Capítulo 18

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POV Rosé:

Me despierto por el calor sofocante en el que me tiene inmersa los brazos de Lisa. Con cuidado escapo de su abrazo y me levanto de la cama para ir al baño.

Cuando vuelvo a su lado me quedo de pie junto a la cama y la observo. Esa paz en su rostro, ese desasosiego que tiene incluso cuando duerme, inspira algo en mí que no sabría explicar. Pero que no lo sepa describir no quiere decir que no lo pueda plasmar.

Mi idea me saca una sonrisa y voy hacia el salón para buscar entre sus cosas algo que me pueda servir para dibujar. Con suerte doy con unas hojas y un lápiz. Perfecto para lo que quiero hacer.

Agarro una silla y me siento en un lugar estratégico donde pueda agarrar mejor ángulo ya que aún no había amanecido y la habitación aún estaba muy oscura. No importa, la luz que entraba por la ventana me brindaba toda la claridad que necesitaba y con mis herramientas a punto, comienzo a delinear su cuerpo en el papel.

Este es mi autentico sitio, donde pertenezco y lo que me gusta hacer. Escribir y pintar era lo único que me sacaban de mi absurda realidad y mi aburrida rutina. Bueno, eso y ahora también la pervertida y sádica relación de mentira que mantengo con ella.

¡Dios! pero me hace sentir tan mujer cuando me posee. Algunas veces muy brusca para mi gusto, pero qué demonios, la rudeza también me encanta.

- ¿Qué haces?- escucho la adormilada voz de Lisa.

- Ahm...- me sorprende - nada...- doblo el papel y lo dejo sobre la mesita.

- Ven aquí...- me pide haciéndome hueco.

Dejo caerme mi peso en la cama y me pongo de lado. Ella opta por la misma postura y me mira pensativa.

A veces daría toda mi fortuna por saber que pasa por esa cabecita. Bueno... como no lo supiera ya. Me puedo hacer una ligera idea de la clase de pensamientos que tiene. Se centrará en mujeres, dinero y placer.

No paro de repetirme, desde que empezamos nuestra desenfrenada noche, que no me deje engañar por todos estos momentos que estamos compartiendo. No puedo caer en el mismo error que la otra vez.

- Mmmm,- emite un ruido acariciando mi mejilla- No si será pedir demasiado, pero ...- se pone juguetona y no hace falta que termine la frase, se lo que me quiere decir.

- Ya que estamos despiertas, habrá que aprovechar, ¿no?. - respondo descaradamente encogiéndome de hombros como quien no quiere la cosa.

Pega un gruñido cerca de mi oreja y se abalanza sobre mí. Yo grito en una risa cuando noto que lleva sus manos a mis costados.

- No, cosquillas no...- le suplico.

- Vale...- alza los brazos. - No te haré cosquillas ...- el azul de sus ojos se oscurece y me dedica una sonrisa traviesa. - Pero vas a permitirme que si te las haga aquí... -

Cuando baja hasta el centro de mis piernas, dejando un reguero de dulces besos por el camino, yo comienzo a derretirme.

Por favor, otra vez no... Lisa se había propuesto a llenarme de placer hasta el último segundo de la noche. No le había bastado con la desenfrenada escenita del coche, o la espantosa, pero a la vez divertida hora que habíamos pasado en las celdas. Sin contar los dos encuentros arrebatadores haciendo lo mejor que hacemos en la cama. Pero no. Ella seguía sin tener suficiente y para que mentir, yo tampoco.

Nada comparable a tu amor || Chaelisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora