CAPÍTULO 19 "SEGUIR CONOCIÉNDOSE"

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Candy miró a esos jóvenes, y no pudo evitar recordar como la noche anterior, esa muchacha se insinuaba al hombre que amaba, pero no podía demostrar los celos, así que poniendo su mejor sonrisa les dijo:

Candy: -Hola, ¿Cómo están?

Eugenia Marquesí: -Buenos días, ¿Williams se encuentra en su oficina? La tía Elroy nos permitió darle la sorpresa de nuestra visita.

Candy: -Si, esta pero...

La rubia no terminó de hablar, cuando la joven golpeó la puerta de la oficina y entró sin esperar sin siquiera que Albert la autorizara a pasar.

No sabia la pecosa como reaccionar, ya que frente a ella se encontraba el hermano de esa chica mirándola embobado y diciéndole, -Anoche no pudimos presentarnos como corresponde. Mi nombre es Charles Marquesí, es un placer. El joven de manera educada beso la mano de Candy y sin soltarla, prosiguió,-Pero si gustas puedes llamarme Charly.-

Candy por educación contestó -Un gusto.-

Charly: -Espero que no tomes a mal mi atrevimiento de venir a visitarte, aproveché la oportunidad, cuando mi hermana me dijo que la tía Elroy la había invitado, para que siguiera conociendo a Williams, y quise yo también conocerte a ti. Si no te molesta y estas de acuerdo podría visitarte seguido para que conversemos, algún día si me lo permites podríamos salir también a pasear.

Candy: -Eres muy amable, pero no sé si sepas que yo no vivo aquí, solo estuve un tiempo en esta mansión al cuidado de la Tía Elroy, soy enfermera. Ella ya ha recuperado su salud, y es por eso que hoy mismo regreso a mi hogar. Si me lo permites, debo empacar. Con permiso Charly.

Charly: -Todo tuyo.

Candy, al entrar a su cuarto, no pudo evitar los celos que le había producido, el ver a esa chica entrar de esa manera a la oficina de Albert, solo pudo arrojarse a la cama, taparse la cara con la almohada y librar de un grito el enojo que tenía. Una vez que recuperó la cordura, comenzó a sacar la ropa de su closet para ponerlas en la cama y comenzar a guardarlas en sus maletas. No podía dejar de pensar que cosas le estaría diciendo al rubio para hacerlo caer en sus redes.

Cuando por fin guardó sus pertenencias, una de las empleadas golpeaba su puerta para avisarle que ya estaba el almuerzo. Ella agradeció y bajó sabiendo que estaría difícil poder disfrutar de esa comida.

Llegando a ese gran salón, también lo hacían los hermanos Marquesí acompañados de Williams, allí, ya se encontraba Archie y la tía abuela Elroy esperándolos a todos. Williams cuando la vio hizo el intento de escoltarla a la mesa a la pecosa, pero Eugenia lo tomó del brazo y le dio lugar a Charles para que tomará a Candy y la invitara a sentarse a su lado.

Williams hizo el intento de llevar a la invitada a una de las sillas mas alejadas de él, pero esta dijo:

Eugenia: ¿Señora Elroy puedo tomar este asiento? La insistente chica, señalaba la silla que estaba al lado de Albert, y que todo ese tiempo había ocupado Candy.

Tía Elroy: -Eres nuestra invitada, si te sientes cómoda ahí, puedes ocuparlo.-

Eugenia: -Muchas gracias.

Los rostros de Candy y Albert denotaban la incomodidad y la molestia ante esa mujer que no sabía hacer otra cosa que tratar de llamar la atención del patriarca. Ella buscaba constantemente hacer plática con él y este se limitaba solo a contestar con monosílabos y con oraciones cortas y evitando mirarla a la cara. Y no era por el simple hecho de evitarla, sino era porque los temas que comenzaba, a Williams no le interesaban. Eugenia, solo quería captar el interés con temas que eran obsoletos para el patriarca, lo único que hacia era hacer hincapié en viajes de placer que hacía a menudo, lugares exclusivos donde compraba su vestimenta, y lo importante que era su familia en el mundo de los negocios.

SOLO TU... SIEMPRE TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora