él estando frente ella. Sus lágrimas seguían cayendo pero esta vez eran de felicidad, siempre había sido él, su príncipe,.. su primer amor.

Candy abrazo tan fuerte a Albert, que este se lleno de ternura y dijo:

Albert: -Asi es mi pequeña, ese chico que tocó la gaita para ti hace tantos años, fui yo. Al recuperar mi memoria, y al recordar escucharte cuando me contabas sobre él, me di cuenta desde cuando estamos juntos. Pero hay una cosa mas que debo confesarte princesa y quizás esto haga te alejes de mi- Dijo soltándola y dándole la espalda. Ya sabes todo de mi pasado, y lo que ahora debes saber es de mi presente. Y decido hacerlo, porque quiero ser honesto contigo y porque ya no puedo seguir ocultandote esto.

Candy seco sus lágrimas con sus manos y abrió los ojos expectante a las palabras del chico que la había hecho tan feliz.

Candy: -¿Que puede ser tan malo para que tuviéramos que alejarnos?- Preguntó la inocente chica

Albert aun dándole la espalda y agarrándose el cabello le dijo:

Albert: -Candy... Yo te amo!

El joven no podía girar para verla a la cara, pensando en que su amor nunca seria correspondido, así que fue ella quien se acerco poniéndose al frente y diciéndole

Candy: -Bert, Yo también te amo, siempre te he amado, te amo como nunca amé a nadie y ahora me doy cuenta que siempre te ame. No puedo explicarme como no me di cuenta de que eras mi príncipe de la colina. Si tu mirada sigue siendo la misma que la de aquel dia, cuando te vi por primera vez.

Albert tomó por la cintura a Candy, miro sus ojos y la besó con todo el amor que sentía, mientras que Candy, se dejó llevar a esa pasión que se apoderó de ella. Las estrellas eran testigos del nacimiento de un amor grande, puro y tan fuerte que podrían con cualquier cosa que se les viniera.

Candy se alejo y escucho a su amor decir: -Siempre fuiste y serás mi amor, contigo a mi lado todo será mas fácil. Así miraron un poco mas las estrellas, pero esta vez abrazados sin querer separarse uno del otro, parecía un sueño estar así, un sueño del cual ninguno de los dos quería despertar.

Ya era tarde, así que decidieron entrar a la mansión, levantándose y sintiendo ahora si, los pies sobre la tierra. Caminaron de la mano y el joven acompañó a la señorita a su habitación como el caballero que era, allí besó delicadamente su mano y se despidió con una dulce mirada.

Al dejar a la dama, el se fue a su cuarto sintiéndose un adolescente, se tiró en su cama y tocó sus labios agradeciendo a la vida el haber sido correspondido. Por otro lado, Candy ya en su cama, todavía no salía de su asombro al saber que siempre estuvo ahí para ella ese príncipe que buscó durante tanto tiempo, y que él sin saberlo la había ayudado en tantas ocasiones dándole fuerzas con ese simple recuerdo que dejo en la tierna chica.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

Este capitulo, era muy extenso ya que tenía parte del capitulo siguiente, pero decidí a ultimo momento dividirlo, para dedicarlo exclusivamente al comienzo del amor de esta pareja que amamos tanto. Quise lograr en cada palabra, que imaginaran el momento o mejor aun... que se sintieran ahi como si los estuvieran viendo... Espero haber podido lograrlo.

Les dejo a todos mucho cariño, y gracias por estar ahi, y por cada palabra que me dejan.

Sigo al pendiente de sus comentarios y no se olviden de votar. Me encanta hablar con todos ustedes y espero sus sugerencias. Cada uno de ustedes son parte de esta historia.

SOLO TU... SIEMPRE TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora