Cap 6-34

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A lo largo de la historia hemos podido ver el dolor y la transformación de Rebeca, pero el dolor de el, donde queda. Acaso no tiene corazón ¿creen ustedes que no siente? Si, siente, todo ese problema, le dolió, se sentía seguro, su vida estaba basada en el amor, la confianza y todo se le desplomó en un abrir y cerrar de ojos. No es justo jugarlo. Había abandonado todo por ella, tenian una relación solida, ella era su mundo. al salir de donde Rebeca fui a casa de la abuela, al llegar me poso frente a la habitacion de jeff, toco pero no me abre, insistí. La chica me habia dicho que llego muy mal, que agarró una botella de ron y se tranco allí.

—Se que estas ahí, por favor dejame entrar.

No lo hizo, pasó un lapso de tiempo de unos 10 minutos, salió y se dirigió a la terraza, ahí encendió uno, dos, tres puro sin decir media palabra, mientras yo lo abservaba.

—Deberías odiarme, como la odias a ella, nos parecemos mas de lo que te imaginas

—Explicate papá —se me fue encima, me tomo de la barbilla y pemetro su mirada en mis ojos, no sabria decirles todo lo que vi en sus ojos, fue muy raro.

—No me digas papá, no me llames papá.

—Por qué si eres mi papá —me soltó bruscamente y arrojó la copa— aunque no llevara tu sangre, eres mi papá.

—Por que dices eso, te lo dijo ella.

—No, no me dijo eso, me enseñó la prueba de ADN que certifica que llevo tu sangre —enloqueció. Luego de quedarse mirandome sin parpadear, no dejó nada intacto, tiró todo, su rabia, su tono de piel, sus gritos, yo solo queria carmarlo, pero empeoré todo cuando le pedí a mamá que me ayudara, ella llegó a la casa, ya estaba mas carmado pero no paraba de beber y llorar, mi miedo era que pensara lo peor y se lanzara, daba vueltas en circulos, se sentaba, lloraba, lloraba y lloraba.

—Yo me alejé... de ti, de ella.

—Nunca te alejaste de mi, siempre estuviste para mi, pensabas, estabas convencido de que no llebaba tu sangre y aun asi me cuidaste, me amaste, siempre te haz comportado como mi papá.

—No —me grito— no es así. Yo me alejé, les quité todo, no habias nacido, luego eras muy niña. Yo les quité la casa y las dejé en la calle, porque me negué a dejarla libre para que se casara con el, fuera de ahí, les quité todo.

—No te entiendo papá. Por favor explícame.

—No lo hagas, ya es suficiente con que me odie a mi, no le causes mas dolor.

—Mamá ¿De que hablan?

—No es nada, tu tranquila.

—¿Que haces aqui?

—Te miento si te digo que hago aquí, porque no lo sé, lo uinico que se es que ella no debe saber cosas del pasado, cosas que no tiene caso mencionar ahora.

—Mamá yo quiero saber, deja que me diga.

—Dejame sola con tu papá Azul.

—Mamá

—Por favor hija.

No tuve de otra, tuve que dejarlos solos. El ambiente estaba tenso, no sabia que iba a pasar entre ellos, en todos los años que tengo de vida nunca habian podido durar dos segundo sin pelear, Jeff enloquecía con solo verla.

—Solo quiero que me respondas algo —ella limpio sus lagrimas— ¿me odias?

—No te digo que por momentos quise hacerlo, me odiaba a mi misma por no poder, cuando lo intente con todas las fuerzas de mi ser, pero no, nunca lo hice y nunca podría hacerlo.

El no hizo otra cosa mas que llorar, ella lo tomó en sus brazos y el lloraba sin consuelo. Se había dado cuento que había destruido su vida por una necedad, por orgullo, por negarse a escuchar. No podía aceptarlo, no podía entender por que no lo había hecho, por que no la escuchó si ella se lo suplicó tantas veces. Al sentirla, tenerla de nuevo junto a él, poder oler su cuerpo, darse cuenta que despues de tanto tiempo llebaba puesta la misma locion, no pudo con tanto y le pidió que se fuera y lo dejara solo, se negó, pero terminó aceptando, luego de que el insistiera.

Pálpitos de su corazón ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora