Amaba a mi manera, nadie nunca me enseñó a hacerlo, no tenía una referencia, solo veía como otros lo hacían, en el parque, las calles, los libros y donde mi vecino. Tenía un perrito, lo sacaba todos los días en la mañana a pasear, lo veía mientras esperaba el bus para ir al colegio, en las tardes jugaba con él y al final del día lo bañaba.
Ven Dicky, ven —lo escuché gritarle mientras pateaba un balón, este cayó en mis pies, lo recogí y al entregárselo preguntó si quería jugar. Asenté con la cabeza. Pasaron una, dos horas y aún yo jugaba en el jardín del vecino con Dicky. Llegué a casa toda mojada. Mamá solo hizo verme para abochornarme. Me dejo en la ducha y abrió el grito, mojándome hasta los pensamientos.
Al dejarme en el baño salí tras ella gritándole mamá, pero no se detuvo, hasta que le grité fuerte su nombre. "Rebeca" le dije "Rebeca", esto la hizo detenerse y mirarme con ternura, fue muy lindo, pero luego su mirada cambió, se tornó fría.
— ¿Cómo me llamaste?
—Rebeca, te llamé Rebeca
— ¿Crees que es la manera correcta de llamarme? —me gritó
—No mereces que te llame mamá.
—No me grites...
—Ves que se siente.
—Quieres darme lecciones.
—No, solo quiero que me quieras —no dice nada— por qué no puedes hacerlo, hasta el vecino quiere más a su perrito que tú a mí. Te molesta que no te llame mamá, pero nunca me dices hija, ahora sabes lo que se siente, ni si quiera me dices Azul, fue el nombre que me pusiste, me dices niña —mientras me le acercaba le pedía que me dijera Azul —dime Azul mamá —no responde —dime Azul mamá —dio la vuelta y me ignoro por lo que grité más fuerte— que me digas Azul Rebeca.
—Ya cállate —dijo al girar, dándome una cachetada que me hizo irme al piso, sabía que no era intencional. Tapó su boca con ambas manos. Fue la primera vez que la escuche decir mi nombre, se escuchó tan lindo en sus labios a pesar de lo sucedido.
Salió huyendo— mamá —le grité, se trancó en su recamara, toqué y toqué, pero no respondió. Destrozaba todo mientras lloraba, la podía escuchar. Yo tocaba con insistencia, era algo inútil, no sirvió de nada, nunca abrió. Acabo de una hora volví con su cena, pero tampoco me abrió, a la mañana siguiente pase antes de irme al colegio y la cena estaba en el mismo lugar.
—Mamá, mamá, ábreme, necesito verte, saber que estás bien, por favor perdóname.
—Ve al colegio Azul —escuché la voz de papá decir mientras subía las escaleras. Me negué a obedecer, insistió alegando que la cuidaría, pero no acepté, sabía que no lo haría, todo lo que él había querido siempre era apartarme de su lado, no la dejaría, nunca me habría ido.
—No me iré papá, mamá está ahí dentro, no sé cómo está, si le pasó algo por mi culpa, se encerró, yo le grité.
—Obedece a tu papá, ve al colegio, el bus ya casi pasa, te dejará —dijo mamá al abrir la puerta, me le fui encima, me hizo asco apartándome de ella.
— ¿Estás bien? —pregunté, respondió que sí y volvió a repetir que me fuera al colegio, al dar la media vuelta papá entro a la habitación y cerró la puerta. Tenía todas las intenciones de marcharme, pero los gritos de mamá me lo impidieron, la volví a escuchar gritar:
—Si lo que quieres es llevártela, hazlo, ve, llévatela.
—Qué clase de madre eres, toda su vida la has rechazado, no te duele, es tu hija, salió de ti.
—Si tanto te molesta como la trato llévatela, te aseguro que con tu mamá estará mejor que conmigo.
—Quieres deshacerte de ella. Cómo no lo pude imaginar antes ¿Eso es lo que quieres verdad?
—Piensa lo que quieras, pero sal de aquí.
—Pasaré por ella al colegio, no la volverás a ver jamás en tu vida
—Como si me importara —al abrir la puerta ahí estaba yo, nuestras miradas chocaron, sus ojos estaban llenos de rabia y los mío de lágrimas.
— ¿De verdad no te importo? —solo continuó mirándome, algo en su mirada cambió. Le pedí a papá que no me llevara, que me quería quedar con ella, pero no me escuchó, me dijo que ese día era el último que sufría la ausencia de una madre. Papá hablaba y mamá no despegó su mirada de mis ojos, me miraba con angustia, trataba de decirme algo, pero yo no lograba descifrar qué...
—Ella no te quiere, lo único que siempre ha querido es tenerte lejos, no te quiere a su lado, le estorbas en 12 años que tienes, nunca te ha dado el afecto de madre que cómo su hija debería darte —mamá no hablaba, no hacía nada, solo me miraba.
— ¿Eso es cierto mamá? —no me respondió, continuó mirándome mientras papá le gritaba, le pedía que me dijera que no me quería, que nunca lo había hecho y que lo único que siempre había querido era tenerme lejos.
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Pálpitos de su corazón ✔️
RomancePrefiero vivir el recuerdo de un amor verdadero, que arriesgarme a volver a intentarlo y perderlo todo en el intento.