Una vez tomadas las medidas de la bella joven y determinando el color de su vestido, Candy se dirigió a su cuarto para comenzar a arreglarse. Al entrar, notó un papel que habían dejado por debajo de la puerta que decía "Princesa: 19 hs estará nuestro chofer esperándote, no tardes... estaré esperándote. Albert".La rubia tomó un baño, luego al terminar se puso su bata y se miro al espejo, pensando en como sorprender a su amado. Decidió recoger solo un poco el cabello de arriba y dejar caer esos hermosos rizos por su espalda, tomó los pocos maquillajes que tenia y le dio volumen a las pestañas que resaltaban el verde de sus ojos, delineo sus labios, se colocó un brillo transparente que invitaba a ser saboreado y por ultimo paso un rubor tenue por sus mejillas dándole un aspecto de mas edad, justo lo que buscaba la inocente la chica. Al ponerse ese vestido, notó los cambios en su cuerpo, ya no era esa niña que trepaba árboles, se había convertido en una mujer hermosa, una mujer a la que cualquier hombre le gustaría tener como esposa. El escote era algo pronunciado para lo que ella estaba acostumbrada, pero no era exagerado y su espalda quedo al descubierto hasta le mitad mostrando delicadamente su piel suave y delicada.
Siendo las 19 hs, Candy, emprendió viaje para encontrarse con su amado. Candy, conocía bien el camino que recorría el coche, sorprendiéndose al ver que el destino era casa Magnolia. El coche se detuvo y al bajar, el chofer ayudó a la joven dándole su mano. Al llegar a su departamento golpeó despacio, lentamente se abrió la puerta y ahí estaba su rubio, con un traje de gala. La impresión de Albert fue tal a verla ahí, tan hermosa, que se quedo un momento parado, contemplándola de pies a cabeza sin poder decir palabra alguna, en ese momento solo pudo extenderle su mano para que pase y cerrar la puerta. El la tomo despacio, la miró a los ojos, acarició su rostro acercándose para darle un beso en sus labios. La rubia correspondió gustosa y lo abrazó acercándose lo mas que pudo al cuerpo de su amor. Ambos disfrutaban de ese comienzo de la cita, sin embargo, cuando se dieron cuenta de la intensidad del momento, se alejaron ruborizándose.
Albert: -Entre tantas cualidades que me enamoraron de ti, una de ellas fue tu belleza, pero lo de esta noche es sublime mi princesa. Nunca pensé que podrías ser mas bella de lo que ya eras- Dijo girando a Candy con sus manos y observando cada detalle de su amor, quedando maravillado al ver la hermosa piel de su espalda.
Candy: -Muchas gracias mi príncipe- Dijo riendo feliz
Albert: -Ven, vamos a cenar, preparé todo especialmente para ti.
Candy observó maravillada la mesa. Tenia un mantel de un blanco inmaculado, en el medio de él estaba un arreglo floral hecho con rosas rojas, dos copas, velas a tono con el arreglo floral color rojas, servilletas rojas y dos platos blancos para cada uno de los comensales. Llevo a la dama hacia la mesa y la invitó a sentarse arrimándole la silla como el caballero que era.
Candy: -Albert, esto es hermoso. Gracias por cada detalle
Albert: -Te mereces esto y mucho mas mi princesa. Espero que te guste la cena.-
Albert había preparado carne asada, con verduras salteadas, uno de los platos preferidos de su amada. Y así disfrutaron de una cena exquisita.
Albert: -¿Que te parece si disfrutamos del postre en la sala mas cómodos, tengo un regalo para ti y me gustaría que estemos mas distendidos.
Candy: Claro, como gustes.
El caballero extendió su mano para ayudar a levantar a su bella dama y una vez ahí, sirvió dos copas de helado de frambuesa y chocolate, decorado con media fresa cada copa. Realmente el rubio había estado en cada detalle para agasajar a la bella Candy.
Candy dio las gracias nuevamente por tan bella cena, cuando en ese momento Albert metía su mano a su bolsillo y sacaba un pequeño obsequio y se lo entregaba. Era un anillo de plata brillante, que en el centro tenía una esmeralda, símbolo de los colores de la familia Andley.
