59. Comienza la Guerra

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En el número 4 de Privet Drive, la Orden del Fénix, los Cazadores y alguno más se habían reunido

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En el número 4 de Privet Drive, la Orden del Fénix, los Cazadores y alguno más se habían reunido. Trazaban un plan para alejar a los Mortífagos del mundo muggle y trasladarse a la Madriguera.

La mayoría se había transformado en Harry para distraer a los Mortífagos. Aurora y Ojoloco Moody dirigían el plan. Habían alineado todas las escobas y estaban a punto de salir.

Sirius se acercó a Aurora antes de alzar el vuelo.

—Te ves muy sexy cuando te pones en plan jefa de Cazadores —le susurró.

Aurora sonrió sonrojada.

—Por favor, ten cuidado, pulgoso.

—No te preocupes, pulgosa, estaré bien.

—Oye, no me digas así —rio Aurora.

—Una vez que te casas, adoptas mi apellido —contestó Sirius con diversión.

Ella le dedicó una hermosa sonrisa. Se acercó a su marido, se alzó un poco sobre las puntas de sus botas y lo besó. Sirius tomó su delicada cintura y acarició su mejilla.

—Te amaré haya mi último aliento —susurró Sirius en su oído—. Todos los días de mi vida, hasta que mi corazón de latir.

—Jamás te traicionaré. Pase lo que pase, estaré contigo hasta el final.

Sirius puso una mano en la nuca de su esposa.

—Todo va a salir bien, la vamos a encontrar. A ella y al resto de los Cazadores; no han podido irse porque sí.

—Lo sé —Aurora frunció el ceño.

—¡Vamos, parejita, ya habrá tiempo para darle a Ryden un hermano! —les gritó Edward divertido.

Ambos suspiraron y se pusieron en marcha.

Recorrieron toda la ciudad y más allá. Estaban a salvo de momento; todo parecía estable. Sirius no veía el momento de llegar a la Madriguera de los Weasley y ver a Ryden, que llevaba con Molly una semana.

Les dieron por derecha e izquierda. Intentaron derribar a algunos, no veían con claridad. Había estelas, rayos, hechizos por todas partes. Los gritos se acumulaban en la cabeza de Sirius, y sus ojos estaban rotando de Harry a Aurora. De Aurora a Regulus y de Regulus a Harry.

Aurora hacía acrobacias y barbaridades con el cetro de luz, dispuesta a matar a todos los Mortífagos que se le presentaran. Iba detrás del todo para cubrirles las espaldas. Regulus se le subió al tiempo mientras Edward y Marlene protegían los costados del grupo.

Finalmente, llegaron a la Madriguera. Sirius fue de los primeros en llegar frente a la casa de los Weasley, pero se quedó fuera para ayudar.

Recibieron a George con una oreja sangrante y a Moody ensangrentado, salvado de milagro porque alguien se le había cruzado en el camino. Llegaban todos. Hermione, Ron, el señor Weasley.

Hillary Potter: la Elegida de Andraste (reescrito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora