Capítulo 6

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Lisa paseaba sus ojos por todo el apartamento intentando conocer algo de la personalidad de Rosé. Unos cuantos cuadros apilados en un rincón ocultados por una sabana y una guitarra sobre una silla fue lo que más le llamó la atención.

Rosé recogía el agua del suelo con la escoba, mientras observaba a Lisa como secaba con papel todos los objetos que se habían mojado. Lisa se agachó para coger el móvil de ella, cuando casi sin querer le dio a un botón y vio como tenía varias llamadas de Irene y un mensaje sin leer de un tal BS. No pudo ver más al apagarse el aparato. De todos modos, se percató rápidamente de quien se trataba. Con lo que le dijo Mason y ahora ese mensaje de texto sin leer, estaba segura sus sospechas no iban tan mal encaminadas sobre la relación de la niña malcriada con su compañera.

- ¿Qué haces? - se lo quita rápidamente para que deje de curiosear.

- Que humor, vecina. Por cierto, de nada. -

- No te pedí ayuda. -

- Eso no significa que no la necesitaras. - se apoya en mostrador de la cocina - Bueno, ¿empiezas tu o yo?-

Rosé directamente ya tenía en la cabeza lo que iba a proponer por lo que no tardó mucho en contestar.

- Primera norma - deja el palo de la escoba a un lado y le habla de frente. - Delante de la gente y solo delante de ellos podrás tocarme. Claro está, sin pasarte.- advierte.

- Oh, Park. Deberías especificar que parte del cuerpo tengo permitido tocar. - sonríe y en su cara aparece una emoción desconocida que la incómoda.

- Puedes agarrarme de la mano. - la alza para mostrársela.

- ¿Así? - entrelaza sutilmente sus dedos con los de ella. - ¿ Que más?- pregunta con una voz suave.

Los ojos de Lisa brillaban ardientes por el contacto e hizo que Rosé se ruborizara. Su cabeza le decía que escapara de sus manos, pero nuevamente se encontraba inmovilizada ante la palpable electricidad que las conectaba. Moriría antes de reconocerlo, pero eso la inquietaba y fascinaba a partes iguales.

- Nada más. - acaba diciendo mientras se queda absorta en sus labios.

- ¿Estas segura? - le susurra cerca de ellos.

- Si...- dice en un jadeo cuando consigue respirar.

- ¿Y cuándo podré besarte? - murmura.

Rosé arruga el ceño y se maldice otra vez por volver a caer en sus encantos. Pero esta vez no le daría la satisfacción de molestarla. Esta vez, seria ella quien se lo haría pasar mal. ¿Quería jugar?. Pues lo haría con las mismas cartas que el utilizaba. La seducción. A ver quién claudicaría antes.

- ¿Quieres besarme? -

Lisa se le queda mirando. La sorprendente osadía de la chica la agarra desprevenida, pero intenta disimularlo. No se esperaba que le siguiera el juego.

- Quisiera hacerte tantas cosas. - dice intimidante.

- Segunda norma. - prosigue ella mordiéndose el labio traviesa y presionando su mano con la de Lisa - Me besaras cuando yo lo decida. Ni antes, ni después, solo cuando yo te lo pida. - le roza los nudillos con el meñique.

Lisa tragó saliva y apretó su boca curvando sus labios intentando camuflar una sonrisa. La tenía en el bote o realmente era muy buena actriz. Las dos opciones le parecían factibles, por lo que quiso dejar que diera ella el primer paso.

- Tu mandas, jefa. ¿Pero podré besar otros sitios? -

- Tal vez. Depende de cómo te portes. - le contesta ella manteniéndole la mirada.

Nada comparable a tu amor || Chaelisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora