Cap 7-36

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Al salir de la actividad mamá se fue a casa, no se encontró con papá, supuso que tenia asuntos que atender con su novia, por lo que su cabeza le exigía pensar en el, pero ella evitaba hacerlo. Al llegar tomó un baño y se metió a la cama, no podía conciliar el sueño, trataba y trataba de no pensar, pero por mas que lo intentaba no lo consiguió, termino sentada en la orilla de cama imaginando posibles escenarios, en varias ocasiones escuchó sonar el timbre y al acercarse descubría que solo había sido en su cabeza.

—Por que no consiguió mi numero como lo hizo con mi dirección.

Se  preguntó y tenia lógica, ya hacía tiempo de su reencuentro, era como estar comunicados, pero no era así y eso la inquietaba, aunque en ese momento le inquietaba mas no saber de el ni de que había pasado con María Laura.

—¿Habrán terminado? Quizás no, a lo mejor no es como dice y si se enamoro de ella, hacía años que no nos veíamos. Si eso fue, se enamoró de ella y no se había dado cuenta de ello hasta ahora que me encontró, con el beso descubrió que yo no me ama, no sintió lo mismo que yo.

Sus pensamientos la martirizaban a la vez que la traicionaban, todo lo que pasaba por su cabeza no era nada positivo, la mente la traicionaba y eso le dolía, volvió al nivel uno: angustia, desesperación, ansiedad. Era todo lo que sentía, era el mar de sentimientos que llevaba por dentro, con la diferencia de que en esta ocasión era su cabeza quien estaba creando escenario y haciéndole ver esa película que para ella en ese momento era de terror. Volvió a recordar sus 16 años y de repente sus 18 cuando se el se marchó.

—¿De verdad ya no me ama? ¿De verdad se enamoro de ella?— una lagrima se deslizó por su rostro impulsándola a ponerse de pies y caminar hasta la cocina por agua. En pijama, con su cabello todo alborotado y descalza, recorrió la casa una y otra vez sin parar.

sin darse cuenta ya eran las 8:00 am y estaba sobre el sofás toda babeada y con dolor de cuello.

—No vino, se acabó. Duro menos  que la ultima vez.

Escuchó sonar la puerta y solio huyendo, era el mensajero, recibió un sobre. Desesperada lo abre: una invitación a un evento.

— Ya para Rebeca, ya no te hagas ilusiones, no vendrá. Respeta su decisión, debes aceptar que tiene una nueva vida y no tienes derecho a acabar con eso. La que sobra aquí eres tu, aceptas y serás feliz.

El evento era en la noche, debía resolver algunos pendiente ya que al siguiente día regresaba a la ciudad.

Su día pasó volando, fue sorprendente, estuvo tan ocupada que no pensó en Jefferson en todo el día. Se sorprendió al darse cuenta de esto mientras se comía un sándwich sentada en la meseta de la cosita. Escucha de repente nudillos chocar contra la puerta, esboza una sonrisa y se acerca, era Lili:

—¡Sorpresa!

—¡Tu!

—¿Esperabas a alguien mas?

—Olvídalo...

—Llame a la organizadora del evento de hoy para ponerte en la lista de invitados y me dijeron que eres la invitada de honor y pues decidí venir a ponerte bella.

—Cuando he necesitado ayuda para eso.

—Bien dicen que siempre hay una primera vez, así que ti te toca hoy, no seas ingrata, considérate afortunada, así que vamos.

Pasadas tres horas estaban junto en la entrada del evento. mientras se arreglaban, al final fue mamá quien terminó ayunado a Lili a cambiarse, solo fue a hacerle perder el tiempo. Palabras exactas de Rebeca. Aunque no niega que le sirvió para desahogarse, deshacer el nudo de su garganta. Necesitaba que alguien la escuchara y no sentir que enloquecía.

Pálpitos de su corazón ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora