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Ana

Cuando Kate y José por fin se fueron después de tanta insistencia de la enfermera de que debía descansar, tome mi teléfono e intenté marcarle a Christian, pero por más que le marcaba no respondía, después de intentarlo varias veces termine por rendirme y utilizar el tiempo en otra cosa, aunque no hay nada que se pueda hacer en un hospital.

Aburrida y sin poder levantarme de la cama, decido intentar marcarle a Elliot, tal vez el sabe que le pasó a su hermano. El teléfono empieza a sonar y una voz femenina contesta.

-Bueno.

-Es el teléfono de Elliot.

-Mira mocosa Elliot es mío, y no dejaré que una tipa cazafortunas como tú me lo quité.

-Yo solo quiero hablar con él, no con la zorra con la que se acuesta.

Sin decir más me colgó, si que este día había tenido suerte, primero Christian me ignoraba y la novia de su hermana me acusaba de cazafortunas.

Estaba por dormirme cuando Taylor entro a la habitación, por su cara sabía que no se trataba de nada bueno,  se sentó en el sofá y se quedó ahí sin decir nada, estuve tentada de preguntarle, pero supuse que necesitaba tiempo para empezar a decirme la razón por la que había venido.

Media hora más tarde y seguíamos igual, mi paciencia se estaba agotando, estaba por decir algo cuando la puerta se abrió dejando ver a Christian, Taylor se paro y salió de la habitación, supongo que para darle a su jefe algo de privacidad.

-Tu eres mía entendido.

-Que.....

-Tu eres mía, mi novia de acuerdo.

-Crei que los maestros y los alumnos no debían relacionarse.

-Yo me encargaré de eso, pero desde ahora tú eres mi novia, y mientras consigo a alguien que se encargue de tu seguridad Taylor te cuidara.

-Y yo no puedo decidir.

-No, solo aras lo que yo diga.

Sin decir nada más salió, y Taylor volvió a tomar su lugar en el sofá, haciéndome sentir incómoda ya que vigilaba cada uno de mis movimientos.

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