Albert: -Este anillo perteneció a mi madre, mi padre se lo regaló, y a su vez había permanecido a mi abuela. Sabes, ellos en su matrimonio fueron felices como le seremos nosotros mi princesa.
Candy: -Es hermoso- Dijo completamente emocionada mientras su amado se lo colocaba en su dedo.
Albert: -Sé que aun nos falta un tiempo para casarnos, hay muchos arreglos que debemos hacer como el cambio de tu tutela, sin embargo hoy, en este lugar donde fuimos tan felices y compartimos tanto, quiero decirte que eres la mujer que siempre soñé tener y que mi corazón te pertenece por completo.
Candy: Mi príncipe, me emociona saber que este lugar es tan especial para ti, como lo es para mi. Nada me haría mas feliz que compartir mi vida a tu lado. Nadie me quiere y me acepta como tu lo haces, y si estoy contigo no necesito nada mas que no seas tu. Contigo todo siempre ha sido mágico, creo que si tuve que pasar por todas las cosas que me tocaron, para hoy estar viviendo este amor tan hermoso... todo valió la pena y sin lugar a dudas lo volvería hacer. Te amo
Albert era ahora quien se encontraba emocionado, nunca pensó poder despertar tantos sentimientos, en esa mujer, a la que amaba como nunca imaginaba que pudiera amar a alguien. Con cada palabra que salia de la boca de la rubia, él pensaba que era lo mismo que el estaba sintiendo, y eso lo llevo a que sus ojos se cristalizaran. Después de haberse declarado amor mutuamente se fundieron en un abrazo, demostrándose así lo mucho que se amaban.
Después de ese momento tan emotivo, Albert le dijo a su amada:
Albert: -Hay alguien que quiere saludarte y que te ha extrañado mucho.
Candy: -¿si? ¿Quién es?
Albert: -¿Te acuerdas que a mi tía y a Archie le dijimos que nos reuniríamos con amigos en común de cuando vivíamos aquí? Bueno, no fue del todo mentira. Dijo abriendo la puerta y dejando entrar a Pupé. En ese momento, el tierno animalito subió a los brazos de Candy y esta lo abrazo completamente feliz.
Candy: -Ahora entiendo todo, para Pupé también es importante este lugar al igual que para nosotros, y si, es una de nuestras mas preciadas amistades.- Dijo sonriendo alegremente.
Fue una velada inolvidable para los rubios, sin lugar a dudas, el comienzo de un amor puro y verdadero.
Ya era tarde, era hora de regresar a la mansión, aunque hubieran pasado toda la noche haciéndose compañía. Sabían que el almuerzo del día siguiente sería complicado. Y el rubio ya pensaba en como y cuando hablar con la familia con respecto a la relación que tenia con Candy.
Todo el camino de regreso a la mansión la feliz pareja, fueron hablando y riendo al recordar los anécdotas y atando cabos de las veces en que el rubio se aparecía en los momentos y lugares menos pensados para Candy. Realmente el siempre estuvo pendiente de ella, sin importar el lugar y la circunstancia y pensar en todo lo que debía haber pasado ese hombre por ella, la enamoraba un poquito mas. Llegaron a su destino, y el caballero bajó primero del lujoso coche para ayudar a la bella dama. Aprovechando que no había nadie por las altas horas que eran, Albert al brindarle la mano la jaló a sus brazos y beso sus labios apasionadamente, sentía por fin que esa mujer a la que había amado por tanto tiempo, le pertenecía por completo y en su cuerpo se despertaban sensaciones que nunca había tenido por otra mujer en su vida dándose cuenta cuanto la deseaba.
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Una vez mas aqui me tienen con un nuevo capítulo. Y como siempre se lo dedico a alquien, esta vez va para dos de mis lectoras consentidas ....
@EmelinaDuary
Espero que sea de su agrado y espero los votos y los comentarios de tod@s.
Cariños a todos!!!
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SOLO TU... SIEMPRE TU
Hayran KurguPERSONAJES BASADOS EN EL ANIME CANDY CANDY. ALBERTFAN Las imágenes no son mias, creditos a cada autor que corresponda. Esta historia comienza cuando Albert le confiesa su verdadera identidad a Candy. La cronología de los hechos estará en orden difer...