Capítulo 33

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Lisa regresó a Seúl cuando Hye Kyo subió a su avión. Pensativa todo el camino, no paraba de darle vueltas a la conversación con su madre. Sabía que el momento tendría que llegar irremediablemente. No podía alargar más el placentero tiempo de tranquilidad que vivía con su novia y por ello tenía que ponerle solución rápidamente. Tenía muchas cosas claras y lo principal era contárselo Rosé, pero antes de todo debía comprender en qué situación las dejaba exactamente.

Volvió a las instalaciones del equipo y se encerró en el gimnasio. La frustración que sentía le daba fuerzas para seguir golpeando el saco de boxeo con mucha rabia. La cabeza estaba por explotarle hasta que el sonido de su celular la distrajo. Lanzándolo contra la pared cuando vio la persona que la llamaba, resopló agobiada e intentó tranquilizarse retomando su pelea con el saco. Era otro problema que se sumaba al que ocupaba ahora completamente su mente.

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En el apartamento de ella, Rosé preparaba el almuerzo en la cocina mientras no paraba de mirar el reloj. Lisa no había llegado aún del aeropuerto y se estaba retrasando demasiado. Llamándola al celular, saltó su buzón de voz y decidió intentarlo un par de veces más.

-¿Va venir ya mi hermana?. Me muero de hambre...- decía BamBam.

- Espero que sí. La estoy llamando, pero sale el contestador. Normalmente no se tarda tanto en volver...- decía intranquila.

- Seguro que ese cacharro se descompuso. Es una reliquia...- comentó Mon poniendo la mesa.

- No es un cacharro. Es un buen coche. - se sorprendió Rosé de ella misma por salir en defensa del camaro.

- Bien, por fin una mujer que entiende de coches. Gracias cuñada. - le guiñó BamBam un ojo.

La puerta de la entrada se abrió y Lisa entró como una exhalación casi atropellando a su hermano.

- ¡Eh, toro! - lo detiene. - Pero ¿qué haces? -

La pelinegra se quitó los audífonos.

- Lo siento, vengo corriendo desde las instalaciones del equipo. Necesitaba hacer ejercicio. -

- ¿Desde las instalaciones? - preguntó Rosé algo molesta acercándose a ella- ¿Eso no es por lo menos cinco kilómetros? -

- Si, bueno. Mañana hay partido y quiero recuperar la forma para ser titular. -

- Tienes que tomártelo con calma, Lili. Acabas de salir de la lesión. No creo que matarte a correr sea bueno para tu rodilla. -

- Estoy bien...- respondió sin hacerle mucho caso y fue hacia el umbral de la habitacion.- Voy a ducharme y me reúno con ustedes para comer.- desapareció ante la mirada desconcertada de todos.

Mon se puso al lado de Rosé y le tocó el hombro.

- Cuando esta triste se evade en el deporte. Eso es porque Hye Kyo se ha ido, seguro. Tendrás que hacer algo para animarla. - concluye en una burla.

Aunque de un principio quiso ignorar la broma, Rosé se rio y prosiguió con su trabajo en la cocina.

Luego de que Lisa saliera de la ducha, comenzaron con el almuerzo. Mon y BamBam rompían con el silencio en un debate interminable de donde irían ese día de turismo.

- Esta noche hay reunión de los Hyundai en la mansión de la entrenadora Chaerin. Están invitados. - les informaba Rosé a los chicos.

- ¡Gracias! Creo que Corea es el país con más fiestas del mundo. No me importaría vivir aquí. - decía la castaña entusiasmada.

- Esta ciudadsita tampoco tiene mucho más. - murmuró Lisa removiendo su comida con el tenedor.

- Pues te recuerdo que defiendes los colores de este "ciudadsita". - le contestó Rosé ofendida.

Nada comparable a tu amor || Chaelisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora