Capitulo 14

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A la mañana siguiente siguieron su rutina, el castaño haciendo desayuno ahora para cinco personas, sus dos padres, y sus dos conejos y también el almuerzo para ellos.

Buen día mi bebé conejito – saludo feliz el azabache a su recién despertado A-Yuan.

Papi conejo buen día – lo abrazo fuerte, lo último que recuerda del día anterior es que iba en autobús con su gege bonito a encontrarse con su papi conejo.

Cómo amaneció mi bebé, al parecer disfrutaste mucho ayer mi amor, porque venías bien dormido y no sentís cuando te tome en mis brazos – sonreía feliz el azabache al ver el brillo en los ojitos de su hijo.

Si papi disfrute mucho, papi y si nos vamos a vivir con gege bonito y los abuelitos – cuestiono emocionado y con esperanzas, quería al menos hacer pensar a su papi en eso.

La sonrisa del azabache se fue borrando de a poco, no quería ilusionar a su bebé, debía cortar sus alitas con esa gran ilusión el no podía en primer lugar mudarse con ellos, no eran nada por el momento.

En segundo lugar no tenía dinero para decir iba alquilar un lugar cerca donde Yibo y sus padres, el estaba viviendo en el hotel porque con lo que trabaja por las noche ahí mismo pagaba la habitación.

Aparte el castaño tenía un papi y el no quería amargarse la vida casa vez que lo viera salir con ese hombre.

Tenía mucho por lo que pensar, le encantaría vivir cerca de ellos para seguir viendo la sonrisa y el brillo en los ojitos de su pequeño.

Conejito A-Yuan – empezó el de cariñoso – mi amor, tu mejor que nadie sabes que daría todo por ti, por tu felicidad, pero por el momento no puedo alquilar un lugar cerca donde tú gege bonito vive.

Baby Bunny hizo un pucherito algo triste, pero entendía a su papi, aunque el era pequeño era muy inteligente, algo se le ocurriría después para convencerlo.

Ok papi – lo abrazo fuerte.

Prometo conejito que cuando tenga el suficiente dinero buscaremos un lugar cerca de tú gege.

Es en serio papi.

Si mi conejito, ahora ven vamos a tomar un desayuno porque tú tienes que ir al colegio y yo a trabajar.

Si papi – grito emocionado y corrió a tomar un baño, habían momentos en que el tiempo de su papá conejo no alcanzaba y el tocó que aprender a bañarse solito.

El azabache suspiro profundo, recordó que la noche anterior había echo cuentas y faltaba mucho por salir de su deuda.

Pero no quería que su bebé viviera todo el tiempo en un hotel, buscaría un lugar donde pudieran vivir cómodos los dos.

Fue a calentar la comida que le había traído el castaño, sonrió al recordar las palabras que el le dijo brindándole su apoyo.

Suspiro profundo, debía entrevistar a su conejito para saber del supuesto papi del castaño.

Papi conejo, papi conejo – grito de último el conejito A-Yuan al ver a su papi perdido en sus pensamientos.

Que fue conejito – brinco del susto el azabache, tomo en brazos a su hijo y llevo en su otra mano la comida.

Papi Conejo en qué piensas, te estuve hablando y tú no respondías.

Perdón mi amor, solo – suspiro profundo – estaba pensando en tú gege bonito – sonrió ladinamente.

A-Yuan abrió sus ojitos en sorpresa y un brillo especial, recordó la promesa y el trato que hicieron con su abuelita.

Papi conejo, puedo preguntar algo.

Dime mi amor – el azabache sonrió al ver el rostro de felicidad de su conejito.

A ti te gusta gege bonito papi conejo, te gustaría que gege bonito fuera tu esposa – el pequeño A-Yuan sonrió en carcajadas al ver el rostro rojo de su papi.

Conejito A-Yuan – grito avergonzado el azabache.

Que papi conejito, dime si, te gusta gege bonito – puso sus dos manitas en su rostro esperando la respuesta de su papi.

El azabache suspiro profundo, la carita de su bebé era digna de ver y tener un recuerdo, saco su celular y tomo una foto.

La verdad, si me gusta tú gege bonito, pero no sé si yo le gustare a él mi amor, aparte – trago fuerte el nudo que se formaba en su garganta al recordar el papi que el mencionó.

Yes!!!!

Grito emocionado el niño, aplaudiendo y sonriendo de felicidad, debía contarle a su abuelita.

Aparte que papi conejo.

No sé si el tenga algún amigo oh alguien especial para el – dijo entre dientes conteniendo su molestia.

El pequeño A-Yuan dejo de sonreír al ver a su papi apretar sus dientes y con su ceño fruncido -  papi conejo, porque dices eso – pregunto serio el niño.

No sé mi amor, quien sabe, tu dime ayer que estuviste con el no viste alguien cerca de él, un amigo oh no se mi amor – cuestiono el azabache, la duda lo carcomía tanto como el enojo que lo estaba consumiendo.

El niño se quedó pensativo, no recuerda a ver visto a nadie cerca de su mami, solo a su abuelito Min y su abuelita Teng.

No papi conejo, ayer solo estuvo abuelito Min, abuelita Teng, gege bonito y yo papi, no hubo nadie más.

El niño puso su dedito en su quijada quedándose pensativo de nuevo.

Abuelito Min hizo asado con gege bonito, abuelita Teng y yo estuvimos en una hamaca papi, te juro que no había nadie más, porque preguntas papi conejo – cuestiono curioso ahora el pequeño al azabache.

Con cada palabra que oía de su bebé, la ira que tenía dentro el azabache se fue esfumando.

Sus puños empezaban aflojarse y sus labios de a poco empezaron a subir formando así una bella sonrisa en su rostro.

Confiaba plenamente en su bebé conejito, si el decía no hubo nadie entonces no había, quizás había Sido un mal entendido y como arte de magia algo dentro de el hizo click.

Maldita sea – siseo en susurros dándose una palmada en su rostro, quería que la tierra se lo tragara.

Recordó una de las conversaciones que había tenido con el castaño, eran solo su mami y el, que habían pasado una situación similar a la de el con su conejito.

Quizás el amigo que mencionaba era el abuelito Min que su hijo no paro de mencionar, sus celos habían salido a flote por nada.

Se maldecía también al recordar cómo el castaño había dado un salto del susto cuando el le hablo fuerte y serio, debía de pedir disculpas por su comportamiento.

Papi conejo decir malas palabras es malo – susurro su hijo.

Perdón mi amor – le sonrió el azabache alborotando su cabello negro.

Sentía una gran felicidad dentro de el que no podía parar de sonreír.

Terminaron de desayunar y salieron rumbo al colegio del niño y a su trabajo, hoy era un día muy bonito para trabajar con todas sus energías, su bebé conejito había alegrado su mañana.

El castaño había corrido un poquito, quería alcanzar todavía al conejito antes de entrar a su colegio, quería darle su desayuno.

Pero al parecer el había llegado temprano porque no se veía su baby Bunny por ningún lado, suspiro profundo, saco su pañuelo para limpiar su rostro que se había sudado de la corrida que dio.

Gege bonito – escucho un fuerte grito.

Vio al baby Bunny correr hacia el, abrió sus brazos, estaba acostumbrado a este recibimiento cada vez que se veían.

Bunny – grito el también con la misma euforia, atrapando a su conejito koala, ya que se prendió en sus brazos.

Gege bonito me estabas esperando, me extrañaste como yo a ti – Sonrio y aplaudía dulcemente – muach – se escuchó como trono el besito que dejó en la mejilla de su mami.

Se abrazo fuerte, respirando el delicioso aroma a jazmín y peonias de su mami, quería quedarse en sus brazos para siempre.

El castaño estaba sonrojado por el besito del conejito, pero también al ver cómo todas esas madres y padres que llevaban a sus hijos al colegio no le quitaban la mirada.


Una Mamá Para A-Yuan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora