C 1- 4

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Con el tiempo me fui sacando la absurda idea de que mi madre algún día dejaría de estar tan ausente, entendí que el amor que según yo ella sentía por mí, era solo un espejismo, no me amaba, aunque la escuché decir que en un momento si lo hizo, ya no, ya no me amaba y jamás lo haría, no me podía seguir engañando y me conformé con ser para ella la muchacha del servicio y el medio mediante el cual le sacaba dinero a un empresario exitoso y guapo, quien me hacía las visitas máximo una vez al mes y a quien yo amaba por ser mi padre.

Mamá no volvió a tener una relación, papá nunca una estable, ella vivía atormentada, y el con un sufrimiento eterno, la verdad no sabría decirles por qué, en varias ocasiones la vi llorar, mientras miraba una fotografía y leía un documento que había dentro de un sobre, en una cajita que guardaba con tanto recelo en uno de sus cajones, quizás ese era el papel que había mencionado, nunca me atreví a buscar ahí, no entraba a su recámara, lo tenía prohibido.

A pesar de ambos estar solteros y en la libertad de elegir con quien hacer sus vidas, no lo hicieron, no entendía por qué si se amaban tanto y seguían libre, no estaban juntos.

Papá en una ocasión me dijo: que había amado como nunca nadie lo había hecho, que le entregó su corazón a una mujer que lo hizo pedazos, mismo que les regaló, la hizo jurar que se iba a deshacer de ellos, para evitar que los volviera a unir y que otra vez lo hicieran sufrir.

Tenía 14 cuando esto, ya podía entender cosas del amor, de ese sentimiento que te hace entregar todo a su paso, pero que a la vez también te quita todo en un abrir y cerrar de ojos. Yo podía comprender que se siente amar, a esa edad sabía que se sentía hacerlo, amaba con toda mi alma y lo único que pedía a cambio, era que ese sentimiento fuera correspondido.

Me tocó vivir con el peso en la espalda por muchos años, de un amor que solo estaba en mi cabeza, porque mi corazón ya sabía, ya él se había dado cuenta de que no sería correspondido. Se había resignado a vivir en la soledad y ya solo latía, pero con la esperanza, esta que nunca muere, bien guardada en un rinconcito, se mantuvo intacta, era lo que me ayudaba, alentaba, suplicaba, que mi mamá me amara, me diera un poquito de cariño.

Pálpitos de su corazón ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora