Pálpitos de su corazón ✔️

C 1- 3

Se me llenan los ojos de lágrimas al recordar: habían anunciado una tormenta, en la madrugada empezó a caer tremendo aguacero, los truenos no se hacían ausente, tenía mucho miedo y no quería estar sola en mi habitación. Fui con mamá, aunque esto me daba más miedo, como lo había imaginado, me impidió entrar a su recámara, me gritó que creciera y dejara de ser tan cobarde, que solo eran unos cuantos truenos. Apenas tenía 6 años cuando esto, sentía que se caería el cielo y el corazón se me quería salir del pecho.

Alguien me cargaba, me espanté, pero me di cuenta que era mamá, fingí estar dormida. En ese momento fui la niña más feliz del mundo, me acostó en su cama, me había quedado dormida en la puerta de su recamara, allí la sentía más cerca, aunque estuviera a kilómetros de distancia, y no me refiero a lo físico.

Al dejarme en su cama sentí como me daba muchos besos, fue difícil contener la risa, me hacían cosquillas, no quería que parara, duró varios minutos jugando con mi cabello, una lagrima me golpeó, la escuché decir que yo era muy hermosa, que me parecía mucho a papá, para luego preguntarse una y otra vez ¿por qué no me podía amar? Si había salido de ella y tener una niña era lo que más había deseado. Quizás no lo sabía, o sólo se estaba engañando, lo que si me quedó claro, fue que en verdad no me amaba, lo escuché salir de su boca, en medio del acto más sincero que había hacia mí desde el día en que nací.

En mi oído recordó sigilosamente, lo mucho que había esperado mi llegada— me confundía, eso significaba que si me quería, si me amaba, entonces ¿qué pasó? Obtuve respuesta a esta pregunta cuando dijo: hasta ese día, el día de tu nacimiento, mi vida no volvió a ser la misma, dicho esto, no tardó en ponerse de pies y acostarse en el sillón.

Era evidente que no soportaba tenerme cerca. No pasaré sin decir que para mí, esa noche se había convertido en un recuerdo feliz, no solo por enterarme que mi mamá una vez me amó, sino también, porque pude estar entre sus brazos, disfrutar de su cariño; aunque solo haya sido por unos cuantos minutos. Puedo decir que sé que se siente que tú mamá te ame, que te abrace, sentir su calor.

Estando acostada en el sillón me le acerqué, estoy segura que se dio cuenta cuando lo hice, aunque pensaba que yo creía que ella estaba dormida, pero no, sabía perfectamente que seguía despierta y que me escuchó cuando dije: mamá te amo, no me dejes sola.

Al día siguiente todo cambió, esa noche solo había quedado guardada en mi memoria, porque volvió a hacer la mujer fría y distante de siempre.