Pálpitos de su corazón ✔️

Cap 1-2

Lili fue su compañera desde el colegio, Liliana era su hija, teníamos prácticamente la misma edad, mamá solo hacía verla y saltaba de emoción, cosa que nunca pasó conmigo. La llenaba de regalos, besos y abrazos, mismo con los que siempre yo había soñado, pero era Liliana quien los recibía.

Se me apretó el pecho y una lagrima se abrió paso por mi rostro, pero no sentí envía, a pesar del desprecio con el que me trataba mamá, yo la amaba, por eso nunca acepté irme con papá en las innumerables veces que me lo pidió. Ella era feliz, aunque había deseado que fuera conmigo, lo importante es que lo era.

Me encontraba en las escaleras, cuando mi mamá tomó en sus brazos a Liliana, mientras le preguntaba de manera repetida: ¿Quién es la niña más hermosa del mundo? A lo qué Liliana respondía que ella lo era, que ella era esa niña a la que mamá se refería.

Sonreí, luego recordé que nunca me había tratado con tanto amor y fui a mi recámara a llorar. Unos segundos después llegó Lili.

— ¿Por qué lloras?

— ¿Amas a Liliana?

Sonrió —sí, como no hacerlo, es mi hija, es el regalo más hermoso que Dios me pudo haber obsequiado.

— ¿Sabes por qué mamá no me ama? Yo soy su hija.

—Eso no es cierto. Todos los padres amamos a nuestros hijos, estoy segura de que ella te adora.

— ¿Me regalas un abrazo?

—Si me dejas cepillar tu cabello —sonreí

Al terminar de cepillar mi cabello fuimos a la cocina, mamá estaba haciendo hot cake con Liliana, Lili gritó— Azul quiere ayudar —mamá se opuso, me mandó a la habitación a estudiar, diciendo que luego lavo los platos.

Lili salió en mi defensa alegando que podía compartir; aunque luego ayudara a lavar los trastes. Lo empeoré, no encontré ningún problema en decir que aparte de lavar los platos también cepillaba el piso y limpiaba los baños. Mamá me gritó eufórica que fuera a la habitación, pasado varios minutos salí, ya Lili y Liliana se habían ido, luego de que mamá y Lili discutieran por mi culpa.

Mamá me reclamó, no me bajaba de imprudente, no fue mi culpa, fue algo inocente, nunca fue mi intención provocar una discusión entre ellas. Para mí era normal hacer la limpieza de la casa, siempre lo había hecho y no vi ningún problema en qué Lili se enterara, pero ella no pensaba lo mismo. En ese momento era un orgullo para mí lograr dejar la casa reluciente, con tal de estar al lado de mamá hacía lo que sea. La diferencia entre Lili y mama, era que Lili si amaba a su hija.

Cuando tenía 8 años, papá me quería llevar, no quería irme. Esa fue una de las condiciones que mamá había puesto, que la ayudara en la casa y que me mantuviera lo más alejada de ella, para mi estar ambas bajo el mismo techo, era más que suficiente. Necesitaba a mi mamá, añoraba un poquito de su cariño.