Una Mamá Para A-Yuan

Capitulo 27

No, el no vino me pidió permiso por la tarde – respondió Hai Kuan, volteo su rostro hacia su hermano – estuvo contigo en su sesión Ayanga.

Si estuvo una hora y media conmigo y luego salió sonriendo dijo que iba a pasar por un regalo para sus padres y conejos no se que era – respondió preocupado Ayanga también, el mejor que nadie sabía de la salud mental del castaño.

Maldita sea – siseó Yunxi, poniéndose de pie, los otros tres siguieron sus movimientos – no vino a trabajar, dime de una vez por todas que le pasa a Yibo – cuestiono con su voz entre cortada.

No sé que le sucede, pero recuerdas la esclava que te di para él, esa envía señales a mi celular cuando el está en peligro y desde quince minutos que empezó a sonar alertándome – un fuerte sollozo se escuchó al otro lado de la llamada.

Yo estaba en una reunión salí para ver y me di cuenta que era mi león, Yunxi me muero si le pasa algo – sollozo viendo en su computadora aún para encontrar la ubicación de este.

Maldita sea – saco el también su computadora para buscar la ubicación, el también había trabajado junto al otro en la agencia especial de policías.

Lo encontré – grito el joven – voy en camino hacia él – tomo sus cosas y su arma para salir de la oficina.

Dime dónde está, iré rápido apoyarte – su preocupación se hacía más evidente, más al escuchar las palabras de aquel joven que una vez el considero su alma gemela.

Por cuestiones del destino fueron separados, aunque en ocasiones siente que ambos niegan sus sentimientos, la tensión en ellos es muy evidente.

Está en su casa, no se que pasa pero su esclava no deja, de dar la señal de peligro Yunxi – respondió el joven llamando a dos de sus compañeros como apoyo.

Él era el jefe de un grupo de jóvenes que trabajan bajo las sombras.

Voy para allá, pero por lo cielos, mándame la dirección que no se dónde vive Yibo – la llamada se cortó y el tomó su arma que estaba en su bolso.

Yo voy contigo se dónde vive Yibo, vivimos cerca somos vecinos – hablo entre cortado y muy nervioso el azabache tomando sus cosas al mismo tiempo.

Ok, mucho mejor, perdón jefe, por favor Yibo es alguien muy importante para mi persona especial – susurro lo último Yunxi.

No van solos, nosotros vamos con ustedes – hablo rápido Hai Kuan sacando su arma también.

Los cuatro salieron corriendo hacia el auto de Yunxi, al mismo tiempo su celular sonó con la dirección que envío otra persona.

El azabache tenía el alma en un hilo, empezó a llamar desesperadamente al castaño, pero su celular sonaba apagado.

Maldita sea su celular suena apagado Yunxi, ni mami Ziteng responde – susurro con miedo le había llamado también a él.

Su celular sonó al momento que cortó la llamada, intentando conectarse con el castaño.

Aló papá – sus lágrimas salieron inconsciente de sus ojitos al escuchar lo que su papá Min le decía.

Zhan – hablo rápidamente Min sin dejar hablar más al azabache – el conejito A-Yuan, acaba de llamarme.

Dice que hay un hombre apuntando con un arma a su abuelita y mami – sus palabras se entre cortaron por el nudo que se formó en su garganta.

Dijo que te ha llamado y no respondes hijo, el está escondido, Ziteng lo dejo dentro de casa escondido.

Se dio cuenta que su abuelita estaba tardando mucho, entonces el vio por la ventana cuando Ziteng no entraba – susurro suavemente – voy en camino hijo, salí a cubrir un compañero en la universidad.

Papa tranquilo voy para allá con mis jefes y compañero – hablo con dificultad el azabache, su bebé y sus personas importantes estaban en peligro.

Ok hijo – y la llamada se cortó.

Jian Min iba en taxi, mientras el azabache en auto que Yunxi había puesto una sirena de la policía para ir más rápido.

Que dijo – preguntaron en unísonio los tres que iban en el auto con el azabache.

Papa dice que mi hijo le llamo para decirle, que llegue rápido, hay un hombre con un arma apuntando a mamá Ziteng y a mi Yibo – susurro lo último.

Maldita sea – sisearon los tres.

Agárrense fuerte, voy a correr más y se que el cinturón de seguridad no les va ayudar en mucho – diciendo eso hizo cambio de velocidad.

Mientras el castaño, aún seguía preocupado y enfrentando a su padre, por el rabillo de su ojo pudo ver cómo su conejito A-Yuan, estaba cerca de la ventana con lágrimas en su rostro.

Se sintió más molesto su hijo, su conejito no tenía porque ver esa escena tan molesta, recordó el consejo de su psicólogo.

El debía enfrentar su peor pesadilla, si quería ser feliz al lado del amor de su vida, su conejito y sus padres, debía cerrar este mal capitulo de su vida.

Había sufrido mucho en soledad por ese maldito desgraciado frente a él, no dejaría que volviera hacer de las suyas, quería ser feliz luego de tantos años, pero las palabras de ese hombre lo sacaron de su trance.

Mami, jajaja es en serio, es un puto hombre, un anormal si, pero uno que solo te cuido y tienes la osadía de llamarle madre, inútil – apretó con fuerza su dientes, no quería que nadie le diera más amor a su hermano que a él.

Siempre envidio a Ziteng porque era el consentido de sus padres, los cuidados y todo era solo para Ziteng y el tendría que vérselas el solo.

Por más que sus padres le explicaban que Ziteng era un joven Doncel que necesitaba de sus cuidos, este nunca supo entenderlos.

Wang Yibo sonrió en burla a su padre, así que ese era el punto débil, su maldita debilidad, la envidia que alguien más quisiera más a su hermano que a él, tendría que usarlo a su favor.

Te prohibido una vez por todas que dejes de llamar de esa manera a mi mami, porque no sabes de lo que soy capaz padre – decía con odio.

Así tú, haber cuéntame qué piensas hacerme, quieres que me siente junto contigo.

Oh que conversemos cómo todo padre e hijo y te enseñe cómo pelear como hombre – cada una de sus palabras salían con burla, provocando cada vez más al castaño.

Cómo padre eh hijo, jajajaja – se reía fríamente el castaño – tu mi padre, es en serio, solo tengo un padre y un madre en este mundo y tú no lo eres, eso tenlo por seguro.

El que me hayas engendrado, no te da el derecho de venir a decirme que vas a enseñarme como ser un hombre, porque de eso se encargo mi adorada mami – hablo con firmeza y orgullo el castaño.

Maldito cretino y sino me vez como padre entonces porque me llamas como uno – respondió entre dientes, maldecía mentalmente al ver cómo este mocoso tenía la osadía de retarlo.

Jajaja que pensabas que lo decía de verdad realmente, tanto anhelas mi amor que hasta te haces ilusiones Wang Jhonny – el castaño también respondía con burla al igual que el otro.

No eres más que una basura, que se cree tan importante, solo eres un generador de espermas que inyectas en las mujeres.

Y luego para qué, mmm crees que son puta incubadora para traer niños y luego matarlos – soltó de un solo con odio la bomba que hizo explotar y rebalsar el vaso de agua dentro de él.

Sentía su sangre hervir como un volcán a punto de hacer erupción, sentía como corría como lava por sus venas, su furia, su odio y rencor hacia este hombre volvían a salir a flote.

Estaba tirando todo por la borda, todo lo que había logrado en estos meses de terapia, el no quería ser como ese monstruo que lo engendro.

Pero si algo tenía muy claro y presente que padre no es el que engendra sino el que cría.

Y para el no había otro más que Wang Ziteng, aquel joven que camino por mucho tiempo por las calles con un bebé en sus brazos.

Aquel hombre que le tocó aguantar hambre y trabajar de cualquier cosa e incluso en una ocasión hasta robo leche para poder darle el biberón a su bebé de horas de nacido.

Aquel hombre que todas las puertas se le eran cerradas en grandes empresas.

Solo porque el psicópata de su hermano, quería que esté muriera de hambre, junto con el bebé en sus brazos, oh suplicara arrodillado ante él por un bocado de comida.

Ese hombre al que muchas noches escucho llorar suplicando al cielo por una oportunidad para sacar adelante a su bebé.

Ese era su héroe, ese era su motor a seguir, ese era su verdadero padre, el que dio todo por él.

El que no le importo quedarse soltero con tal de cuidarlo y darle la mejor de las educaciones.

Ese era su verdadero héroe y padre por el cual estaba dispuesto a dar su vida por él.