Cap 5-29

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Ella asumía su responsabilidad, toda la que le tocaba, pero él era injusto, debía admitir que no la escuchó, nunca supo lo que realmente pasó.

Tomando asiento—aparte de insultarme a qué más viniste.

—¿por qué le dijste a la niña que yo no soy su padre?

—¿eso te dijo?

—¿hasta donde piensas llegar? Es una niña, solo tiene 14 años, no tiene la capacidad de asimilar algo así ¿estás consiente de eso?

—si estoy consiente. Sabes, debí haberle dicho todo, así acababa con todo esto, y no sería yo a la única que odie, no sería yo la única que cargue con esta cruz que me tortura cada día ¿hasta cuando me vas a culpar? hasta cuando Jefferson, ya vasta, dejemos el pasado atrás, sigamos con nuestra vida.

—no puedo seguir con mi vida, no puedo, ese día en aquel cuarto de hotel quedé estacando en el tiempo, mi mente se encapsuló.

—¿y que quieres que yo haga?

—que desaparezcas de nuestras vida, ya nos hiciste mucho daño.

—me sigues culpando.

—es que nadie más que tú tiene la culpa de todo esto.

—yo puedo desaparecer de sus vidas, pero mientras no olvides, no servirá de nada, seguiré ahí, tatuada en tu piel, impregnada en tu mente

—es imposible sacarte de mi mente, me hiciste mucho daño.

—también te hice muy feliz, pero eso si lo olvidaste.

Por qué no se daba cuenta, por qué seguía, por qué no abría los ojos, él la amaba, por eso no podía olvidar, él no la odiaba, la única razón por la que nunca saldría de su mente es porque cada día qué pasaba se le hacía más difícil echar a un lado todo lo que sentía por ella.

—vete Jeff, vete.

Él la miró con tanta rabia, todavía le dolía, esa impotencia que sentía le impedía sacar a flote lo que realmente sentía por ella. Estaba engañado, el dolor lo tenía ciego.

Pasó su mano con brusquedad por su cabello para luego acariciar su rostro, acto seguido la rabia lo hizo golpear pared asustándola— no tienes idea de cuánto te odio, si pudieras entrar en mí y ver el desprecio y la repugnancia que siento hacía ti, hicieras todo lo posible por ni cruzarte en mi camino. Rebeca Martín, algún día vas a pagar todo, todo lo que me haz hecho, todo el dolor que he sentido, tú lo sentirás.

Ella se acercó a él con los ojos lleno de lágrimas, ya a él le daba lo mismo sus lágrimas, a ese nivel no le importaba nada. Por más que ella se negaba, por más que quisiera mantener guardado lo que sentía ya no se podía, no tenía caso hacerlo, por un momento sintió miedo, pero también sintió la necesidad de decirle todo lo que sentía, era todo lo contrario a lo que él sentía por ella.

Muerta de miedo sostuvo su rostro y secó sus lágrimas, mientras las de ella recorrían su rostro, aquellos ojos hermosos, que algún día parecieron espejos, en ese momento parecían cascada, no reprimía sus lágrimas, las dejó salir, en ellas iban todo los sentimientos que tenía dentro y que ya había decidido sacar.

—ese dolor del que hablas, ya lo estoy sintiendo, porque yo si te amo, puedo afirmar con toda seguridad y sin miedo a equivocarme; que te amo más que cuando éramos dos adolescentes, el amor que siento por ti a crecido con los años, manteniéndome de pies, aunque no lo creas, gracias a ti yo sigo aquí, la esperanza de que algún día estuviéramos junto otra vez, me dio las fuerzas.

Le sostuvo fuerte los brazos quitándolos de su rostro—¿A que estas jugando?

—no juego a nada, pero no te preocupes, esa esperanza acaba de morir, me diste la oportunidad después de tanto tiempo de volver a mirar tus ojos, mismo ojos que me daban tanta paz, hace un momento me dieron miedo, pude ver en ellos que ya no tengo nada que buscar aquí, y no sabes cómo me duele, te amo más que a mi misma, aunque tú por mi solo sientas odio. Saldré de sus vida, si haciéndolo ustedes son felices, su felicidad es la mía. Perdón Jefferson, te ruego que me perdones, solo espero que algún día, me des la oportunidad de explicarte que fue lo que realmente pasó, y no, no le dije a Azul que no eres su padre, eso no es cierto, si lo eres. Ahora vete...

No dijo nada, se marchó... dejándola ahí parada, bañada en lágrimas, otra vez le tocó perder y ahora si estaba segura de que sería para siempre.

Pálpitos de su corazón ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora