Cap 8-40

4 0 0
                                    

Mamá dijo: muchas veces me pregunté, por que ya no me ama. La verdad no existe un por que, solo un si y un no. El corazón no da explicaciones, solo siente o no siente, ama o no ama, con el es todo o nada. No hay razón, motivo o explicación, el solo palpita, se acelera y decide donde dar sus mejores latidos, siempre vuelve allí, a donde dio sus mejores latidos.

Abemos a quienes nos toca amar y no somos correspondidos y nos hacemos una pregunta con mucha frecuencia: por que la persona a quien amo no me corresponde. No es raro... solo difícil de aceptar, porque hasta entendemos y sabemos por que. Vivimos diciendo: el corazón manda, el corazón no se equivoca, el corazón habla y la razón obedece, luego nos hacemos los tontos y buscamos explicación donde sabemos que no la hay. Somos tercos, al final vemos y sabemos las cosas y seguimos insistiendo, no nos gusta aceptar la realidad y nos sometemos al sufrimiento por voluntad propia, nos gusta sufrir, podría decir que el sufrimiento es propio del ser humano...

Con apenas 11 años, ya había leído, visto y escuchado, cosas que no debí leer, ver ni escuchar, pero me toco y había que asumir. Mis compañeros me burlaban, mi mentalidad era tan abierta por que nunca le di paso a sus criticas, sufrí mucho, el desprecio de mamá, el abandono por así decirlo de papá, crecí con muchas carencias, mi refugio eran los libros y Dicky el perrito del vecino y la señora Daminson, esta me acogía en su casa como si perteneciera a su familia, hasta que se fueron y nunca supe a donde, tampoco supe cuando, solo llegue un día del colegio y ya no estaban. Lili me quería mucho, siempre me mimaba, Liliana era mi mejor amiga pero las cosas cambiaron cuando Emma entro al colegio, ya no quiso ser mi amiga y me dolió, luego se fueron del país y ya no las tenía. Las cosas empezaron a ser diferente, ya no me hacia tanta falta el cariño de mamá, pero todo volvió a la normalidad, me quede sin Dicky sin la señora Daminson y sin Lili y Liliana.

Mamá dormía, yo la observaba, confiaba en ella, yo le creí, tenia sentido, su historia tenia sentido, prefería hacerlo a dejarla sola y sufriendo. Papá fue muy injusto— debería ir a habar con el —fue lo ultimo que pensé, en la mañana me descubrí en el sofá de la recama de mamá mientras una cobija cubría mi cuerpo, supongo ella la puso al quedarme dormida. Me despertó un rico olor a café. Ella hacia desayuno, ella me preparó el desayuno. Sus ojos seguían rojos, pero se notaba mas calmada, ya sonreía . Desayunamos y luego fui a casa de la abuela por mis cosa, no tiene caso que estén allá, viviría con mama. Regaló mi perrito, el que le había regaló mamá, no por que no lo soportaba, sino, porque mamá fue quien me lo regaló.

—Mamá... crees que debería hablar con Jeff?

—Supongo que si, debes tener muchas preguntas, preguntas que solo el te puede contestar.

—Por qué no me las respondes.

—No se si sepa las respuestas, y aunque así fuera no me corresponde hacerlo.

Se ofreció a llevarme, me negué, ver a Jeff le duele, no quería que pasara por eso nuevamente y menos por los desplantes de la abuela y las posibles preguntas de papá, preguntas absurdas mismas a las que hace 17 años se negó a darle respuestas.

Pálpitos de su corazón ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora