LIBRO 2
🔴Versión reescrita del Fanfics original con Draco Malfoy🔴
Hillary era muy pequeña cuando perdió a sus padres y la separaron de su mellizo, el famoso Harry Potter. Todos la dieron por muerta tras la desaparición del Señor Tenebroso; sin emb...
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Querido Regulus:
Los niños preguntan por ti. Hillary está realmente furiosa porque el tío Reggie no viene a casa desde las Navidades. Están deseosos e impacientes de verte.
Las sesiones de Hillary han mejorado desde la última vez. Se ve más tranquila y dulce, como antes. Pinta animales muertos, pero al menos no son personas. Y, además, el otro día la vi con unos libros de cálculo de la biblioteca y he pensado en conseguirle un tutor.
Lamento ser yo la que tenga que recordarte que deberías dejarlo ya; es imposible dar con Aurora en estos momentos. Con ninguno de los Cazadores en realidad. Circunstancias como estas requieren medidas desesperadas. Tal vez podías hablar con Fudge.
Aurora está ya, seguramente, muerta, por mucho que me duela decirlo. Ya nadie la ha visto. Nadie sabe de ella. Y, aunque es cierto que los ataques de Mortífagos se han reducido considerablemente, no puedes vivir el resto de tu vida buscando un cadáver.
Te pido por favor que vuelvas a casa y aproveches el tiempo que puedas con una familia que te quiere. Con esa niña a la que quieres como una hija, Regulus, por favor, deja el pasado en el pasado o no podrás ver con claridad el futuro.
Atte: Narcissa.
Regulus guardó la carta de su prima en el mismo cajón en el que guardaba todas las demás. Se pasó los dedos con anillos por las sienes y el puente de la nariz. Estaba cansado de haber recorrido la ciudad hacía unas horas, pero sabía que no podría dormir por muy pronto que se acostara.
Deseaba poder hablar con su hermano en esos momentos. Los últimos meses que había convivido con su hermano habían sido los mejores de su vida. Desearía que Sirius supiese que estaba vivo...
...a pesar de haber perdido aquel maldito guardapelo y que lo hubieran hechizado para olvidar esa parte de su historia. Regulus solo recordaba el ser torturado en un sótano oscuro por los Mortífagos y haber huido en cuanto tuvo oportunidad.
Regulus agarró un cigarrillo de su cajetilla y lo prendió con una cerilla. Se sirvió una copa de vino y se dejó caer en su silla, tras el escritorio.
Antes de que diera un primer sorbo, llamaron a su puerta. Regulus suspiró con los ojos en blanco y dúo paso.
—Señor Black —dijo una voz desde la puerta—. Hay una mujer en la discoteca de arriba. Exige hablar inmediatamente con el Diablo. Dice ser importante. Esperan indicaciones para bajar, mi señor.
Había sido un día pesado lleno de informes y de la sangre de Mortífagos como Dawson Rhett, Luca Seth y los hermanos Ryder, Lewis y Connon. Pero según decía su viejo portero Daxton, la pobre mujer parecía simplemente desesperada.
—Hazla bajar —dijo seco.
Cuando Daxton cerró la puerta al salir, Regulus estrenó su vino. Oyó la puerta abrirse y unos pasos lentos marcados por un tacón grueso. La mujer se sentó en la silla frente a su escritorio, al otro lado de Regulus.
