18. Hermanos separados

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Estaba en su cuarto, de ella y de Harry, en Privet Drive

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Estaba en su cuarto, de ella y de Harry, en Privet Drive. Hillary se encontraba leyendo un libro de magia ancestral de la naturaleza y la protección que ofrecía. Acababa de empezarlo e iba bastante bien; era curioso y entretenido.

La puerta se abrió levemente y Harry entró con una sonrisa inconsciente y cargado de maletas. Él vio a su hermana, soltó todo y corrió hasta ella.

—Oh, Hills, te he extrañado muchísimo. Tengo tanto que contarte... He conocido a mucha gente, he aprendido hechizos fascinantes y he descubierto cosas sobre papá y mamá.

—A ver, cuéntame todo —pidió Hillary.

Los hermanos no recordaban haberse alejado tanto el uno del otro, pues cuando no estaban juntos durante los primeros años de su infancia, no tenían consciencia de que el otro existía.

—A nuestros padres los asesinó un mago tenebroso. Se llamaba Voldemort.

—Lo sé —dijo seria—. Murió cuando intentó atacarnos.

—No murió, no del todo. Está vivo, yo he luchado contra él. Se alimentaba de sangre de unicornio para mantenerse fuerte.

Hillary palideció en tiempo récord. El libro que se hallaba entre sus manos resbaló y cayó al suelo. Empezó a hiperventilar recordando los Mortífagos con los que había luchado aquellos nueve meses, el terror que le provocaban los hermanos Maddox.

—Hillary, Hillary —Harry empezó a asustarse. Su hermana sollozaba muerta de miedo y él la abrazó.

—No quiero que vuelva, no quiero que vuelva —gimió—. No...

—No lo hará. Estamos juntos en esto. Dijiste que eras muy poderosa y que yo también lo soy. Acabaremos con esto, te lo prometo.

Ella asintió con la cabeza, calmándose entre los brazos de su hermano.

•••

Ahora que eran mayores y Hillary marcaba territorio ante Petunia y Vernon, Harry y Hillary salían todos los días o se quedaban en casa solos. Al llegar, Hillary se había ocupado de hipnotizar y obligar a John y Emily a decir que habían tenido un curso excelente junto a ella, así que ya no eran problema. Solían salir con ellos al parque o a su casa directamente.

Aquel día, Hillary y Harry estaban en el parque. Hablaban sobre las clases que Harry había dado en Hogwarts y sobre las que le quedaban por cursar. Hillary, mientras lo escuchaba, bailoteaba en la acera. Se fue emocionando al punto de dar un doble Áxel y caer en Ángel.

—¿Qué acabas de hacer? —exclamó su hermano más que sorprendido.

—Emmm... algo de patinaje artístico, no lo entenderías.

—¿Patinas?

—Patinaba —sonrió—. Hace mucho tiempo que ya no.

Hillary Potter: la Elegida de Andraste (reescrito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora