Un nuevo día comienza y Lisa sale de la ducha con su acompañante de turno. Le pasa cortes mente su ropa y el empieza a vestirse.- ¿Entonces cuál es tu respuesta? - pregunta insistente mientras se sienta en la cama para abrocharse los cordones de sus tenis.
- Es una oferta tentadora, pero ...- se sienta a su lado- No se... ¿y si me descubren? -
- No lo harán. Soy muy discreta y ya has probado la mercancía. Sabes que es buena. - se señala a sí misma divertida.
- ¿Podía dar otro bocado a estos abdominales? -
- No, no. Ya lo sabes, nena, la primera consulta es gratuita. Las citas ya cuestan dinero. - se levanta pasando completamente de sus insinuaciones.
- ¡Esta bien! - se molesta la chica- Me lo pensaré y te llamo. - se acerca a ella y le planta un beso en la mejilla.
- Date prisa. Tal vez cuando me llames tenga toda la semana ocupada. - le ironiza poniéndose la sudadera y mostrando con amabilidad la salida.
Al acompañarla hasta el descansillo de la planta, se despide de ella con un delicado beso y espera hasta perderla de vista. Se estaba introduciendo para su apartamento cuando la puerta de Rosé se abre y se la encuentra de frente. Con claros síntomas de agotamiento, la chica la mira de mala gana y sin saludar, baja por las escaleras.
- ¡Buenos días a ti también! - lo dice en voz alta para que ella la pueda escuchar y acaba metiéndose en su piso haciendo muecas con la cara.
No entendía el comportamiento tan extraño que tenía su vecina con ella. Ayer cuando la conoció solo quería ser amable, pero ella se lo tomó de la peor manera. Lo único que se le ocurría pensar es que la chica era una tonta mojigata como todas las que había en Seul. Simple y llanamente eso. Se tranquilizaba al saber que esa actitud solo sería al principio. Una vez que conozca sus encantos la tendría en el bote como a todas las demás.
Se coloca su iPhone, se sube el gorro de la sudadera. Agarra sus llaves y sale a corren un rato. Le encantaba hacerlo por la mañana y venia bien relajar sus músculos con algo de deporte después de la intensa noche de trabajo. además, tenía que mantenerse bien para empezar con los entrenamientos el lunes.
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Rosé, sentada en su despacho, mantiene una lucha constante con sus parpados para que no se cierren. Había tenido una noche horrible gracias a su nueva vecina y estaba agotada. Rezaba por que entrara Jennie ofreciéndole un café. En vez de ella, una chica castaña con ojos claros aparece por la puerta.
- Señorita Park, ¿puedo pasar? -
A Rosé se le ilumina la cara cuando la ve y asiente con la cabeza. Se levanta de su asiento para cerrar las persianas de la ventana que daba a la zona donde todos los empleados trabajaban en sus cubículos y rápidamente acorta la distancia hacia ella para besarle con ganas.
- Rosé, aquí no...- da un paso atrás para separarse.
- ¿Y dónde? Por qué ayer ni apareciste, ni me llamaste. - dice muy molesta cruzándose de brazos y esperando una explicación.
- Nena, sabes que si no puedo ir o llamarte es porque estoy con ella. - le comenta.
- Si, lo se. Pero ni un mensaje, ni nada...-
- Lo siento mucho. - se pasa las manos por el pelo nerviosa. - Te tengo que contar una cosa. -
- ¿Qué pasa? - se cara se vuelve pálida de repente.
- Creo que Han So-hee sospecha algo. Se ha vuelto muy celosa y antes no era así. además, la he sorprendido viendo fotos tuyas de Instagram. -
- Será Suzy por que le pones los cuernos conmigo y las mujeres presentimos esas cosas a lo lejos. - le susurra recriminándole por la situación en la que están.
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Nada comparable a tu amor || Chaelisa G!P
FanfictionLalisa Manobal es una jugadora de fútbol tailandesa que huye de un pasado que la atormenta. Mason Park la ficha para su equipo, Jeonbuk Hyundai Motors Football Club e intenta llevar la vida fácil y desenfrenada que siempre tuvo. El único problema...