Final

530 58 17
                                    


PARTE II

Rosé entraba en la oscuridad de su apartamento totalmente seria e indiferente. Tiró las llaves en el recibidor y ni se molestó en cerrar la puerta principal. Fue hacia la cocina para servirse agua y de lo sedienta que estaba bebió de un solo trago. Volvió a rellenar el vaso y caminó hasta el salón para sentarse en el sofá. Estiró el brazo para encender la lampara de la mesita y la luz iluminó toda la habitación. El muro donde colgaban los dibujos de Lisa se presentó frente a ella y solo provocaron que tirara el vaso de cristal contra ellos. Apretó su mandíbula y se levantó de inmediato para descolgarlos de la pared. Arrojándolos al suelo y rompiendo algunos, dejó la pared completamente vacía. Apoyó sus codos sobre ella y empezó a llorar hasta que no pudo más.

Sintiendo un dolor indescriptible en el corazón, escondía su rostro entre las manos y el frío tabique. De repente notó como alguien la llamaba a su espalda y se giró despacio para saber quién era.

- Rosé...- BamBam observó todos los dibujos destrozados de su hermana por el suelo, para después mirarla a ella entristecido.

- Se ha ido...- decía en un sollozo y el pelinegro la abrazó para consolarla.

- Ella debería de estar aquí- dijo con dificultad al tener un nudo en la garganta - Pero se fue feliz, de eso estoy seguro- se le escapó una lagrima.

12 horas antes...

Los parpados de Rosé se abrían dificultosamente. Arrugando el rostro por un dolor intenso que sintió en la pierna, miraba a su alrededor algo confusa. No fue hasta que el agua comenzó a cubrirle parte de la cintura cuando reaccionó asustada. Al lado, Mason permanecía inconsciente.

- ¡Papá!, ¡papá! - lo sacudía. - ¡Papá! -

Se quitó el cinturón de seguridad para centrarse en despertar al viejo, pero este seguía sin responder.

- Por favor...- lloraba agarrándolo por el rostro.

- ¿Rosé? - contestó el hombre recuperando la conciencia, pero algo mareado.

Suspiró aliviada al comprobar que su padre estaba vivo, pero le duraría poco, porque en menos de un minuto el agua los tapó por completo. Rosé aprovechó que el coche estaba sumergido para intenta abrir la puerta. Las fuerzas no le acompañaban y le era imposible, pero como su ángel salvador, Lisa apareció de improvisto por su ventana.

Consiguieron abrirla y ella rápidamente la agarró para subirla.

- No, no...- gritaba Rosé una vez fuera- Mi padre esta allí- forcejeo con la pelinegra para volver a zambullirse.

- ¡Rosé! - tiraba de ella contra su voluntad - Tienes que pedir ayuda. - le decía a unos metros de la orilla- Yo iré a por él. -

- Por favor, sálvalo...-

- Lo haré. ¡Vete! -

La rubia nadó hasta la orilla y subió la elevada cuneta como pudo. Una herida en la pierna le impedía posar el pie en el suelo, pero aun así pudo llegar hasta la carretera.

- ¡Socorrooooo!-

Sus gritos se perdían en la oscuridad y en el silencio del camino. Desistiendo en el auxilio, se acercó al borde de lo que quedaba de la barandilla para comprobar si habían salido ya. De repente una cabeza surgió sobre el agua dando una bocanada de aire.

Rosé no distinguía quien era y bajó casi arrastras por la cuneta. Metiéndose de nuevo en el río, ayudó a nadar a un Mason agotado. Cuando llegaron exhaustos a tierra firme y ella supo que su padre estaba bien, se quedó esperando a que Lisa también saliera.

Nada comparable a tu amor || Chaelisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora