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Yoongi puso en la cama al pequeño niño el cual se había quedado dormido, su madre abrazó a su hijo y le dio un beso en la frente al pequeño niño que dormía, el alfa sonrió ante el gesto de su madre y ambos salieron de la habitación.

—¿Estás segura de que se puede quedar en tu casa? —preguntó el alfa.

—Claro que sí cariño. —respondió la serpiente. —además, por lo que he visto tienes el libido muy alto y no creo que quiera darle un trauma al pequeño.

—Mamá. —se sonrojó el alfa.

—Disfruta de tu matrimonio. —lo abrazó. —y cuídate mucho.

—Lo haré mamá. —sonrió. —tú también cuídate mucho porque tú debes de cuidar a tus nietos mientras me voy con mi omega a Londres.

La alfa le dio un golpe a su hijo, pero este solo se rio, la alfa se despidió de la pareja, la cual tomó rumbo a su casa. El pálido miraba la ventana sin decir nada, Jimin se recostó en su hombro y Yoongi lo vio y le besó la cabellera rubia.

—¿Cuándo te vas? —le pregunto.

—Mañana por la tarde. —respondió.

—Me hubiera gustado acompañarte, pero tengo que estar en esa reunión y ver los de mis terapias. —suspiro.

—No te preocupes. —le dio un corto beso. —confió en ti.

—Haremos videollamada todas las noches. —le beso la mano. —y todo el tiempo en el que estés fuera.

—Es un trato. —se rio. —así que hoy hay que pasarla juntos.

—Toda la noche. —le dio un corto beso.

Cuando llegaron a su hogar vieron a la comadreja hablando con la coneja, los cuales al ver a la pareja se acercaron y los vieron, Jimin solo le hizo reverencia a la comadreja y vio de reojo a la coneja para abandonar la sala e irse a su habitación. Yoongi solo vio como su omega se iba, era momento de que él hiciera su parte de poner leña al fuego para que su plan diera inicio y poder dejar que Layla le pusiera feliz con sus resultados.

—Disculpen a Jimin no está muy bien. —vio a la comadreja.

—¿Qué tiene? —preguntó la comadreja.

—Tuvimos un malentendido respecto a mi enfermera personal. —miro a la coneja. —tal parece la vio salir de nuestra habitación, pero eso es imposible, ya que ella jamás entró ahí.

La coneja sonrió disimulada, si el estúpido pollo vio eso ya podía dar comienzo su segunda fase del plan donde sería enviar las fotografías que se tomó cuando durmió a la serpiente y se tomó fotos con él en la cama. Jimin por su parte miraba la foto de una alfa de lobo, era momento de que pusiera en marcha la verdadera guerra y ya estaba listo para acabar con todos lo que lo hicieron sufrir y lo humillaron iniciando con esa coneja patética y luego con la comadreja.

—Es momento de que salga mi otro animal interior. —susurro.

Un pollito llamado Park Jimin [Y.M][#2] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora