Cap 6-31

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Vi a mamá desprenderse de todo lo que traía puesto y entrar a la ducha, me permitió entrar a su recámara, eso si era nuevo, solo se escuchaba el agua caer de la regadera, pero estaba segura de que lloraba sin consuelo, al salir se colocó su pijama y se adentró en las sábanas luego de haberme dado un beso— Rebeca siendo cariñosa — pensé. Aún lloraba, después de un lapso de tiempo se quedó dormida por horas, me preocupé y llamé a Lili, era su mejor amiga y necesitaba hablar, sacar todo, quizás habían cosas que a ella se las podía contar y a mí no.

Acabo de una hora llego Lili, entro a su recámara y estando dormida, la tomó en sus brazos, Rebeca se acomodó y se volvió a quedar rendida mientras Lili la tenía entre sus brazos. Pasadas unas dos horas despertó, al toparse con la mirada de su mejor amiga la abrazó y volvió a llorar, intenten salir de la recámara para que hablaran. Pero mamá no me lo permitió, me pidió que me colocara a su lado.

Se desahogó mientras yo estaba en sus brazos, lloré, lloré cómo nunca pensé que lo haría, ella me hizo hacerlo, verla tan humana, soltar un río de lagrimas, sin consuelo, no era la mujer dura, que reflejaba tener el corazón helado, no... era todo lo contrario.

Transcurrido un tiempo antes de sacar esa cajita, la misma que la había visto observar en secreto por años, misma por la que no dejaba pasar a su habitación, la que contenía esos documentos que leía sigilosamente cada vez que tenía oportunidad, o cuando sentía el pecho apretado y la invadían los sentimientos.
—aquí está el motivo de nuestra ruptura, si tan solo los habría leía.

—De que tratan esos papeles mamá, nunca me dejaste verlos. Los guardabas con tanto recelo.

—Estos documento— hace una pasa para luego continuar diciendo con mucho cuidado— son una prueba de ADN —adsorbe con la nariz para luego esbozar una sonrisa melancólica—nunca los leyó, nunca me creyó.

—¿Me hiciste una prueba de ADN?

—Si, así es...

—Entonces tú le fuiste infiel a papá, no fue el quien te engañó, tú fuiste quien lo engañaste— enfurecí

—Por favor escúchame, no me juzguen, no lo hagas, no lo hagas como el.

—No tengo nada que escucharte, papá tenía razón, tú, siempre haz sido tú la culpable. Justo cuando empezaba a creer en ti. Por qué dañas todo, no te importa nada.

Lili salió en su defensa, me pido que le diera una oportunidad y que no la juzgara, que no sean tan dura, que si papá no lo hizo, al menos que sea diferente y no le niegue la posibilidad de recuperar mi cariño.

—Yo no lo engañe—me gritó. Entre llanto volvió a decir— nunca, nunca.... El era la persona que más amaba, era lo único que tenía, lo amo, pero él nunca me dio la oportunidad de explicarle, te suplico que no lo hagas, no lo repitas, escúchame, después decides si me crees, pero escúchame.

—Siempre he sido yo, es mi vida la que siempre a estado en juego, soy la que paga, no se han detenido a pensar eso, sufro, cada acción de ustedes... recaen en mi las consecuencias, me hacen pedazos, pero es como si no les importara— hice una pausa para respirar, sentía que el nudo en la garganta me ahogaba. Terminé preguntando— ¿alguna vez les ha importado lo que yo siento?

—Azul, hija, solo te pido que me escuches, 5 minutos, regálame solo 5 minutos.

Acaricié mi rostro, luego de haber respirado profundo respondí— espero y seas convincente.

—No te quiero convencer, solo espero que me creas.

Nunca lo engañe, todo fue culpa de la crueldad de un corazón malvado, aquel señor, mismo que quiso jugar con mi mente frente al colegio, había echado todo a perder, acabó con lo más sincero que había en sus corazones, el amor, era verdadero ¿Cómo puede una persona jugar con los sentimientos de los demás? ¿Cómo se aferra alguien a una estúpida venganza, al punto de acabar con todo a su paso?

Pálpitos de su corazón ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora