Capitulo 12

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Sí gege bonito – respondió lanzándole besitos al aire.

Que me alegro, sabes desde que lo ví pensé en ti, conejito.

Es en serio gege bonito, tu piensas mucho en mi – lo observó con sus ojitos marrones brillando de felicidad.

Siempre mi niño, eres un lindo conejito que me alegra la vida, ven posa, te tomaré una foto para el recuerdo – el castaño tomo su celular y tomo una foto del niño.

La quería para tenerla de fondo de pantalla, ese pequeño ser tan maravilloso lo hacía olvidar su pasado cuando estaba a su lado, su ansiedad desaparecía al escuchar las sonrisitas del niño.

Gege bonito tómame una foto contigo si – cuestiono con esperanzas.

Claro que sí conejito – respondió, se acercó a él y se acomodaron juntitos, tomaron la foto, era un linda imagen.

Parecían madre eh hijo susurro la mente de ambos sin saberlo cada uno.

Está hermosa gege – suspiro el niño, con la ayuda de su abuelita estaba seguro que pronto tendría una mami para el solito.

Bajaron con la bolsa de regalo de A-Yuan, el niño corrió hacia sus abuelitos, mientras el castaño fue a empacar parte del asado que guardo para el papá conejo.

Cuando terminaron de cocinar le dijo a su papi Min que iba guardar comida para el papá conejo de A-Yuan, su papi lo había molestado pero el solo sonrió.

Le gustaba, no lo podía negar, quizás el otro no sintiera nada por el, pero había algo en su pasado que no lo hacía confiar plenamente.

Hoy si conejito A-Yuan, es hora de irnos, ya regreso mami y papi – el castaño se acercó a sus papis a darles un besito – despídete conejito.

El niño hizo un pucherito – abuelitos gracias por hacerme el niño más feliz el día de hoy, jamás voy a olvidar este día y el asado rico de abuelito Min y gege bonito – los abrazo a cada uno y les dio un besito, corrió a querer llevarse la bolsa del regalo pero era más grande que él.

Jajajaja todos sonrieron viendo el conejito apenas si alcanzaba la bolsa.

Déjala conejito yo la llevo ven debemos irnos porque el autobús está por pasar – el castaño se colgó la bolsa térmica atravesando su espalda.

De una mano agarro al pequeño A-Yuan y con la otra la bolsa de regalo.

Vayan con cuidado mis niños, cuídense mucho – dijo Ziteng.

Los amamos muchísimo – gritaron los dos mayores en unisonio cuando estaban por salir.

Sabes gege bonito me gusta aquí, le diré a papi si puede encontrar un lugar aquí para vivir – sonreía el niño, iba brincando de felicidad agarradito de la mano del castaño.

Wow sería genial conejito, así te veo más seguido, wow el bus se nos va pasar conejito ven – lo tomo en sus brazos y corrió para poder agarrarlo.

Esperen, esperen – gritaba el castaño al autobús corriendo con un A-Yuan en brazos sonrieron y bien agarrado del cuello del castaño.

Buenas tardes, gracias señor – saludo y agradeció el castaño al subir, pago el pasaje de los dos y camino en busca de un lugar.

Conejito, mira en esta bolsa eche comida para ti y para tu papi, también mami te envío unas galletas con chispas de chocolate – explicaba el castaño.

Hay gracias gege, la abuelita no me dijo no pude agradecerle, pero dile que la quiero mucho a ti también gege bonito, gracias por hacerme feliz – sonrió el niño recostando su cabecita en el brazo del castaño.

Gracias conejito yo también te quiero mucho, no tienes nada que agradecer mi pequeño A-Yuan – le sonrió y dio un toquecito a su naricita.

El aire del autobús y el cansancio por jugar todo el día hicieron que el pequeño A-Yuan quedara dormido, quedó rendido.

Cuando el bus paro en la esquina del parque, Wang Yibo tomo en brazos a su conejito, no quizo despertarlo, luego tomo la bolsa y bajo.

Observo con tanto amor y cariño el rostro dormido del niño, sonrió algo en su corazón le decía que para ellos el niño ya era su hijo, les había robado el corazón, ya no le pertenecía, ahora era del pequeño A-Yuan.

Camino con mucho cuidado para no despertar al niño, llegó bajo la sombra de aquel árbol de cerezo para esperar al azabache.

Sentándose en la banca cuando vio a lo lejos como el azabache iba casi llegando, sintió que por un momento no llegaba a tiempo.

No pudo quitarle la mirada de encima, lo vio sin saco, estaba solo con una camisa blanca, lo vio como iba aflojando su corbata y arremangando su camisa.

Hay Dios – había suspirado y susurrado el castaño de la emoción al ver semejante Dios griego caminando así el – que se sentirá ser amado por alguien que no sea mi mami y papi – susurro algo triste.

Movió su cabeza para quitar esos pensamientos en su mente, no podía entregar su corazón a nadie, no quería lastimarse de nuevo.

Hola buenas tardes Yibo, wow veo que mi bebé disfruto este día, jamás duerme durante la tarde – sonrió el azabache sentándose al lado del castaño – como les fue – cuestiono curioso.

No podía concentrarse durante el día de hoy por pensar en sus dos amores y que estaría un amigo del castaño.

Hola, buenas tardes Zhan, como no tienes idea, se la paso jugando, jajaja – sonreía al recordar cómo A-Yuan se metió en la jaula de sus conejitos – para decirte que no quería venirse, se terminó metiendo en la jaula de mis conejitos con tal de que no lo trajera.

El azabache abrió los ojos en sorpresa, su bebé no quería venir ya con él, pero a la vez se sintió cálido y feliz, eso significaba que la mamá del castaño y el mismo, habían tratado con mucho amor a su hijo.

En serio, hay mi conejito, al parecer ya me quiere dejar y eso que no a crecido mucho, imagínate cuando tenga novia – sonrió debía molestar a su hijo cuando despertara.

Jajajaja no creo que tú dejes se case muy rápido y si es así, bueno la novia tendrá que enfrentarse a mi también, es mi conejito también Zhan – respondió feliz sin darse cuenta del laberinto de emociones que tenía cierto azabache por sus palabras.

Creo que tendré que avisarle a mi hijo que la novia tiene que saber Kung fu – lo observó con sus ojitos brillantes.

Si, porque soy experto en artes marciales – respondió el con la misma emoción.

Jajajajaja ambos terminaron sonriendo por sus ocurrencias su bebé aún estaba muy pequeñito para tener una novia, quizás lo dejarían cuando tuviera unos cincuenta años si bien le iba.

Me encantaría poder quedarme más tiempo y contarte el día de A-Yuan, pero será mejor el te cuente, yo debo irme, sino me dejara el autobús.

Perdón Yibo, no lo había pensado, me sentí tan cómodo contigo platicando – se sonrojo de sus orejas, se sentía tan cálido estar cerca del castaño.

No tienes porque disculparte Zhan, mira este es un regalo que le di a mi conejito y aquí se quitó la bolsa térmica, te traje del asado que hicimos para que puedas cenar tu y A-Yuan – explicaba quitando su bolsa, sin notar la mirada llena de amor que le daba el azabache.

Yibo, no te hubieras molestado, la verdad – se quedó callado el estaba muy agradecido con el castaño, si no fue por el no tendría como darle comida a su hijo.

Estaba pasando por momentos difíciles, la enfermedad de su madre y la muerte de su esposa lo había dejado con algunas deudas en el banco que aún estaba pagando.

Por eso se había quedado corto de dinero, el sentía su cara caerse de vergüenza, no quería abusar de la confianza del chico, suficiente era que lo mara con todo su corazón como una mami a su retoño.

No es nada Zhan, yo quiero compartir con ustedes – suspiro profundo – mami y yo pasamos momentos difíciles cuando yo era un niño, hasta que llegó papá Min que le ayudo a mami.

Yo quiero apoyarlos a ambos, se que muy pronto pasará esta prueba Zhan, no rechaces mi ayuda por favor – susurro lo último viéndolo a los ojos con una mirada sincera, brillantes de algunas lágrimas que se querían formar.

Los ojos del azabache se pusieron acuosos y una lágrima traicionera corrió por su mejilla, no era débil, no le gustaba demostrar ni siquiera a su madre y esposa, cuando tenía alguna pena.

Y aquí estaba el, siendo atravesada su coraza, su escudo que formo para que nadie pudiera ver a través de él.

Pero hora estaba frente al ángel que lo estaba salvando de la oscuridad, frente al ángel que con solo su mirada le estaba desnudando hasta el alma.

Sintió una calidez que llegó a su corazón y le recorrió por todo su cuerpo, sintiendo que estaba en la gloria y que solo existían ellos dos con su bebé conejito y no había nadie más alrededor.


Una Mamá Para A-Yuan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora